CAPÍTULO 16

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Era casi la una de la madrugada cuando Ana llegó al garaje de su casa para dejar la moto. Mientras se abría la puerta recordó la conversación con Christian antes del desfile. Quería algo serio con ella, pero ¿y ella?. Cierto es que le gustaba mucho ese chico y que cuando estaba cerca de él, su corazón latía desbocado y su cuerpo deseaba sus caricias, sus labios posados sobre los de ella y su duro miembro vibrando en el interior de su sexo.

 Recordó también la noche que fue a casa estando su sobrina Mia, su alegre risa jugando con la pequeña, la visita al Zoo y el posterior enfado. Se dio cuenta de que, el tiempo que no habían pasado haciendo el amor o discutiendo, se sentía muy a gusto a su lado, y que muchas veces se sorprendía a si misma echándole de menos y deseando verlo.

"¿Estaré enamorándome de él?" se preguntó. Sólo había una forma de saberlo y era saliendo con él de la manera que Christian le había propuesto.

—Llevo casi dos horas esperándote. —oyó la voz de Christian a su espalda.

No se había percatado de la presencia del Mercedes negro aparcado frente a su portal. Al verlo apoyado contra el coche, un hormigueo se instaló en su estómago y, sin poder evitarlo, la sonrisa nació en su cara. Él caminó hacia ella, mientras Ana se quitaba el casco, y cogiéndole un mechón entre los dedos, se lo llevó a los labios y lo besó.

—Me encanta tu pelo. El color, la suavidad...—comenzó diciendo Christian.

—¿De verdad llevas dos horas esperándome?—preguntó Ana incrédula.

—Sí. No me apetecía estar con Ángela, ni con nadie más que no fueses tú, así que me he disculpado con ella y después de meterla en un taxi para que la llevase a su casa, he venido aquí. Necesitaba verte.

Y acercándose más a Ana, le cogió la cara entre las manos y le dio un dulce beso, que poco a poco fue transformándose en uno más arrebatador.

Ana le cogió por la pechera de la chaqueta de cuero que Christian llevaba y lo atrajo más hacia ella, mientras él iba bajando sus manos desde su cara hasta su cintura recorriendo lentamente su cuerpo. 

Ella lo besó de la manera que a Christian le gustaba, primero succionando su labio inferior,después mordiéndoselo con fuerza y finalmente pasando su lengua por él para atenuar el dolor.

—Necesito tenerte esta noche, estar dentro de ti...—le susurró él pegado a sus labios.

—Estoy cansada, Christian, y mañana tengo que trabajar.—dijo Ana con tristeza.

Deseaba más que nada en ese momento estar entre los brazos de Christian y que le hiciera el amor, pero tenía que ser realista. La semana laboral aún no había terminado y no quería llegar a la oficina hecha unos zorros y con sueño.

—No vayas a trabajar. Hablaré con mi padre.—insistió él.

—¿Qué? ¡No!—gritó Ana separándose de él.

—¿Por qué no? Tarde o temprano acabará enterándose. No quiero verte a escondidas. Quiero que todo el mundo sepa que estamos juntos. Si es por tu miedo a perder tu empleo, no te preocupes, haré lo posible para que no te despida y si lo hace, encontraremos otra cosa.—le dijo Christian tratando de tranquilizarla.

—No he faltado a mi trabajo nunca en los tres años que llevo allí y no pienso hacerlo por pasar una noche de sexo contigo, que además, eres el hijo del jefe. Imagínate, ¿qué diría tu padre o el resto de la empresa si se enteran de que soy tu novia y empiezo a faltar?

—¿Has dicho que eres mi novia?—preguntó Christian con una sonrisa en los labios.

—Eh....Habrá sido un lapsus. Ya sabes, el cansancio, la falta de sueño...—contestó Ana bromeando.

Entre Mis Brazos ( Christian - Ana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora