Our Secret.
Capítulo 18.
Tara.
Arrastré mis pies dentro del maravilloso lugar al que Nicolás me había llevado el Martes por la tarde. Era algún tipo de restaurante, pero era bastante elegante y muy retirado de Maine, se veía muy personal y bastante privado. Observé los rostros de todos los que trabajaban en el lugar y la mayoría de los clientes y eran rostros irremediablementes ingleses y le sonreí a Nicolás, dándome cuenta que estábamos en una copia del restaurante al que de niños ambos asistíamos la mayor parte de los días.
Me ubiqué en una de las mesas que una chica con delantal nos había reservado. Los grandes ojos negros de Nicolás brillaban perfectamente con la luz del lugar, y le sonreí ampliamente, porque nunca pensé que lo nuestro saliera del recinto, y muchísimo menos del sillón reclinable en donde ya habíamos mantenido relaciones.
Nunca creí que algo así sucedería, pero Nicolás -sorprendemente- podía hacerme olvidar cada desgracia que Mike causaba en mi vida.
—El lugar es muy... —observé a mi alrededor—. Se siente como casa. En realidad se siente como Londres.
—Viajar a Londres imaginariamente solo por unas horas —sonrió con los labios juntos—. Eres maravillosa Tara, y pienso que la única manera de demostrarte lo única y perfecta que eres es regalándote una estrella, y creo que aún así me faltaría.
Me mantuve observándolo, sin saber que responderle, así que le sonreí mostrándole mis dientes.
—Deja de decir estupideces, Nicolás.
—No son estupideces Tara, eres...perfecta —sus ojos brillaron aún más—. E irremediablemente estoy enamorado de ti.
Bajé la cabeza: —No, no estás enamorado de mí.
—Te amo.
—No, no me amas —dije, tratando de que mi voz no sonara muy quebrada.
—Y no me harás daño, porque no eres un monstruo —su voz sonó lo bastante dulce para hacerme volver a verlo.
—Sí, sí te haré daño —suspiré—. Suelo hacerle daño a todo el mundo.
—Que te hagan daño no significa que tú también lo harás —tomó fuertemente mis manos—. Y yo no te haré daño. No te haré nada similar a lo que Mike te hizo.
—¿Cómo sabes que Mike...
—Se nota, Tara. Se nota que fueron algo y te hirió, y quiero que sepas que jamás te haré daño y tú jamás me harás daño a mí.
—Jamás equivale a siempre, y nada dura tanto tiempo —junté mis labios con fuerza.
—¿Qué sabes tú? —suspiró—. ¿Qué sabes tú del amor real si solo has sentido el tipo de amor que causa dolor, Tara?
Permanecí en silencio, no solo porque no sabía que responderle en concreto, si no porque sentía que tenía razón, y eso hizo que una parte de mí se enfureciera con mi otra parte.
—¿Me lo prometes? —permanecí en un incómodo silencio—. ¿Prometes no dejar que te dañe?
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Our Secret. [Secrets #2]
Romance''Cuando las puertas de los dormitorios se cierran, cuando las luces se apagan y todos están dormidos, los miedos, desde la perspectiva de cada uno, empiezan a florecer''