Capítulo 2.

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Our Secret.

Capítulo 2.

   —¿Qué dijiste? —dijo suavemente mi padre, sabía que algo no estaba bien.

   —Estoy embarazada —miré débilmente a Codd, él estaba serio.

   —Oh, cariño... —agregó mi madre colocando su mano sobre la mía.

   —¿Quién es el padre? —agregó mi padre bruscamente encajando con fuerza el cuchillo sobre un pedazo de carne—. ¿O no sabes?

   —Yo... —observé a Codd.

   —No sabes, ¿eh? —agregó mi padre levantándose. 

 Mi vista ya estaba borrosa por las lágrimas. Claro que sabía, pero si les decía la verdad, ellos no me creerían y no podía culpar a Mike cuando todo era culpa de Codd.

   —David, por favor, esto no se soluciona a golpes —replicó mi madre.

   —¡Tú te callas! —gritó ferozmente mi padre quitándose el cinturón—. Vamos hacia arriba Tara Alessandra.

   —Papá, por favor... —cerré los ojos dejando que las lágrimas fluyeran por mis mejillas.

 Lo correcto era ir a mi habitación y dejar que me golpease, pero por primera vez estuve de acuerdo con mi mamá, nada se resolvería a golpes, pero mi padre no conocía el diálogo. Llevó su brazo hacia detrás con el cinturón en mano y lo movió hacia delante llevando el cinturón de cuero a mi mejilla. Sentí un ardor y mordí mi labio inferior, si gritaba sería peor. Me quedé inmóvil en la silla dejando que las lágrimas corrieran, una pequeña gota de sangre cayó sobre mis manos. Me había golpeado tantas veces en el mismo lugar, que simplemente no dolía.

 Codd se levantó bruscamente y empujó a mi padre.

   —¡Aléjate Codd Alessandro! —gritó bruscamente mi padre—. Tu pequeña hermana es una hija del demonio, ¿No ves como nos ha decepcionado? ¿Qué dirán tus amigos, eh? ¿Y las chicas? Que tienes un pedazo de mierda como hermana que está embarazada —continuó con sus histéricos gritos.

   —¡Ya basta! —gritó mi madre poniéndose de pie—. ¡Es nuestra hija! ¿Y si fuese Codd el que hubiese embarazado a una chica? ¿Lo felicitarías? ¿Cuál es la diferencia? —prosiguió ella.

   —¡Que Codd es adulto y eso es de machos! —respondió a gritos mi padre.

   —¡Yo no soy una niña! —grité estabilizándome—. ¡Ya respétame! —fulminé ferozmente a mi padre.

 Me arrepentiría de eso, pero necesitaba gritarle que yo no era una niña y que era más madura que mi hermano. Mi padre empujó a Codd de su camino y cacheteó a mi madre, ella cayó al suelo, Codd se inclinó para ayudarla mientras Tamara, mi madre, sollozaba. Todos sabíamos lo que pasaría. Mi padre me tomó del cabello y me lanzó al suelo, me golpeó con el cinturón dos veces en la pierna, yo ahogué un grito nuevamente, ni siquiera podía detener las lágrimas, mis piernas ardían. Me tomó nuevamente del cabello y me arrastró por las escaleras mientras yo arqueaba mi espalda por el dolor. Me sostuvo por mis axilas y me empujó dentro de mi habitación, retrocedí mientras él cerraba la puerta y caí sobre la cama. 

 Me golpeó dos veces más en las mejillas, más de diez veces en los brazos, perdí la cuenta de las veces que me golpeó con su cinturón en el vientre, dejó marcadas mis piernas. Toda yo dolía.

Our Secret. [Secrets #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora