Capítulo 21. Felices 18

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Capítulo 21. Felices 18

¿No os ha pasado nunca eso de estar nerviosa el día de tu cumpleaños? Porque ahora mismo yo estoy nerviosa. Nunca sabes quién te va a felicitar, quién se ha acordado de tu cumpleaños o qué sorpresa te traerá este día. Tengo un presentimiento, de esos buenos, creo que hoy me espera una sorpresa, pero no tengo ni idea de qué puede ser.

-¡Felicidades enana! –Grita mi hermano abriendo la puerta de mi habitación.

-Gracias. –Le abrazo.

-¿No vas muy guapa hoy? –Me mira de arriba abajo y yo le imito mirándome en el espejo. Tampoco voy tan guapa, como siempre supongo, llevo puesto un vestido estilo patinadora de manga larga y de color negro, unos botines marrones con tacón ancho de unos 6 centímetros y como siempre, el collar de oro con el corazón que me regaló mi abuelo.

-Voy como siempre. –Le sonreí, él me devolvió la sonrisa. –Vamos abajo, tengo hambre.

Bajamos las escaleras y pasamos a la cocina, donde mis padres estaban desayunando, como siempre, mi padre con su traje puesto para ir a trabajar al hotel y mi madre vestida para ir a por la madre de Javier para ir juntas al hospital a trabajar, mi madre como psicóloga e Isabel como médica. Mis padres me felicitaron y mi madre me dio mi desayuno especial por mi cumpleaños, tortitas con nutella y nata montada. ¿He dicho ya que amo a mi madre? ¿No? Pues la amo, y más si me hace estos desayunos. Nos sentamos los cuatro a desayunar mientras que veíamos las noticias.

-No estaremos ninguno de los tres en casa esta tarde hija. –Avisa mi madre. –Estaremos en el hotel preparando las cosas para tu cumpleaños. –Asiento con la cabeza, tengo la casa para mí sola esta tarde.

-La diré a Jenny que venga. –Mis padres asienten.

-Yo ya me voy. –Dice mi padre. –Adiós. –Se despide de nosotros dándonos un beso a mi madre y a mí uno en la frente. Mi hermano, como se va con él, le imita, pero a mi madre también la da un beso en la frente claro.

-Adiós. –Nos despedimos mi madre y yo. Junto con mi madre terminé de desayunar y la ayudé a recoger los platos. Luego el ruido del motor de un coche me avisó que Jaime, Jenny, Carmen y Gonzalo ya estaban allí para irnos al instituto. Me despedí de mi madre y con la mochila salí a la calle para montarme en el coche de Gonzalo.

-¡Felicidades! –Gritaron todos en cuanto abrí la puerta del asiento de detrás del copiloto.

-Gracias. –Les sonreí y luego Jenny me abrazó en cuanto me senté.

-¿Preparada para esta tarde? Iremos todos a tu casa. –Dice Jaime desde su asiento.

-Estaré sola en casa, así que, ¿quién ha hablado de fiesta? –Digo y todos ríen.

El camino al instituto le pasamos con risas y los malos chistes de los gemelos y de Jenny, creo que el don para los chistes malos viene de familia, porque los tres hermanos cuentan chistes muy malos, pero el caso es que te hacen gracia. Cuando llegamos al instituto, Gonzalo aparca el coche en el mismo sitio de siempre y todos bajamos del coche para entrar al instituto. En cuanto entramos Sara me abraza mientras me felicita y me da besos por toda la cara. Los seis andamos por los pasillos para salir al patio hasta que suene el timbre que anuncie el comienzo de las clases. Antes de llegar al patio me desvío hacia el baño, ¿qué pasa? Me entraron ganas. Entro al baño de chicas que está vacío y paso a un cubículo, antes de salir de éste, oigo dos pares de tacones entrar y dos voces chillonas, que puedo reconocer como la de Patricia y una de sus "amigas".

-He oído que hoy es el cumpleaños de Alison. –Oigo como dice su "amiga"

-A mí me importa una mierda esa perra. Se ha metido con Javier, y él es mío. –Dice Patricia, uy esta no sale viva.

Sólo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora