Capítulo 37. Conociéndole, una pelea y dos corazones rotos

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Capítulo 37. Conociéndole, una pelea y dos corazones rotos

Queda dos meses para los Nacionales y seis meses para tener que dejar a Javier, aún no se lo he dicho, y está claro que no se lo voy a decir. Esta noche en el restaurante del hotel habíamos preparado una coreografía sorpresa.

-Alison, cariño, tenemos que hablar. –Me dice mi padre entrando a la habitación. María, que estaba conmigo asiente y se va de la habitación.

-Dime. –Digo sentándome en la cama, él camina por el dormitorio y se sienta a mi lado.

-Esta noche vendrán a cenar al restaurante mi nuevo socio con tu comprometido.

-No le conozco, no he visto una maldita foto suya y ni siquiera sé cómo se llama, ¿y pretendes que me case con él? Esto no te lo perdonaré nunca, papá.

-Alison, cariño, aprenderás a vivir con ello. A lo mejor te enamoras de él. –Me empecé a reír.

-Eso no sucederá jamás, papá. –Digo cuando me he calmado. –No me enamoraré de un completo desconocido.

-Ya lo hiciste de Álex.

-No, a Álex ya le conocía antes de haber empezado a salir con él.

-Pues al parecer no le conocías del todo. –Dice.

-¿Por qué me dices todo esto ahora? ¿No estás contento de haberme destrozado la vida?

-No te he destrozado la vida. –Contesta.

-¿Qué no? Te vuelvo a repetir que ni siquiera sé cómo coño se llama con el que se supone que me voy a casar dentro de cuatro años.

-Por eso la cena de esta noche.

-¿Por qué tiene que ser esta noche? Estarán todos mis amigos, incluido Javier.

-Bueno, no diremos que es tu comprometido. Diremos que es... un amigo.

-¿Por qué me haces esto? –Pregunto dolida.

-Es lo mejor.

-¿Para quién? –Alzo una ceja. -¿Para ti o para mí? Porque para mí es una mierda, y para ti es todo genial porque solo te importa el dinero.

-No es eso, solo quiero ayudar a mi amigo, ya te lo dije.

-Mentiras, todo mentiras. –Digo y salgo corriendo de mi habitación.

Creo que tendría que dejar de huir de mis problemas.

Cuando llegué a la planta baja salí al jardín y me senté en la sombra de un árbol.

Si mi padre no hubiera planeado esa maldita boda todo sería más fácil.

Siento que estoy haciendo muy mal con mentirle a Javier, que va a ser peor.

Sé que las mentiras no llegan a ninguna parte y que cuando se descubra la verdad va a ser peor, pero no puedo decirle a Javier que me voy a casar con un completo desconocido solo por dinero.

Una mano se posó en mi hombro haciendo que me sobresaltase. Giré mi cabeza y vi a Javier sonriendo, le sonreí y él se sentó a mi lado.

-¿Qué haces aquí tan sola? –Me pregunta. Me encojo de hombros.

-Necesitaba relajarme. ¿Y tú qué haces aquí?

-¿Ahora ya no puedo venir a visitar a mi novia? –Suelto una carcajada.

-Y, ¿quién es tu novia?

-Mm... Es una chica rubia, con unos ojos verdes hipnotizantes y que cada vez que sonríe me enamoro más de ella. Además que tiene un culo... -Le doy un golpe en el hombro mientras río.

Sólo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora