Destructora (Kai y tú)

Cap. 3

Inmediatamente abandonamos el sótano olvidándonos por completo de Christopher. Al salir del sótano reaccioné y me volví hasta donde estaba y lo golpeé con el mango de mi pistola. Éste cayó inmediatamente al suelo. Luego de asegurarme de que estuviese desmayado corrí a ver de dónde provenían los disparos.

Fue una imagen que no quise ver. Un pequeño charco de sangre que provenía de... mamá. Me acerqué y pude ver que no sólo le dispararon en el hombro izquierdo y en el pecho, si no que también la apuñalaron una gran cantidad de veces en su estómago. De mis ojos no parecía salir una lágrima. Pero por dentro estaba destrozada. No por mi madre, sino por mi padre y mis hermanos. No me gusta ver débil a la gente que me importa. Y menos por esa mujer que lo único bueno que resultó para mi beneficio fue enseñarme a pintar en círculos sin salirme de la raya. Es mi único recuerdo lindo, por decirlo de alguna forma. Toda su vida vivió reprochándome junto a la madre de Jacob, mi abuela."Noralí por qué no nos acompañas al spa de la señora Zuran?" "Deberías verte, vienes toda ensangrentada con bichos colgando en tus hombros, qué clase de mujer hace eso" " A veces creo que crié a un varón" y así siempre.

Y como si eso fuera poco, Carl salió de la casa desesperado.

- La abuela, no está! - dijo un tanto agitado.

- ¿Estás seguro? ¿Revisaste toda la casa? ¿El granero? ¿El establo? Puede que ande perdida en el bosque también. -dije tratando de calmar las aguas.

- Todos, busquen hasta por debajo de las piedras - dijo papá.

- Pero, y que haremos con el cuerpo de mamá? - preguntó John.

- Vayan, yo me encargaré. -dije.

Todos acataron las órdenes de mi padre y yo me dirigí hasta la parte trasera del establo para buscar una pala. Busqué una buena zona donde cavar y comencé mi trabajo. Cuando terminé de cavar unos 5 metros, arrastré el cuerpo de mamá hasta dejarlo en una buena posición dentro del hueco que hice. Cuando terminé de cubrirlo por completo, recordé que cuando éramos niños, mis hermanos y yo hicimos una cruz con huesos de caballo. La había guardado Tobias, así que me dirigí a su cuarto para encontrarla. Revisé cajón por cajón y lo único que encontraba eran puras revistas xxx y deportivas. Hasta que hice memoria y busqué en una pequeña caja que tenía escondida debajo de su cama. Y efectivamente allí estaba. Habíamos acordado que a la cruz se la quedaría él ya que era el único responsable de todos nosotros.

Clavé la cruz en su respectivo lugar y me volví hasta mi cuarto. Me duché ya que me había manchado el cuerpo con sangre y olía muy mal. Abrí mis ojos como platos cuando recordé que Christopher estaba en el sótano. Corrí con todas mis fuerzas hasta allí y efectivamente no estaba.

Luego de esto me interné en el bosque y busqué a papá. Lo encontré detrás de un árbol protegiéndose de quien nos pudiera estar rodeando. Le susurré en el oído y seguidamente me apuntó con el arma. La bajó cuando se dio cuenta que era yo.

- Papá. Fueron los Vélez.

- Lo sé. Ayúdame a buscar a tus hermanos e ideemos un plan, tenemos que rescatar a tu abuela.

- Está bien. ¿Para dónde fueron?

- Tobias, John y Carl hacia el rancho de los Park. Claudio ,Pedro y Lautaro en dirección contraria. Nos encontramos en el lugar de siempre.

-Entendido.

Nuestro "lugar de siempre" era una pequeña abertura en el suelo a un costado del río donde realizaba mis entrenamientos. La hicimos mis hermanos, Carl y yo de pequeños. La usábamos para escondernos de nuestras primas. Quien pasase por allí no se daría cuenta ya que estaba cubierta por una gran capa de pasto.

Fui hasta el rancho de los Park y a unos metros estaban mis hermanos y mi primo. Les lancé un silbido y alarmados subieron sus armas.

- Soy yo. Acompáñenme, reunión en el lugar de siempre.

Luego de recolectar a todos nos encontrábamos debatiendo qué hacer para sacar a mi abuela de las garras de los Vélez.

Cuando el plan estuvo decidido y aceptado por todos, buscamos una buena cantidad de balas que se hallaban en un pequeño baúl que había allí.

Cuando estuvimos bien equipados logramos rodear la casa de los Vélez. Papá iría a negociar con el jefe del lugar. Yo me metería por una de las ventanas del baño y los demás al menor ruido dispararían contra la casa.

Me asomé a la ventana del baño y pude ver una figura cepillándose los dientes. Era Christopher. Estaba sin remera y con una venda atada al rededor de su cabeza. Vaya, creí que solo lo desmayé. Bueno. Que cuerpo. Pero no es este mi objetivo así que esperé a que se dignara a terminar de cepillarse sus dientes. Cuando oí que la puerta se cerró entré velozmente y saqué mi P99. Revisé el pasillo y finalmente di con la puerta que buscaba. Su sótano.

Era común tener víctimas en ese lugar. Abrí la puerta lentamente y vi a alguien de espaldas. También vi a mi abuela arrodillada con la boca y las manos atadas. A su lado se hallaba un niño de unos 8 años de edad. Que infelices. Sigilosamente entré y apuñalé por la espalda a uno de los que estaba a cargo del lugar. Hubiese sido más eficiente si fuese un tiro en la pierna así me lo llevaba de rehén. Pero habría levantado sospechas y no quería eso. Me asombré cuando vi a quien había apuñalado.