Our Secret. [Secrets #2]

Capítulo 36.

Our Secret

Capítulo Final.

Grace.

Habían transcurrido tres maravillosos meses. No quiero sonar mala persona, pero en realidad habían sido los mejores tres meses desde que había entrado en Winstonk, y la razón era porque Codd no estaba. Empecé a sacar buenas notas en todo, a hablar con los nuevos y los que estaban solos, podía reírme de las cosas que me resultaban graciosas, y hasta podía andar con Jules en Winstonk. Todo se tornó a maravilloso.

Tara volvió a reincorporarse en las clases, con ayuda de Mike, estaba todos los días con una sonrisa y ahora hablaba con todos. Mike la ayudó bastante a superar la muerte de su hermano.

Vanessa, con ayuda de Chaz, comenzó a visitar a un especialista y ahora estaba mejor que nunca. Nunca la había visto tan feliz, y estaba con quien ella quería, que era lo mejor.

Harry había dejado sus malos tratos y ahora actuaba normal por los pasillos, practicaba deportes y hablaba con todos, hasta me contaba chistes a mí.

Dakota ya estaba estable, ahora también se reunía con nosotros, continuaba tomando medicamentos para sobrellevar su crisis maníaca pero estaba mejor y podía siquiera hablar con ella. Parecía estar negando por completo eso de las relaciones, yo no podía decir nada al respecto.

Jenna, Allison, Matt y Nicolas oficialmente hicieron parte del grupo, del grupo de verdad.

Owen continuó en el recuerdo de todos y rezábamos por su alma todos los días por la mañana.

Nunca volvimos a hablar de Zorretti, jamás.

Jules y yo estábamos realmente bien. Salíamos a donde quisiéramos, visitábamos a mis padres o a los de él. Íbamos a discos, bebíamos, bailábamos, pero no nos drogábamos.

Ya había cumplido diecisiete años.

Estaba realmente feliz.

Solo me faltaban seis meses más para ir a la universidad.

Estaba muy entusiasmada.

—Ahora...¡Un brindis! —anunció Tara con mera felicidad en su rostro—. ¡Por estos seis meses que pasarán volando, por estos amigos que tenemos y que haremos más adelante! ¡Por las buenas notas, por los nuevos alumnos, por los nuevos deportes a practicar y por los nuevos amores! —dijo sonrojándose mientras observaba a Mike—. ¡Los adoro a todos, chicos!

Todos juntamos nuestras copas y nos reímos, nos tomamos el vino y todos nos abrazamos. Se sentía bastante bien, se sentía infinitamente bien ser feliz. Se sentía bien tener amigos, reír, bromear con personas como Harry o Dakota y hasta abrazarlos.

Muy a fondo, todos ellos eran buenísimas personas y merecían todo, todo y mucho más.

La noche no tardó en llegar, fui hacia mi dormitorio y cerré la puerta de mi habitación con seguro. Me quité los zapatos y me despejé de mis prendas, metiéndome rápidamente debajo de las sábanas. Estiré mi brazo para apagar las lámparas y al final, cerré los ojos y me dormí, me dormí felizmente.

3:40am.

Oí ruidos que provenían de mi ventana.

Froté mis ojos y los abrí.

Había una silueta en ella.

Indudablemente era Codd Bing.

Fin.