CAPÍTULO 37

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De vuelta en el avión que les llevaba a Seatle, Ana iba recordando el mágico momento en que Christian le había pedido matrimonio y como ella se echó a llorar presa de la felicidad y la emoción que la embargaron en ese instante. La sonrisa que le dedicó Christian cuando Ana respondió con un sencillo "sí, quiero" no tenía precio. Alzándola en sus brazos, dio varias vueltas con ella mientras gritaba de felicidad. Joao y Caetano les dieron la enhorabuena con la alegría inundándoles el corazón.

-¿En qué piensa la futura señora Grey?-le preguntó Christian tras recoger el equipaje y meterlo en el taxi que les llevaría al ático.

-En lo feliz que soy .-respondió ella con una sonrisa que corroboraba sus palabras-Estaba recordando estos días en Río. Han sido maravillosos. Como una pequeña luna de miel adelantada.

-Siempre podemos volver .-dijo Christian abrazándola en el asiento trasero del taxi.

-Estaría encantada.

Permanecieron unos minutos en silencio hasta que Ana habló de nuevo.

-¿Sabes una cosa?-le dijo levantando la cabeza del hombro de Christian donde la había tenido apoyada todo ese tiempo- Mis padres no pudieron ir de viaje cuando se casaron. Entonces mi abuela estaba enferma y no quisieron apartarse de su lado. Luego nacimos mis hermanos y yo, murió mi abuela, y por no dejar sólo a mi abuelo...-se encogió de hombros- Total, que por unas cosas u otras, no han tenido luna de miel.

Siempre he deseado que me tocase el gordo de Navidad para poder pagarles un viaje a un lugar tan encantador como Río de Janeiro o Venecia o París. Pero de momento, no he tenido suerte. Los juegos de azar no son lo mío.-terminó riéndose.

Llegaron a casa y tras deshacer las maletas, llamaron a Martín y Kate para cenar con ellos y darles la buena noticia. Mientras Christian se duchaba, Ana aprovechó para hablar con sus padres y contárselo también a ellos. Todos se tomaron estupendamente la noticia y comenzaron a hacer planes para las dos bodas. Como querían que cada pareja tuviese su día de gloria, Christian y Ana decidieron que ellos se casarían después del verano, para distanciar un poco un enlace de otro, ya que el de Martín y Kate tendría lugar en el mes de junio.

Fueron a cenar los cuatro al restaurante cubano de Christian que en breve sería propiedad de Ana, en cuanto firmase los documentos de cambio de titularidad, y tras contar todas las anécdotas del viaje y celebrar el futuro matrimonio de Christian y Ana, ésta le pidió a Christian regresar a casa. Se sentía agotada y necesitaba dormir más que otra cosa en el mundo. De vuelta al piso, se quedó dormida en el coche. A Chriatian le dio pena despertarla y estaba tan hermosa así...Cogiéndola en brazos, la subió a casa y tras desvestirla con cuidado, la tumbó sobre la cama cubriéndola con la colcha y la dejó descansar.

Ana durmió casi toda la mañana del día siguiente. Cuando se despertó, vio que Christian estaba vestido para salir.

-Buenos días, Bella Durmiente.-le dijo éste con una sonrisa mientras se acercaba a darle un beso en los labios.

-Buenos días, cariño.-le contestó Ana estirándose y agarrándolo del cuello cuando él se aproximó a su boca.

-Tengo que ir un momento al "Bondage" para ver qué tal fue la fiesta de Fin de Año.-le contó él-Volveré en un par de horas. Matilde ha dejado algo de comida en la nevera, pero si quieres podemos salir a comer fuera.

-No, no. Me siento agotada. Creo que comeré lo que haya dejado preparado y me tumbaré en el sofá a ver una peli hasta que vuelvas.-le dijo Ana todavía soñolienta.

-¡Pues sí que te ha afectado el jet lag!-contestó Christian ríenhas dormido casi doce horas y ¿todavía tienes sueño?

-¡Eh! Nunca había hecho un viaje tan largo y para tan pocos días- se quejó Ana- Es normal que mi cuerpo me pase factura.

Entre Mis Brazos ( Christian - Ana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora