Capítulo 13.

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Our Secret.

Capítulo 13.

 Conduje en mi Jeep Cherokee detrás del Camaro de Codd lo más rápido que pude, me sentía internamente mal por no haber pensado en que Grace estaba secuestrada, ¿y si le habían hecho daño? No podía imaginarme como la habían tratado, bruscamente claro, ¿pero y si la habían golpeado? No sabía que sería de mí si algo como ello hubiese ocurrido. Grace no era del tipo sentimental, pero tampoco era del tipo inhumana, ¿cómo tolerar algo como un secuestro y todo a causa de Zorretti?

 Me aparqué frente al estacionamiento abandonado, y al bajarme, ya todos estaban entrando. Dakota estaba seria, realmente seria. Todos los hombres, más o menos como diez, empezaron a silbar y a reírse, algo más como una forma de burla hacia nosotros. Codd se acercó junto a Dakota hacia Vic. Observé hacia todos lados, tratando de encontrar a Grace, hasta que la vi con los ojos y boca vendada, además de sus extremidades, me apresuré corriendo hacia ella, empujando al hombre que estaba cerca de ella. Coloqué mis manos a cada uno de los costados de sus brazos, ella pataleó y trató de gritar, pero yo enseguida la abracé y pude sentir que ella sabía que yo estaba allí porque se calmó y empezó a llorar con desespero mientras yo le susurraba al oído que todo estaría bien.

***

 Deslicé mis manos llenas de shampoo por el cabello de Grace. Desde que había llegado al baño de mi dormitorio, no movía su vista de la perdida pared blanca que estaba en mi baño. Tenía ojeras, sus pupilas estaban dilatas y la punta de su larga nariz estaba enrojecida. Ya había dejado de llorar y estaba más calmada, solo un poco. Cuando la había montado en el automóvil de vuelta al recinto, toda su ropa estaba sucia, al igual que sus brazos, cabello y rostro, también tenía salpicada sangre y la duda me comía vivo. Ella no tenía ninguna herida, así que la sangre no era de ella. 

 Estaba bañándola en mi tina, ya que ella estaba tan desorientada para hacer las cosas por sí sola. Después de un largo tiempo enjabonando sus brazos, ella bajó la cabeza cerrando los ojos y sollozó. Abracé su cuerpo desnudo y le planté un beso en el cuello, ella volvió a sollozar.

   —Lo maté —tartamudeó—. Soy un monstruo, Jules... —lloró con desespero.

 Abrí los ojos, ¿ella había matado a alguien? La abracé con más fuerza porque yo no podía considerarla un monstruo, ella era perfecta y todo era por defensa propia. Había decidido más nunca ver las cosas que ella hacía desde mi perspectiva.

   —Eres perfecta, no eres ningún monstruo —murmuré contra su húmeda mejilla.

   —Acuchillé su pecho con una navaja, yo... —sollozó nuevamente—. ¿Sabes qué es eso? —su voz titubeó—. Maté a una persona...

   —Cálmate Gracie —besé nuevamente su mejilla—. Te amo a pesar de todo, de la misma desesperada manera en que tú me amas a mí y me rehuso a pensar que eres una mala persona o un monstruo porque yo creo que eres perfecta, con todo y tus errores, —alcé las cejas—. Eres todo lo que yo quiero y no quiero volverte a oír diciendo eso, porque no eres nada de aquello, eres perfecta, muy perfecta.

 Nuestros ojos se encontraron, sus ojos bajaron hacia mis labios y me besó, de una manera desesperada, de aquella manera que a mí me encantaba besarla. Sus brazos húmedos se aferraron a mi espalda y me besó con más energía, y yo simplemente no quería alejarme de ella.

Our Secret. [Secrets #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora