Capítulo 9.

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Our Secret.

Capítulo 9.

Grace.

 Lo primero que mis ojos pudieron captar era la espalda desnuda de Dakota y su ahora nuevo corto cabello rubio cayendo sobre sus hombros. Dejé que todo el peso de mi cuerpo cayera hasta mi pierna derecha y continué observando el escenario, dándome cuenta en ese instante del cuerpo desnudo e inconsciente de Jules. Maldije todas las cosas en las que ellos estaban relacionados y sin hablar de cuantos 'Maldita Dakota' corrieron por mi mente. La saliva se sintió insuficiente por mi garganta, cuando noté que Dakota giró su rostro hacia el mío mientras tapaba con sus manos sus senos. Le regalé una cínica sonrisa, algo más como 'Aquí estoy yo' combinado con 'Te odio, perra'.

   —¿Y entonces? ¿Qué haces aquí, perra? —dije, haciendo énfasis en el adjetivo que había utilizado y que ahora le quedaba muy bien.

 Yo no era del tipo celosa, pero tampoco era del tipo descuidada, pero lo que sí estaba segura era que Dakota era del tipo puta.

   —¿Qué haces tú aquí? —dijo sin mirarme, ésta vez colocándose el brassiere—. ¿Acaso Jules no te dijo que hoy se reuniría conmigo? ¿O es que ni siquiera tienes buenos modales?

   —No necesito buenos modales para entrar a este dormitorio —dije cerrando la puerta, caminé un poco hacia una de las encimeras y me senté sobre ella—. Y no es que sea del todo importante, pero soy la novia de Jules —alcé las cejas—. Así que no necesito pedir permiso ni nada —dije moviendo mis llaves del dormitorio de Jules en el aire.

   —¿Estás admitiendo que eres novia de Jules? —agregó Dakota ásperamente, estabilizada frente a mí.

   —Siempre lo he sido, perra —dije de la misma forma.

   —Eres una... —pataleó un poco—. ¡Codd te matará! —chilló tomando su ropa—. ¿¡Quién te crees para interrumpirme!? Maldita sea —gruñó tomando la manilla del dormitorio.

   —Yo que tú no saldría así —dije observándola de pies a cabeza—. Por esos pasillos llenos de chicos.

   —¡¡Te arrepentirás, Grace Bledel!! —gritó saliendo de la habitación.

 La puerta reventó contra el marco después de que su cuerpo estuviese fuera. Solté un largo y profundo respiro para luego observar a Jules. Él estaba acostado en la cama, con la piernas un poco abiertas, sus ojos estaban cerrados y estaba totalmente desnudo. Por un instante pensé en tapar su cuerpo, y en el otro, pensé que yo podía observarlo solo un poco, así que empecé. Mis ojos recorrieron sus gruesas piernas con muslos grandes y fornidos, mordí mi labio inferior recordando como fueron ellas las que me mantuvieron debajo de su cuerpo hacía solo un día. Luego observé su miembro, o para decirlo de una forma más explícita, observé su pene, y no era algo de lo que querría hablar con detalles, lo único importante era que no me sentía arrepentida de que fuese Jules quien me hubiese desvirgado. Borré ese obsceno pensamiento de mi cabeza y caminé hacia la cama, tapando la mayor parte de su cuerpo con una manta blanca y descansé a un costado de la cama, esperando que despertase.

***

 Había durado media hora leyendo un tipo de revista que estaba guardada en un cajón de sus gabetas, luego pasé las próximas dos horas perdida en su rostro, en sus facciones perfectas de las que nunca me arrepentiría. Jules era extremadamente perfecto y a veces solía preguntarme que había visto él en mí, porque yo no era linda a simple vista, la mayor parte del tiempo vestía vaqueros doblados por encima de los tobillos, blusas que anteriormente habrían sido ajustadas con chaquetas de sedas no muy brillantes y suaves como suelen ser, siempre utilizaba tenis o zapatillas medio desgastadas, y mi cabello naturalmente era un desastre. Era lacio. Pero no del tipo lacio que con solo pasarte el peine una que otra vez quedaba perfecto, si no del tipo lacio que humedecías, dormías, y al siguiente día parecía que dos mapaches hubiesen peleado encima de él, así que muy pocas veces solía mantenerlo suelto, siempre optaba por trenzas y dejar caer mi pollina sobre mi frente, aunque Jules prefería verme con el cabello suelto, ya que podía acariciarlo. Nunca me habían gustado mis ojos grises en lo absoluto, aunque delineados y maquillados podían hacerse lindos y hacerme sobresalir, no pasaría todos mis días maquilladas y cuando no me maquillaba, se veían vacíos, apenas notables. Y no volveré con el rollo de que no me consideraba linda pero tampoco fea, porque supongo que ya está lo suficientemente claro.

Our Secret. [Secrets #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora