Capítulo 34. El mundo se ha vuelto loco, de nuevo

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Capítulo 34. El mundo se ha vuelto loco, de nuevo

-Lucía. Ana. –Las saludo sin ningún interés.

Por si no lo recordáis, Lucía y Ana son las chicas que me molestaban cuando vivía aquí.

-¡Cuánto tiempo! –Exclama Lucía pareciendo feliz.

-Podría haber pasado más, la verdad. –Murmuro entre dientes.

-Bueno, y cuéntanos qué tal por ese pueblucho costero. –Dice Ana.

-Bien. –Digo sin fiarme de ellas. –Mejor que aquí. –Las sonrío falsamente. –Bueno, y ahora al grano, ¿qué queréis?

-¿Nosotras? Nada. –Dice Lucía.

-No en serio, no tengo toda la noche. –Las digo.

-Está bien. –Dice suspirando Ana. –Solo queríamos disculparnos contigo.

-Sí. Te hicimos la vida imposible en el instituto. -Dice Lucía.

-A ver, con esto no es que queramos ser tu amiga, porque no nos caes bien. –Aclara Ana.

El sentimiento es mutuo.

-Pero solo queríamos disculparnos. –Dice Lucía.

-Bueno, pues eso. Adiós. –Dice Ana. Las dos se giran para irse, pero luego Ana se vuelve para decirme algo. –Por cierto, Álex se ha enterado que estás aquí y está buscándote como loco. –Y después de darme una sonrisa, las dos se van.

Bueno, pues aquí vemos que el mundo se ha vuelto loco, otra vez.

-Qué falsas. –Murmura mi prima. Asiento con la cabeza de acuerdo con ella.

-¿Quiénes eran? –Me pregunta Sara.

-Lucía y Ana, unas que me caen muy mal. –La contesto.

-Unas putas. –Dice mi prima. Todos asienten como entendiéndolo todo.

-¿Bailamos? –Me pregunta Javier tendiéndome una mano.

-¿Por qué querría bailar contigo, teniéndome a mí? –Dice Lucas abrazándome por los hombros.

-Javier, ¿te importa si bailamos luego? Quiero hablar con Lucas. –Javier asiente no muy convencido. –Te quiero. –Le digo dándole un beso en la boca y yéndome con Lucas.

Lucas y yo salimos al patio y nos sentamos en el césped, cerca de la piscina.

-Yo... No sé por dónde empezar. –Dice rascándose la nuca nervioso.

-¿Qué tal...? Mm... ¿Desde el principio? –Lucas suspira. -¿Desde cuándo...? –Dejé la frase en el aire.

-Un tiempo antes de tu cumpleaños. –Dice esquivando mi mirada.

-¿Y no me lo pudiste decir cuándo me lo dijo Izan? –No contestó. –Lucas... -Le llamé. -¿Te diste cuenta antes de que tú y yo nos acostáramos?

-No. –Contestó. –No sé cómo pasó... Solo pasó...

-No lo entiendo, o sea, a ti te volvían locas las mujeres... -Murmuré. –Y... A Izan también... Esto es tan raro.

-Lo sé... También lo es para mí.

-¿Lo saben tus padres? –Negó con la cabeza.

-Solo lo sabes tú.

-Y así seguirá siendo. –Le aseguré. Él sonrió triste.

-¿Estás enfadada?

-No podría estarlo. Pero sí decepcionada. No porque seas gay. –Dije rápidamente al ver su cara de preocupación. –Decepcionada porque me haya tenido que enterar así y no porque me lo hayas contado tú. Pienso que no confías en mí.

Sólo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora