CAPITULO 28

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Ana se despertó empapada en sudor. Tenía a Christian pegado a su espalda, abrazándola, con una mano sobre uno de sus pechos y la otra rodeándole la cintura, con su cuerpo encajado perfectamente en el de ella.

Se movió un poco para librarse de él. Se moría de calor y la cabeza le dolía horrores. Al deslizarse de entre los brazos de Christian sintió que todo su cuerpo estaba agarrotado. Parecía que le hubiesen dado una paliza. Le dolía todo.

-Christian.....

Él despertó al notar cómo Ana se escapaba de sus brazos y le llamaba. La abrazó más fuerte para impedir que le abandonara.

-Christian, apaga la calefacción. Me muero de calor.

-Ahora mis.....¡Joder, Ana! ¡Estás ardiendo!-exclamó Christian-

Espera un momento. Vuelvo enseguida. Se levantó rápidamente y desapareció en el cuarto de baño. Cuando regresó, traía en la mano un termómetro. Levantándole a Ana un brazo, se lo colocó en la axila, mientras le preguntaba preocupado:

-¿Te encuentras mal? ¿Te duele algo?

-Todo el cuerpo.-contestó ella-La cabeza me va a estallar y no puedo moverme porque me duele todo. ¿Qué hora es?

-Las ocho y media.

El termómetro pitó indicando que ya había terminado de tomar la temperatura.

-Tienes cuarenta de fiebre.-dijo Christian mirando el termómetro-

Creo que has cogido gripe. O quizá sólo sea un enfriamiento por lo de anoche. Te calaste entera.

-Dame un paracetamol y un poco de agua. Si no te importa me quedaré un poco más y cuando me encuentre mejor, me voy a mi casa.-le contestó Ana tumbada en la cama con un brazo sobre los ojos.

-De eso nada. Te quedarás aquí y yo te cuidaré hasta que mejores.

-Claro, y de paso te lo pego.

-No discutas, Ana. Te quedarás aquí y punto.

-¿Qué pasa? ¿Tienes vocación frustrada de médico o algo así? - preguntó Ana quitándose el brazo de los ojos y mirándole.

-Cielo.... Déjame cuidar de ti. Es otra forma de demostrarte mi amor. -contestó Christian mientras le acariciaba la mejilla con los nudillos.

Ana se colocó en posición fetal y agarrándose a la almohada, le dijo:

-Está bien. Pero mañana me voy.

Christian le dio un suave beso en la sien y la cubrió con el edredón hasta el pecho. La piel de Ana tenía un tenue brillo de sudor. A los pocos minutos estaba dormida. Christian acarició su sedoso cabello."Ojalá despertase todas las mañanas con ella a mi lado en la cama. Con nuestros cuerpos Se puso un pantalón de chándal y una sudadera gris de la Universidad de Nueva York y salió sigilosamente de la habitación para dejarla descansar.

Cuando Ana abrió los ojos, se encontró con Kate sentada en una esquina de la habitación. Ésta al ver que su hermana despertaba, se acercó a ella rápidamente y se sentó en el borde de la cama. En su rostro podía leerse la preocupación que sentía por Ana.

-¿Cómo te encuentras, peque? -le preguntó Kate acariciándole la mejilla.

Ana sonrió. Su hermana sólo la llamaba "peque" cuando estaba enferma. Todavía le dolía la cabeza y el cuerpo, pero ya no sentía el inmenso calor de antes.

-Más o menos igual. Creo que ahora no tengo fiebre. Pero me sigue doliendo todo. -contestó Ana con un hilo de voz.

-Christian te está cuidando estupendamente. Cada hora te pone el termómetro. Creo que está un poco obsesionado-le contó Kate riéndose- No se ha separado de tu lado en ningún momento. Y cuando hemos llegado, Martín le ha tenido que sacar a la fuerza de la habitación para llevarlo a comer algo. No quería dejarte sola, pero estando yo aquí.....

Entre Mis Brazos ( Christian - Ana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora