-Estás húmeda -susurró contra sus labios-¿Te excita esto? ¿Qué use la fuerza para someterte?
-Me has pegado. No te lo perdonaré nunca.-dijo ella con la voz entrecortada por el placer que le daba Christian con sus dedos acariciándole el coño.
-Tú me has mordido. Estamos en paz.
-Eres un jodido cabrón.-respondió Ana cada vez más excitada por el suave roce de las yemas de los dedos de Christian en su mojado sexo.
-Y tú una gatita muy salvaje. Pero te domesticaré, no te preocupes.
-Ni lo sueñes-dijo ella entre jadeos.
-Parece que hay alguien a punto de correrse. -canturreó él-¿Sigo o paro? ¿Qué me dices, tigresa?-
preguntó Christian al tiempo que metía dos dedos en la caliente vagina de Ana y con el pulgar -Cállate y bésame. -le pidió Ana- Y no pares. Sobre todo, no pares.
Christian hizo lo que ella le pedía. Siguió follándola con los dedos, mientras con el pulgar trazaba círculos en su punto más sensible, y con su boca devoraba los labios de Ana, hasta que notó cómo su sexo se contraía al borde del orgasmo. Entonces, le susurró al oído:
-Dime que me perdonas o paro ahora mismo y no dejo que te corras.
-Cabrón...Sí.... Te perdono...
Y cuando Ana terminó de decir esto, Christian aumentó el ritmo de sus dedos notando contra su mano los espasmos de su sexo liberado por el orgasmo.
Mientras ella estaba perdida en su clímax, Christian se desnudó de cintura para abajo y quitándole a Ana las braguitas, se cernió sobre ella y la penetró rápidamente, haciendo que Ana soltara un pequeño gemido.
La agarró de las manos, entrelazando sus dedos y sujetándoselas contra la alfombra a ambos lados de su cabeza, y comenzó a embestirla con rápidos movimientos, entrando y saliendo de su resbaladiza cavidad, sin barreras entre ellos, llenándola por completo, hasta que el calor le inundó y se derramó dentro de ella gritando su nombre. Cuando le soltó las manos, Ana le abrazó con fuerza y le susurró:
-Eres un lobo con piel de cordero.
-Pues ten cuidado, Caperucita, porque un día de estos te voy a comer entera.-le contestó Christian rozando con su nariz la punta de la nariz de Ana.
-¿Cómo que Caperucita? ¡Señora de Feroz!-contestó ella riéndose.
Y poniéndose de nuevo seria, le dijo:
-En serio Christian, no vuelvas a pegarme nunca.
-Lo siento, de verdad, lo siento muchísimo.-se disculpó- No sé qué me ha pasado.
Nunca he agredido a nadie y lamento que tú hayas sido la primera, pero es que.....ya sé que no hay ninguna excusa válida para mi comportamiento. Sólo puedo decirte que no he sabido controlarme. Los dos tenemos un carácter muy fuerte y yo....Te prometo que nunca más volveré a hacerlo. -respondió Christian con pesar.
Ana vio tristeza y el arrepentimiento en los ojos de Christian. Le besó dulcemente en los labios y volvió a abrazarle, esta vez más fuerte.
-Te perdono. Christian y Ana pasaron la tarde entre arrumacos, besos y palabras de amor. Cada hora que pasaba con ella, Christian sentía la necesidad de gritar al mundo que la quería, que la amaba y que haría cualquier cosa por tenerla a su lado siempre, entre sus brazos.
Por su parte, Ana se daba cuenta de que sus sentimientos por Christian iban creciendo y deseaba parar el tiempo y disfrutar de ese momento con él.
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Entre Mis Brazos ( Christian - Ana)
FanfictionSinopsis. Christian Grey es un guapo veienteañero que lo tiene todo. Una familia rica, un negocio en auge y cientos de chicas a sus pies, pero cansado de que las féminas se tiren a su cuello en cuanto oyen su nombre, cuando conoce a la atractiva Ana...