Capítulo 50. El último baile

119 4 1
                                    

Capítulo 50. El último baile

-No puedo Javier, no. –Volví a negar con la cabeza. –Bastante que he cantado esta canción contigo. No puedes hacerme más daño.

-Por favor Alison, solo tienes que seguirme. Quiero bailar una vez más contigo. –Suplicó.

-Javier yo...

-¡Qué bailen! ¡Qué bailen! –Empezó a gritar la gente.

-¿Ves? La gente quiere que bailemos. –Me dice sonriendo. –Venga Ali, una vez más.

-No va a bailar contigo Javier. –Dice el padre de David. –No voy a permitirlo. –Me cogió de la muñeca haciendo que bajara del escenario. Javier le miró furioso.

-Vamos, es hora de hacer lo que tú quieras. –Me dice Javier tendiéndome una mano.

Miré a mi futuro suegro y luego volví a mirar a Javier.

-Alison. –Me avisó. Sin hacerle caso cogí la mano de Javier y me descalcé mientras él tiraba de mí para subir al escenario.

-El último baile, ¿sí? No quiero verte más.

-Eso no te lo puedo asegurar. –Me guiñó un ojo.

Una canción empezó a sonar y con ella Javier yo comenzamos a bailar.

Y esa sensación que tenía con Javier cuando bailábamos ha regresado.

Cuando terminó la canción, Javier y yo habíamos terminado muy cerca, nos hubiéramos besado sino hubiera sido porque me alejé.

Pero, ¿realmente quería alejarme?

No, claro que no.

-¡Javier! Cariñito ven. –Gritó la castaña novia de Javier.

Bajé del escenario cabreada y tras coger mis zapatos salí del jardín, dirigiéndome a mi habitación.

-¡Alison! –Me di la vuelta en mitad de las escaleras para ver a David detrás de mí.

-¿Qué quieres David? –Rodé los ojos.

-Tenemos que hablar. –Asiento con la cabeza y le indico que suba a mi habitación conmigo.

-Habla. –Le digo cerrando la puerta.

-Esto... Ahora que ha regresado Javier quiero que sepas que la boda va a seguir en pie.

-¿A qué viene esto, David?

-Pues lo que has escuchado. No voy a permitir que Javier te ponga un dedo encima, porque ahora eres mía.

-¿Qué? –Solté una carcajada. –Deja de decir tonterías, ¿sí? No soy de nadie.

-Cuando te cases conmigo serás mía.

-¿Sabes qué? Estoy harta de tu actitud de mierda David. Antes no eras así.

-Quizás he tenido que cambiar mi actitud contigo porque no hay manera de que te enamores de mí. Si tan solo abrieras lo ojos y te dieras cuenta de quién te quiere.

-El corazón quiere lo que quiere.

-¿Por qué es tan difícil que te enamores de mí? Maldita sea Alison, yo te quiero y quiero que sientas lo mismo por mí.

-No quiero salir dolida de nuevo. No quiero herir de nuevo.

-¿Ese es tu miedo? –Asiento cabizbaja. David me levanta la cabeza del mentón, obligándome a mirarle. –Jamás haría algo para que salieras mal. No quiero herirte. Y por favor, eres un ángel, ¿qué daño me vas a hacer tú?

Sólo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora