CAPÍTULO 11

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-Seguro que te quita algo más que las contracturas.-masculló
Christian.
-Perdona, ¿qué has dicho?-preguntó Ana irritada- Mira idiota, Alberto es un profesional como la copa de un pino, que hace su
trabajo a la perfección, así que no te pases ni un pelo o....¿qué pasa, estás
celoso?
-¿Celoso yo?-se rió Christian- Perdona bonita, pero esa palabra no
existe en mi vocabulario.
-¡Ja, ja! -dijo Ana- Estás celoso, no lo niegues.
-¿Pero tú eres tonta? Te he dicho que no.
-No me llames tonta.-contestó Ana enfadada.
-¡Ah! Perdona, zanahoria...-le dijo Christian imitando al
fisioterapeuta.
-¿Te crees muy listo, estupido estirado?-siseó Ana.
Martín y Kate los miraban sorprendidos, mientras la pequeña Mia seguía disfrutando de la vista de los caballos ajena a la pelea que se estaba
fraguando entre su tía y Christian Como siguieran así iban a dar un
espectáculo.
-Pues sí-contestó Christian- Más listo que ese fisio de pacotilla.
-Pero bueno, ¿qué tienes tú en contra de Alberto? ¡Si no le conoces!
-Ni falta que me hace. A los tipos como ese los veo venir de lejos,
mona.
-¡Mono serás tú, imbécil! -le gritó Ana.
-¡Que no me insultes! -le respondió Christian gritando también.
La gente que pasaba a su alrededor les miraba extrañados. ¿Qué les
pasaba a aquellos dos? Tenía toda la pinta de una discusión de pareja.
-
¡Ah, perdón, señor Grey! No recordaba que alguien como tú está acostumbrado a decir las cosas como son.
-¡Que yo no estoy celoso, atontada!-se defendió él.
-¡Pues me parece muy bien, por qué tú y yo no somos nada! Ni soy
tu novia, ni tu chica, ni nada de nada, ¿me oyes? ¡Nada! Así que no vuelvas
a montarme una escenita como ésta.-gritó Ana perdiendo totalmente los
papeles.
-¿Yo? ¡Pero si has empezado tú! -la acusó Christian.
-Vete a la mierda, idiota, por no mandarte a un sitio peor-
le dijo Ana y dándose la vuelta agarró a su sobrina de la mano y comenzó a andar con ella hacia un puesto de dulces para comprarle algo a la pequeña.

Christian se quedó mirando cómo Ana se alejaba y sintió deseos de
estrangularla. Un día perfecto se había ido al garete por culpa de un
Idiota como el fisioterapeuta amiguito de Ana. ¿O ese chico no tenía la
culpa de nada y Ana estaba en lo cierto?

¿Estaba Christian celoso? En su fuero interno reconoció que sí, pero jamás lo admitiría ante ella. Desde que había conocido a Ana, estaba teniendo sentimientos que nunca antes había tenido y los celos eran uno de ellos.
-Perdona a mi hermana -le dijo Kate acercándose a él, cogida
de la mano de Martín.
-No te preocupes. Siento mucho el espectáculo que hemos dado.-le
respondió Christian con una triste sonrisa.
-Es que es una cabezona-siguió Kate.
-Gracias por la información. Lo tendré en cuenta.-contestó Christian.
-Bueno -intervino Martín- ¿Continuamos con la visita al Zoo?

El lunes, Ana llegó puntual a su cita con Alberto. Le dolía la espalda
horrores y en cuanto éste puso sus manos encima de ella, comenzó a
dolerle más.
-¡Auuuu! ¡Que me haces daño!
-Venga, zanahoria, no te quejes. ¡Hay que ver qué blandengue eres!
-le contestó Alberto divertido- Tienes un par de contracturas. ¿A qué no te sientas bien recta delante del ordenador? Los trapecios los tienes
cargadísimos y las cervicales ni te cuento, zanahoria.
-Que no me llames zanahoria, idiota.
-Antes te gustaba-le susurró Alberto cerca del oído.
-Antes era antes y ahora es ahora. Ya no estamos juntos, así que no
tienes por qué seguir llamándome así.
-Bueno, eso de que no estamos juntos, podemos remediarlo, ¿no
crees?-le dijo aquel en tono sugerente.
-No, creo que no. ¡Auuuuu! Me cago en la leche, Albertoooo-
respondió Ana con la cara pegada a la camilla.
-Vamos, que no es para tanto. Aguanta un poquito.-le dijo Alberto riéndose.
-¿Te estás vengando de mí o qué?
-Mi querida zanahoria, me encanta cuando te enfadas.-le contestó
él guasón.
-Vete a la mierda, idiota-se rió Ana.
-Bueno, por hoy ya está. Ten cuidado al levantarte de la camilla, no
te vayas a caer.-le advirtió él-Ya sabes que después de tocarte las
cervicales vas a estar un poco mareadilla.
-Joder un poco-dijo Ana sentándose en la camilla- Si estoy
como si me hubiera fumado un porro.
Alberto se carcajeó por el comentario.
-Oye, el chico ese con el que estabas el sábado en el Zoo.....-
comenzó a decir Alberto.
-¿Christian? Es un amigo. Nada más.-contestó Ana.
-Entonces....¿estás libre?
-Sí, pero no sigas por ese camino, que te conozco. Y te dejé muy
claro la última vez que no quiero tener una relación seria con nadie.-le
advirtió Ana.
-Solo me preguntaba si podríamos quedar de vez en cuando, como
amigos, para tomar un café, salir alguna noche a cenar o de fiesta.
-Si no vas a empezar otra vez con tus rollos amorosos, sí, podemos
vernos.-contestó ella con una sonrisa.
-¿Qué te parece el jueves a las ocho?
-Tengo el desfile de mi amigo Richar, ¿te acuerdas de él? El
diseñador de lencería femenina. Pero puedes venir y luego nos tomamos
algo. Es en la discoteca "Bondage".
-Acepto encantado. Y más si voy a ver tías buenas en paños
menores.....-dijo riéndose a carcajadas.

Se despidieron y Ana regresó a su casa. Al llegar se encontró Kate hecha un mar de lágrimas. Ésta le contó que Martín no la dejaba
que desfilase el jueves y habían discutido.
-Otro celoso asqueroso.-dijo Ana.
-No digas eso de Martín. Si está celoso es porque le intereso de
verdad y no le gusta que otros me vean en ropa interior. -le contestó
Kate dejando de llorar.
-Tú eres tonta. Si tanto le gustas, debería confiar más en ti y no
montarte un drama porque salgas en un desfile de moda. Que no eres de su
propiedad.
-Lo peor, es que no sé cómo se lo va a tomar Richar. Ningún año le
hemos fallado.
-Bueno, no te preocupes. Seguro que lo entenderá, aunque con una
modelo menos las demás vamos a tener que correr el doble. -le dijo Ana intentando tranquilizarla.
-Dirás con dos menos, o ¿a ti no te ha dicho nada Christian? -
preguntó Kate.
-¿Y por qué tendría que decir Christian algo? No es mi novio, ni mi
dueño, ni nada por el estilo, así que puedo hacer lo que me venga en gana.
-le contestó Ana con una actitud chulesca.
-¿No se lo has dicho?
-Que no, pesada. Pero ¿por qué tengo que darle explicaciones a ese
Idiotabde discoteca? Ya te he dicho que entre Christian y yo no hay nada.

Echamos un par de polvos y ya está. No tengo porqué pedirle permiso
para hacer algo que llevo haciendo los últimos cinco años. Además no sé
nada de él desde la visita al Zoo. Y tú no deberías habérselo dicho a
Martín. ¿Qué pinta él en esto? Vale que el evento tendrá lugar en su
discoteca, pero tú eres una mujer libre e independiente, ¿por qué tiene él
que prohibirte nada?
-Bueno...-comenzó a decir Kate- somos novios.
-¿Novios? Pues si tener novio significa no poder hacer lo que te dé la gana me alegro de tenerlo.
-Ya te llegará el amor, ya.-le dijo Kate un poco enfadada.
-Si estar enamorada es estar tonta y ciega y perder mi libertad, creo
que pondré un cartel de "No molestar" en la puerta, para que cuando
llegue el momento, el señor AMOR pase de largo.
-¡Eres imposible! Cada vez que sale el tema amoroso, te pones
insoportable con tus críticas. ¡Pero si tú nunca has estado enamorada!-le
gritó Kate indignada- ¿Cómo puedes hablar tan mal de los
sentimientos que se tienen cuando te enamoras? Deberías intentarlo,
aunque sea una vez, para saber de lo que hablas. Igual hasta te sale bien,
mira.
-¡Qué pesada! ¡Déjame en paz!-le gritó Ana a su hermana y
dándose la vuelta se encerró en su habitación.

El martes, Christian, al salir del gimnasio se volvió a encontrar con
Ángela Mayor. La invitó a tomar un café, como le prometió la semana
anterior y la llevó hasta la chocolatería Valor que había cerca
una de sus preferidas. Estando allí, apareció Martín con Kate que ya
habían hecho las paces. Se sentaron con ellos y pasaron un rato agradable
charlando y Christian comprobó que Ángela se mostraba más habladora que
las últimas veces que la había visto.

Cuando ya se despedían, la chica,
agarrándose de su brazo, cosa que sorprendió a Christian y no pasó
desapercibida para Kate, le preguntó si le apetecía cenar con ella el
jueves.
-Ufff, es que tengo lo del desfile de Ricardo Blázquez en la
discoteca y no sé a qué hora se acabará el evento.-le contestó Christian.
-Puedo ir a verlo y cenamos después, ¿qué te parece?-dijo Angela.
-Sí, es buena idea. Te espero en el "Bondage" a las ocho.
-De acuerdo.-sonrió ella seductoramente.
KATE, que había estado al tanto de todo, le preguntó a Martín:
-Cariñito, ¿qué relación tiene Christian con esa chica?
-Ninguna. -le respondió éste- Cuando éramos adolescentes, sus
padres planeaban emparejarles, pero tras varios intentos, la cosa no salió como ellos querían. Christian siempre ha sido muy celoso de su intimidad y
no le gustaba nada que su madre se metiera en su vida privada y le dijera
con quién debía tener una relación y con quién no. De todas formas, con
Ángela sería algo imposible. Christian siempre ha dicho que es una sosa y
que a él le van las chicas con carácter.

Entre Mis Brazos ( Christian - Ana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora