Our Secret. [Secrets #2]

Capítulo 6.

Our Secret.

Capítulo 6.

 Había decidido alisar mi cabello para verme un poco más juvenil. Delineé mis ojos con delineador negro y terminé de ajustar mi chaqueta de seda de color blanco. Jules y yo lo habíamos planeado muy bien, fingimos una pequeña discusión en la Cafetería de la cual Codd lo felicitó. Él ni siquiera sabía lo que le esperaba. Suponía que yo sería algún tipo de Dakota, o eso esperaba. 

 Yo no planeaba trabajar en Zorretti porque quería dinero fácil, acostarme con muchos hombres o hacerme popular. Yo solo quería conocer los secretos más profundos de cada uno de ellos y cuando los tuviese vulnerables podría por fin asesinarlos. Parecía fácil, pero yo estaba consciente de que estaba arriesgando mucho. También había pensado en contarle a Vanessa, pero ella se veía demasiado mal por la ausencia de Owen como para hacerla sentir aún más miserable, así que la dejé sola en su dormitorio. 

 Despejé el baño de mi dormitorio, Jules estaba vestido con vaqueros y una camisa de mangas. Se puso rígido al verme y me sonrió abiertamente, pude ver la expresión de deseo en sus ojos, y más que nunca, me sentí eléctrica.

   —¿Esa es Grace Bledel, mi novia? —sonrió divertidamente.

   —Lo soy —le sonreí—. Jules, estoy demasiado segura de esto, yo sé que podemos acabar con lo que Codd está haciendo, yo confío en ti y en mí también —sostuve su rostro con mis frías manos.

   —Yo también, Grace —asintió lentamente—. Hoy nos reuniremos en su casa para platicar sobre el próximo vídeo, tú no puedes llegar conmigo, así que solo dame diez minutos y después te estacionas frente a su casa, ¿Está bien? —acarició mi cabello.

   —Lo está —le sonreí.

 Jules acercó sus labios a los míos y me besó, ahí me di cuenta de lo tensos que estaban cada uno de mis músculos. Él acarició como solía hacerlo, mi espalda, era una forma de hacerme sentir tranquila, aunque ya con sus labios bastaba. Bajó su mano un poco más allá de la espalda, antes de llegar a mis glúteos. Me estremecí, yo sabía que Jules no intentaría hacer algo que sabía que yo no estaba preparada, pero de todos modos, estaba estremecida en ese momento. Él sintió mi incomodidad y se alejó lentamente.

   —Lo siento.

   —Está bien —le sonreí.

   —Bien, —besó mi frente—. Supongo que ya tenemos que bajar, ¿No?

   —Sí.

***

 Como Jules me había dicho, después de diez minutos, me diría que podía estacionar enfrente de la casa de Codd. Aparqué detrás de los cinco automóviles que estaban ahí. La bilis subió hasta mi garganta y me obligué a ignorarla, noté que mis manos estaban sudorosas, recordé que Codd había matado a Owen solo por saber sobre ellos, él también podía asesinarme, pero no estaba nada mal por lo menos intentarlo. Tomé el arma y la coloqué debajo de mis vaqueros, la chaqueta de seda la cubría lo suficiente.

 Al despejar el automóvil, medio troté hasta la puerta de su casa. Toqué varias veces la puerta y nadie abría, era de esperarse, ellos no esperaban a nadie más. Hasta que por fin, Harry abrió la puerta, me observó con un poco de confusión, yo solo le sonreí con cinismo. Él se movió a un lado y yo entré. Recordaba esa casa como casi ninguna, pero ésta vez solo habían cinco personas. Dakota estaba sobre el regazo de Jules, sentí un sabor amargo en mi boca y ganas de estrangularla, pero no debía demostrarlo. Chaz estaba sentado incómodamente sobre un sillón reclinable, Harry estaba detrás de mí y Mike estaba sentado en el último escalón de la larga escalera y recordé a Tara diciéndome que no dijera nada sobre su relación con Codd.