Capítulo 28: Un día más.

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—¿Qué? ¿Qué? Disculpa, creo haber oído mal.

—No, no es así. Yo ya sabía toda la maldita apuesta.

Giré la cabeza y vi lo más cercano que había a mí, un jarrón, sé que va a hacer un acto que hacen los hombres, pero necesito arrojar algo, así que lo agarré y lo lancé a la pared.

—¡Britany!

—No, cállate, Ashley. Tu sabías por toda la mierda que íbamos a pasar, y aun así actuaste como si nada.

—¿Crees que lo sé desde que los conocí? No seas idiota, no hubiera caído en su juego. Lo sé desde el día que volvimos de la cabaña de ellos. Max me contó.

—¿Por qué?

—Porque no quería humillarme frente a todos, él prefirió no ilusionarme más y tenerme preparada para hoy.

Eso solo significa una cosa, esos dos son muy parecidos en pensamiento, así que si Derek en realidad no me hubiera querido lastimar ni humillar, hubiera hecho lo mismo que Max.

Mierda.

Asentí con la cabeza mientras aguantaba lágrimas, joder, Derek, ¿qué me has hecho?

Al día siguiente, desperté con un dolor de cabeza horrible, no soportaba nada.

—Bri... ¿Podemos hablar? —susurró mi hermana al lado mío. ¿Durmió acá?

—Claro. —dije con los ojos cerrados.

Oí como la puerta se cerraba y después de unos segundos, decidí levantarme y salí sin verme al espejo antes. Gran error, mi hermana empezó a dar carcajadas hasta tirarse al piso.

—No me imagino que hubiera pasado si un chico guapo estuviera viviendo aquí. —dijo riendo aun más, a lo que yo me giré y me vi a un espejo que había en la sala. Estaba... La palabra horrible me quedaba corta.

—Me voy a arreglar, ya vuelvo y... —recordé el plan que tenía con los del equipo Y. Y mi sonrisa salió.

—¿Qué... Qué pasa?

—Adivina quiénes vinieron para acá.

Ella me miró confundida y negó con la cabeza.

—No sé.

—Piensa, no cuesta nada. Cuando salga, me das unas posibles respuestas y luego te digo quiénes son. ¿Va?

Ella asintió con la cabeza y yo me fui riendo hacia mi habitación, iba al baño pero oí una risa. Risa masculina.

—¿Quién es? —dije temerosa.

Una carcajada se oyó y luego de un grito a mis espaldas, dí un salto y me giré rápidamente. Iba a darle un puño a sea el que sea que me dio ese susto, pero su mano agarró mi muñeca.

Miré hacia arriba asustada, pero me alivie con vi a Travis con una sonrisa enorme.

—¡Idiota! —con mi mano libre le pegué mientras decía eso.

—Te ves hermosa.

Recordé mi aspecto y dí un grito.

—No te burles de mi. —dije haciendo puchero y cruzando mis brazos.

—No me burlo, linda. En serio, te ves hermosa, sea cuál sea tu aspecto.

Mis mejillas se llenaron de color cuando dijo eso a lo que yo me tapé la cara.

—Aun cuando te sonrojas te ves hermosa.

—Cállate, Walton. Ahora me tengo que bañar. —dije con pena.
Agarre ropa y me fui al baño, luego de una ducha y salgo del baño sin peinarme, solo con la ropa puesta.

Guerra De HermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora