Our Secret. [Secrets #2]

Capítulo 11.

Our Secret.

Capítulo 11.

 Nicolás continuó hablándome sobre como era Londres, y yo fingía escucharlo, pero en realidad ansiaba que todos entregaran sus respectivos exámenes y la campana sonara. Hasta que por fin oí el irritante chirrido y me levanté, Nicolás tomó su mochila y me entregó la mía, yo le regalé una sonrisa de gratitud. Caminé hacia la puerta, pasando de lado por el escritorio del profesor, frente a la mesa donde Grace se encontraba.

   —¿Vanessa Buffay? —dijo el profesor.

   —Dígame —me volví hacia él.

   —Sus respuestas fueron lo bastante buenas —me sonrió.

   —Se llama estudiar —guindé mi mochila en mi hombro izquierdo.

   —No creo que hayas estudiado —metió las hojas en una carpeta—. Muy espontáneo, muy rápido y mucha fluidez para haber estudiado.

   —Se llama estudiar muy bien —fruncí el entrecejo.

   —Lo que escribiste no estaba en el libro —arrimó su cuerpo hacia detrás.

 Mordí mi labio inferior, había olvidado eso.

   —Codd Bing, Harry Bucket, Mike Cassells, Jules Liddel, Grace Bledel, —dijo hacia los estudiantes—. Y tú —me señaló—. Al final de clases los quiero en la Dirección.

   —¿Dirección? —preguntó rápidamente Grace.

   —Los quiero allá y si no van, tendrás un día entero de castigo, —se levantó—. Ahora retírense.

***

 Arrastré mis pies por las claras baldosas del pasillo de la Dirección, habían varias sillas aferradas a la pared con varios centímetros de distancia, allí estaban Mike, Harry, Jules y Grace, todos ellos me observaron. Tomé asiento en la silla más retirada, y a los pocos minutos, llegó Codd, sentándose en la silla que estaba frente a mí, estaba serio pero había un poco de diversión en su mirada y sus ojos recorrían el rostro de cada uno de los que estábamos allí.

 Pasaron alrededor de los treinta minutos, mientras todos estaban callados, Jules masticaba chicle y Codd jugaba con unos de sus cigarrillos, luchando contra no encenderlo y fumar. Harry me miraba de soslayo cada cinco minutos, asegurándose de que yo no hiciera nada malo y Grace me fulminaba cada vez que nuestros ojos se encontraban.

 La puerta de mármol marrón con una identificación de metal que decía 'Orientación' se abrió, y el Profesor de Educación Sexual se apareció con una medio sonrisa, observándonos a todos intensamente. Me señaló con su grueso y arrugado dedo. Yo me levanté, con la mochila guindada en mi hombro izquierdo. Al entrar observé todos los estantes llenos de libros sobre psiquiatría, pedagogía y psicología, yo no sabía que tendríamos una pequeña clase de psicología con nuestro profesor de Educación Sexual. Tomé asiento y coloqué mi mochila en mi regazo, el Profesor se sentó detrás de su escritorio y me observó, con sus codos sobre el escritorio.

   —¿Tienes alguna duda, Buffay? 

   —¿Qué hago aquí? —espeté rápidamente.