Capítulo 57. Stone cold

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Capítulo 57. Stone cold

Javier se acerca a mi rostro haciendo que su cálido aliento chocara con el mío, nuestras narices se fueron rozando hasta que unos segundos después nuestros labios se juntaron.

Cuando rompemos el beso le miro inexpresiva, bueno, quizás nos estábamos precipitando un poco, la "relación" que tenemos ahora no es muy buena, además, estoy borracha.

Pero esta vez, haré caso a la voz de mi cabeza que me dice que haga lo que me dé la gana, que soy libre hasta el casamiento y para eso quedan apenas unas semanas.

Ahora soy yo quien le besa. Y él no lo duda ni un segundo, me besa con desesperación. Sus manos se posan en mi cadera, estremeciéndome cuando siento su tacto en mi cuerpo.

Mi cuerpo tembló un poco cuando Javier me recostó en la gran cama. Se sentó a horcajadas encima de mí. Yo, con desesperación, le quité la camisa dejando a la vista su gran marcado abdomen. Una de mis manos no tardó en acariciar lentamente sus pectorales y abdominales, mientras que la otra acariciaba su pelo. Javier, en cambio, iba repartiendo besos por todo mi cuello y bajando hasta mis pechos.

Poco después, Javier bajó sus manos hasta el borde de mi blusa subiéndola con lentitud, ahora empezó a besarme en la boca. Cuando Javier ya me había quitado la blusa, su mano viajó hasta el interior de mi pantalón, sus dedos acariciaban en forma circular la tela de mis bragas. No tardó en quitarme el pantalón.

De repente, Javier empezó a besarme con fuerza como si su vida dependiera de ello. Coloqué mis manos en su pecho desnudo, haciendo que a Javier se le escapara una pequeña sonrisa. Luego de eso, bajé mis manos hasta su pantalón y comencé a desabrocharlo con desesperación.

Quería volver a sentirlo dentro de nuevo.

Javier comenzó a dejar besos húmedos por mi cuello otra vez, pero ahora provocaban que yo soltara muchos más gemidos. Luego volvió a mi boca, me tomó de la nuca y me presionó contra él para obtener más intensidad del beso. Una de sus manos bajó hasta la tela del sujetador, lo desabrochó y de un tirón lo sacó dejando a la vista mis pechos. Javier me miró a los ojos y soltó una pequeña risita, al instante noté que me había sonrojado.

-Dios... Me tienes loco Alison... -Murmuró.

Me incorporé un poco y comencé a bajarle los bóxers. Javier bajó lentamente mis bragas dejándome totalmente desnuda, como él lo estaba.

Me estremecí cuando sentí algo duro rozar mi entrepierna. Y luego lo sentí, sentí como Javier se sumergía en mí lentamente. Una oleada de placer sentía con cada embestida que me proporcionaba Javier, luego fue aumentando el ritmo.

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Al abrir los ojos me encuentro con los ojos color miel de Javier, él está observándome con una sonrisa en plasmada en su rostro. Al verlo sonrío al igual que él.

Nuestras piernas están entrelazadas, mi brazo rodea su estómago y uno de los suyos rodea mi cintura, manteniéndome cerca de él.

-Tenía miedo de que al despertarme todo hubiese sido un sueño. –Susurro en voz baja.

-No me volveré a ir y si me voy será contigo. –Dice con voz ronca. Una de sus manos acarician mi mejilla, yo cierro los ojos al notar su suave tacto.

-Esto que hemos hecho está mal. –Digo en voz baja de nuevo.

-No digas eso, Son. –Sonrío levemente al oír cómo me llama. –No está mal que nos amemos.

Sólo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora