Capítulo 16.

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 Our Secret.

Capítulo 16.

 Después de un rato en el campus, decidí ir a visitar a Tara en su dormitorio, no era porque quisiera volver a relacionarme con ella, o pedirle perdón, solo quería saber como se encontraba porque estaba consciente de que la había dejado sola en uno de sus peores momentos.

 Toqué varias veces la puerta pero nadie respondía y ya me estaba incomodando. Después del quinto toque, registré entre mis bolsillos y localicé la llave. Después de abrirla, moví la manilla y entré tropezando. Para mi sorpresa, Tara estaba sentada en el sillón reclinable totalmente desnuda, con las piernas extendidas a cada lado y un chico nuevo estaba sobre ella, cogiéndosela.

 Ambos quedaron helados al verme dentro, pero no tan helados como yo. No pensaba que Tara Bing fuese a tener otra relación amorosa, o siquiera una, y menos con un chico nuevo que posiblemente apenas conocía, ¿y ya estaban cogiendo? Carraspeé un poco, esperando que el chico se levantara y se vistiera, mientras Tara cerraba las piernas y tomaba su ropa interior. Tara se vistió sin vergüenza, tampoco sin quitar su mirada encima de mí.

   —¿Qué haces aquí? —preguntó Tara pasando sus largas uñas por su cabello como un tipo de cepillo—. Nunca vienes a visitarme, ¿Y me interrumpes en este preciso momento?

   —¿Quién es él? —demandé observando al chico de cabello rizado.

   —Soy Nicolás —agregó el chico con ahora un nuevo nombre—. Supongo que ustedes necesitan hablar seriamente, así que mejor me voy. Nos vemos al rato, Tara.

 Cerré la puerta cuando el chico desapareció por el pasillo y observé con furia a Tara. Estaba consciente de que nosotros no teníamos un tipo de relación, pero aún no había transcurrido un mes desde que me había rogado no dejarla sola, ¿Y ya estaba manteniendo relaciones sexuales con un chico que apenas conocía?

   —No arruines tu reputación por mí —logré decir con suavidad—. No tienes que acostarte con otra gente para demostrarme algún punto.

 Ella rió cínicamente: —¿Piensas que me acosté con Nicolás para demostrarte algún punto? —dijo entre risas—. No hice aquello por ti, Mike. Ahora hago las cosas por mí misma.

   —Ni siquiera conoces a ese tipo.

   —¿Que no? —estalló en risas—. Éramos mejores amigos desde niños, literalmente intercambiábamos pañales, ¿Y no lo conozco?

 Me mantuve en silencio: —Estás actuando como una perra.

   —Así la gente no trata de romper mi corazón —cruzó los brazos.

   —Todas las relaciones te rompen el corazón.

   —Nicolás y yo no tenemos una relación —resopló—. ¿Que estábamos teniendo sexo? Oh sí, pero eso no implica una relación amorosa, tú más que nadie lo entiendes —se sentó sobre una encimera.

   —Vine a ver como estabas, ¿Y me tratas así? —fruncí el entrecejo.

   —¿Y cómo me trataste tú la última vez que nos vimos aquí? Yo no considero eso un buen trato —sonrió con cinismo—. ¿Qué tal si te largas al infierno o a comer mierda, Mike?

 Tragué saliva: —Te estás dejando llevar por todo ésto —dije tomando la manilla—. No arrastres tanto una tragedia Tara, no todos siempre sentirán lástima por ti.

Our Secret. [Secrets #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora