Capítulo 28. ¡Feliz Navidad! Maldita niña del demonio

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Capítulo 28. ¡Feliz Navidad! Maldita niña del demonio

-¡Feliz Navidad! –Exclama Javier despertándome. Sonrío sin abrir los ojos, después siento sus labios sobre los míos.

-Feliz Navidad. –Digo somnolienta.

-Despierta, Son. Hay que abrir los regalos. –Dice como un niño pequeño.

Cuando ya estoy lista bajo a la cocina, donde están todos desayunando, saludo y me siento en la mesa a desayunar.

Después del desayuno, vamos todos al salón donde repartimos nuestros regalos. Mis padres me han regalado el nuevo Iphone 6 con una funda rosa de brillantitos. Mis tíos me han regalado dos vestidos junto con dos pares de taconces. Mis abuelos me dieron unas zapatillas nuevas de ballet. Mi prima Peyton me regaló una maleta llena de maquillaje. Mi primo Cameron me regaló una pulsera de oro en la que colgaban zapatillas de ballet. Y por útlimo, Javier me regaló una pulsera de oro, que va a juego con el collar que me regaló para mi cumpleaños.

-Creo que es el regalo que más me ha gustado de todos. –Pienso.

-¡Hey!, ¿y el mío? –Pregunta mi prima ofendida.

-¿Lo he dicho en voz alta?

-Sí. –Dicen todos.

-Ups. –Me sonrojo.

El resto de la mañana la pasamos en familia, contando anécdotas graciosas. Sobre las tres y media de la tarde, el timbre de la casa sonó, y mi abuelo entró con una niña de pelo castaño claro y ojos verdes, era una monada de niña.

-Ali, ella es Halley. –Me acerco a la niña y me agacho para quedar más o menos a su altura, para tener unos once años es bastante bajita.

-Hola pequeña. –La sonrío. –Soy Alison, encantada.

-Hola. –Saluda entusiasmada.

-Eres una monada. –La digo. -¿Qué te parece si vamos al otro salón y ensayamos la canción?

-Vale. –Dice. Me pongo de pie y extiendo mi mano derecha para que la niña la coja. Ella la coge y nos vamos junto con mi tía al otro salón. Digo junto a mi tía porque ella toca la melodía con su flauta travesera.

-Bien, este disfraz es para ti, pequeña. –La doy un disfraz de reno súper mono. –Y este para mí.

Mi disfraz consistía en un vestido de Mamá Noel.

Después de disfrazarnos empezamos a ensayar el villancico. Tres horas después ya habíamos terminado, la verdad es que nos había salido bien en los ensayos.

Halley es una niña súper mona, hace todo perfecto. Pero noto algo en ella que no me gusta.

Mi tía va a por el abrigo para ir a dejar a Halley en su casa. Cuando mi tía sale del salón, me giro a Halley, y veo que me está mirando mal.

-Que sepas, que este disfraz no lo voy a llevar. –Dice enfadada. Me río por ese gesto tan mono.

-¿Por qué no? ¡Pero mírate, estás muy mona! –Exclamo.

-No, yo quiero ese disfraz. –Señala el mío. –Y todo el protagonismo. –Dice y me pisa el pie.

Será...

-¿Qué? Pequeña, no puedes, aquí, la protagonista soy YO. –Digo recalcando la última palabra.

-Eso ya lo veremos. –Dice sonriendo falsamente.

Mi tía entra de nuevo al salón y se nos queda mirando confusa.

-¿Pasa algo? –Pregunta.

-Sí, que esta niña es... -Ella me interrumpe.

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