Capítulo 16: Un beso de un segundo

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Ashley

Mi hermana es terca, Derek nos estaba diciendo que quería hacer, y cómo vio a Britany cerca, dijo que seamos disimulados, pero obviamente no lo supimos hacer, y Derek tampoco. Nos quedamos congelados, y había tensión. Aunque Derek también es un idiota, mi hermana le estaba hablando buscando el fin de quitar la tensión y el la trata como si no la conociera.

-¡Derek! Deja de ser tan idiota. -grite azotando la puerta después de hablar con mi hermana, y pensando que estaba sola.

-¿Por qué le gritas al mundo que mi hermano es un idiota? -dijo Max acercándose a mi con la ceja alzada.

-Porque lo es. -dije sonriendo.

-Dime una razón que entienda. -dijo mientras rodaba los ojos.

-Britany.

-Ya sabía -otra vez rodó los ojos.

Iba a decir algo pero Max me robó un beso que no duró nada. Un beso de un segundo.

-¡Max! Me siento una pe...

-No, esa boca linda no se puede ensuciar. -dijo Max alzando el dedo índice.

-¡Pero, Max! Nos conocemos hace muy poco, me siento mal. Una persona normal no sale con otra al poco tiempo de conocerse.

-Pero nosotros no somos normales. -dijo acariciando mi mejilla, y ese solo tacto, me hizo estremecer, al tiempo que me sentía protegida. -Y mucho menos juntos -puso su cara en mi cuello, y su respiración me puso la piel de gallina, y al decir esto, soltó una risa que me estremeció por completo. -Vamos, Ashley. Solo una, una oportunidad te pido, y ya. Por favor.

Saco su cara de mi cuello y le vi los ojos achinados, y su cara como si fuera un perrito perdido en la calle. No me pude contener y lo bese, lo bese como si fuera el último beso que daría.

Duramos así lo que parecieron siglos hasta que oímos a alguien hacer un sonido con su garganta.

-Estoy aquí. Y sin nadie a quién besar. -dijo Derek mientras nos miraba.

-Lo siento. -bajé la mirada mientras lo decía.

-Tranquila, iré a buscar a alguien. No me esperen.

Dijo para seguido salir por la puerta. Max y yo nos miramos, y son sonreímos.

Britany

No pensaba quedarme ahí como estúpida, pero mis pies me fallaban. Así que le hice señas a Joseph para que viniera, y así lo hizo.

-Se que no es normal lo que te voy a pedir pero... ¿Me llevarías hasta la mesa en tus brazos?

¿En serio? ¿en tus brazos? ¿nada menos dramático y cliché, Britany?

Joseph se me quedo viendo esperando a que me riera, pero al ver que no lo hacía, me levanto como recién casados y me llevó a la mesa. Mientras todos nos miraban raro.

Esto no podría ser más típico.

Sentía una mirada en mí, pero no había nadie, ya iban a ser las seis de la tarde y ya iban a cerrar. Nosotros eramos los únicos ahora.

-¿Qué haces con Britany en tus brazos? -dijo Anne mirándonos raro.

-No se. -dijo Joseph mientras me bajaba. Y seguido se encogió de hombros.

-Que importa. Vayamos afuera, es tiempo de refrescarse.

Todos gritamos y salimos corriendo como los adolescentes que somos y nos sentamos en la arena, Kurt y yo estábamos un poco más lejos, pero aun así estábamos incluidos. No había casi nadie por aquí, la mayoría se iba a esta hora y regresaba dos horas después.

Anne dijo que teníamos que hablar entre todos, y así lo hicimos, revise mi celular y como pensé que solo habían pasado diez minutos, no esperaba llevarme la sorpresa que me dí. Ya había pasado más de una hora. Ya el sol terminaba de esconderse, aunque ni de eso me dí cuenta por estar hablando con ellos. Aunque, ¿que importa? Me quedaré con ellos hasta tarde.

-¿No quieren nada de beber? -nos pregunta amablemente Connor.

-Yo quiero una bebida tropical. -dije acomodandome en la arena. Ahora estaba acostada boca abajo. Y apenas lo hice, Kurt pasó su brazo encima mio y puso su mano a un lado de mi cintura. Como rodeandome, pero sin tocarme.

Raro, lo sé.

Sobretodo porqué jamás te explicas bien.

Otra vez la maldita voz.

-¡Hey! -gritó Connor, y vino un señor con una libreta y un bolígrafo. -Cinco bebidas de la casa. Por favor.

El señor asintió y se fue a traernos las bebidas, las cuales eran tropicales.

-Gracias, Connor. -dije mientras sacaba mi dinero del bolsillo trasero, pero Kurt me toco la mano, y volvió a su lugar anterior.

-No, no tienes que pagar, yo invito. -dijo amablemente.

-Gracias.

Seguimos hablando como antes, solo que esta vez nos trajeron las bebidas a mitad de la conversación, y mientras las entregaba, seguíamos hablando normal. Ya cuándo empezaron a hablar de su tiempo pasado, se me ocurrió algo.

-Tengo que ir al baño, ya regreso.

Me fui en dirección al baño, pero no entre, simplemente, me asegure que no me vieran y fui corriendo hacia el chico guapo que nos había llevado las bebidas.

-Mira, para pagar la bebida tropical que pidió....

-Connor, lo se. Está bien, no le cobraré una.

-Gracias, y mira, gracias. -le dí un billete de diez y me fui, oyendo un gracias.

Me devolví, pero sentí otra vez la mirada sobre mi, la verdad es que desde que Joseph me cargó la he sentido, pero esta vez fue más... Potente.

La ignore y seguí caminando.

Al llegar, me acosté de nuevo boca abajo, y Kurt se me quedo viendo, aunque yo no lo podía ver, lo sentía. Así que el se acostó así, pero más masculino, obviamente, y me tomó de la barbilla, y me dio un beso que duró un segundo. Un simple beso de un segundo me hizo estremecer completa, y se escuchó como gritaban los otros tres. Aunque sólo fue un segundo.

-Dejando de lado a los recientes conocidos tortolitos...

Y seguimos hablando, estos chicos si que eran raros. Y Kurt se quedo acostado a mi lado, los dos boca abajo.

-Britany, necesito que vengas para acá un momento. -Me susurró en el oído, yo le asentí, y nos paramos al mismo tiempo, y mientras caminábamos, oímos los gritos de sus amigos, y de mis nuevos amigos.
Abrí la boca para decir algo pero Kurt me tomó de la barbilla de nuevo y me dio otro beso igual, un beso de un segundo. Y me estremecí, de nuevo. Pero está vez fue por que la mirada se hizo peor, y los labios de Kurt eran suaves. Y menos mal que ya estábamos más lejos de ellos. Pero cuando Kurt me abrazó, sentí que alguien lo empujaba y me separaba de él, y aunque no le vi la cara porque empezó a correr, vi su silueta, y puede que ni yo misma sepa por qué me sé su silueta, pero era él.

Era Derek.

Guerra De HermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora