Sólo tú

Capítulo 35. Un hermano desolado

Capítulo 35. Un hermano desolado

Al día siguiente había quedado con mi hermano. La noche anterior, cuando ya estaba medio dormida, me llamó borracho y con voz de estar llorando. Diciendo algo de Leslie, me preocupé al instante. Leslie era una chica genial, no podría imaginarme que la hubiera pasado algo.

Salí del hotel, en la puerta me encontré a mi hermano apoyado en el coche, con unas gafas de sol negras. Cuando me vio sonrió y se acercó a mí, abrazándome como él solía hacerlo.

-Ya... Fernando, me dejas sin respiración. –Le dije. Él rió y me soltó. -¿Cuándo regresaste?

-Esta madrugada.

-¿Y lo primero que haces es ir a emborracharte y después llamar a tu hermana pequeña casi a las seis de la mañana? –Alzo una ceja, él asiente y bosteza. –Me da que alguien no ha dormido bien. –Me burlo a lo que él me mira mal, creo. Porque con las gafas de sol no es que se le vea bien.

-Vamos a mi casa. –Asentí y los dos subimos en su coche. Media hora después, llegamos a su departamento.

-Bueno, ¿qué sucede? Me dejaste preocupada anoche cuando llamaste llorando y borracho nada más que nombrando a Leslie. ¿Y por qué me llamaste a mí?

-Te llamé porque eras la primera que aparecía en mi lista de contactos, además, necesitaba hablar con mi hermanita. Y sobre Leslie...

-¿Qué ha pasado? –Le interrumpí.

-Me ha dejado. –Se quitó las gafas de sol y por fin pude ver sus ojeras y sus ojos rojos de haber llorado.

-¿Cómo? ¡Pero si ella te amaba! –Exclamo incrédula.

-Tú misma lo has dicho, me amaba.

-No lo entiendo.

-Lo que ha pasado es que ella ha preferido a un hombre mayor y con mucho más de dinero, además que es más guapo que yo. Si me hubiese mudado allí, en vez de quedarme aquí esto no hubiera ocurrido, los dos estaríamos viviendo felices siendo novios. Soy un estúpido.

-No digas eso. –Le interrumpo. –No eres un estúpido, solo hiciste lo que creías que era lo mejor.

-Pues ahora pienso que lo mejor hubiese sido quedarme allí con ella. –Una lágrima empieza a recorrer su mejilla.

Me duele ver a mi hermano así, desolado. Él nunca llora, siempre está contento. Que Leslie le haya dejado ha sido un gran palo para él.

Para él, Leslie era su mundo, sus ganas de vivir. Espero que esto se le pase pronto, porque perder a la persona que amas es una sensación muy mala.

-Escúchame. –Le obligué a mirarme. –Fernando, algún día encontrarás a alguien a la que amarás tanto o más como amas a Leslie. No te estoy diciendo que hoy o mañana la encuentres, solo date un tiempo. Ese dolor sanará. Dentro de poco, recordar a Leslie será un bonito recuerdo que te hará sonreír e incluso reír de los momentos vividos junto a ella.

-Pero hoy no, porque hoy no me siento bien. –Dice. –Esto duele. Mucho.

-Lo sé... Solo tienes que tener paciencia. –Le sonreí triste.

-Pero si me vuelvo a enamorar de alguien más, nunca podría ser de la manera en la que amaba a Leslie.

-Eso nunca lo sabrás.

-Sí, lo sé. Alison, ¿por qué duele tanto?

-El amor puede llegar a doler mucho, Fer. E intentar hacer que no te duele solo lo empeora.