El sábado amaneció con un sol radiante pero con frío. La temperatura había descendido bastante en los últimos días, así que Ana se puso su mono de cuero negro y rojo, cogió el casco y le dijo a Kate que iba a dar una vuelta en su moto antes de comer.
Cuando salió del garaje del edificio donde vivían, en un barrio de la periferia de seattle, las hojas caídas de los árboles en los días anteriores se arremolinaron en torno a la moto. Se quedó mirando alrededor,contemplando la variedad de colores otoñales de los árboles. Le encantaba su barrio.
Kate y ella se habían comprado el piso cuando Ana comenzó a trabajar en Seguros Grey hacía tres años. Era un piso pequeño, de dos habitaciones, pero para las dos hermanas, suficiente. Nada más abrir la puerta de la casa, ya estabas en el salón, comunicado con la cocina mediante una barra con dos taburetes donde las hermanas desayunaban todos los días. Por un corto pasillo accedías al baño y las habitaciones.
Todo daba a la calle, por lo que tenía mucha luminosidad. Ana esperó a que terminase de cerrar la puerta del garaje para dirigirse a la M-40 y comenzar a "volar" con su Honda CBR 1000, negra como el azabache. Le gustaba la velocidad, sentir la fuerza del viento en su cuerpo, la adrenalina correr por sus venas y sortear los coches, mientras algunos la pitaban y la llamaban "temeraria" y cosas inició el retorno a casa. Al ver que la moto se estaba quedando sin combustible, paró en una gasolinera para repostar.
Christian se despertó esa mañana en su lujoso ático. Olió el café recién hecho que le había dejado Gail, su ama de llaves, y de un salto se levantó de la inmensa cama que dominaba su habitación. Subió la persiana y vio con satisfacción que el día era soleado. Mientras se tomaba el café en la barra que separaba la cocina del comedor, sentado en un taburete, sonó su móvil.
-Buenos días mamá. - respondió con una sonrisa en los labios.
-Hola hijo. Espero no haberte despertado.-se disculpó su madre.
-No, tranquila, mamá. Estaba desayunando.
-De acuerdo, cariño. Te llamo para recordarte que hemos quedado a comer a las dos y media en el Club de Golf de La Moraleja con Agustín Mayor y su familia. A ver si es posible que esta vez no llegues tarde. Y ponte algo decente, no esos vaqueros gastados que llevas siempre con esas horribles camisetas.
Al oír aquello, Christian comenzó a reír a carcajadas. A su madre no le gustaba nada que fuese vestido de manera informal, pero él insistía en que para un empresario de ocio nocturno y joven como él, no era necesario ir continuamente con traje de tres piezas. Prefería vestir como cualquier otro chico de su edad.
-Veré lo que puedo hacer, mamá.
-Por favor, hijo, no nos dejes en evidencia. Esta comida es muy importante para tu padre y, además-su madre hizo una pausa-su hija Alejandra les acompañará. Acaba de volver de España y en estos años que ha pasado fuera, se ha convertido en una preciosidad.
-¿Pero sigue siendo tan sosa como siempre?-preguntó Christian intentando aguantar la risa.
-Es una chica encantadora y con una educación excelente. Apropiada para ti, cariño.
-Mamá-bufó Christian-No empieces otra vez. Te he dicho miles de veces que no me busques novia. Yo solito me valgo.
-Hijo, es que ya vas teniendo una edad.....
-Sí, sí, ya lo sé, mamá,-la cortó él-pero es que cuanto más te empeñas tú en emparejarme, menos ganas tengo de hacerlo. Déjame respirar un poco, por favor. Y sobre todo, no te agobies. Seguro que cualquier día de estos encuentro a la mujer de mi vida y me caso con ella.
-Está bien hijo. Prometo no inmiscuirme más en tu vida privada.
-Bueno mamá, a las dos y media nos vemos. Adiós.-dijo Christian dando por zanjada la conversación.
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Entre Mis Brazos ( Christian - Ana)
FanfictionSinopsis. Christian Grey es un guapo veienteañero que lo tiene todo. Una familia rica, un negocio en auge y cientos de chicas a sus pies, pero cansado de que las féminas se tiren a su cuello en cuanto oyen su nombre, cuando conoce a la atractiva Ana...