Tomas había entrado con Anne a upa. Me levanté enseguida ya que el niño estaba haciendo mucha fuerza y no querría tener que devolver a la niña al hospital.
—Casi se cae a la piscina, es que comenzó a gatear —dijo.
—Esta niña. Gracias por traerla, corazón. —dije despeinando su cabellera. Tomas salió nuevamente al patio. Quedé con la niña a upa y volví a la conversación con aquella tipa.
—Oh, pero si es Andrea —dijo llorando mientras estiraba sus brazos para tomar a la bebé. No dejé que la tocara, así que la empujé con mi pierna y emitió un gruñido.
—No la toques. Ahora dime quien es tu madre y porque mierda te envió a este lugar.
—Mi madre se llamaba Elizabeth, Elizabeth Lincoln. Me enteré que falleció hace unas semanas. En su carta de herencia dejó una indicación para mi. Y decía que debía venir a este lugar, ya que el propietario había muerto y no se habitaba.
Oh, esto no puede ser. Todo esto concuerda con lo que mi madre me dijo en mi sueño. Mi madre se llamaba tal cual la madre de esa joven. Y el propietario de esta casa era mi abuelo, que ciertamente había muerto. ¿Será ella la hija de mi madre? ¿Producto de su infidelidad?
— Esto debe ser un error. Tú debes haber estado drogándote allí afuera, seguro.
—No, ____.
—¿Cómo sabes mi nombre?
—Tu madre es mi madre. Tus hermanos son también los míos. Y mi hija, Andrea, la que sostienes en brazos, es su sobrina.
—Estás loca, que fue? Tal vez, marihuana, cocaína, heroína? O qué?
— Si no quieres comprender, está bien. Sólo vine a por mi hija.
—Esta niña no se irá de este lugar. Y si intentas algo, tampoco te irás. Porque acabaré contigo y tu cadáver será descuartizado por el perro de la casa.
—No me niegues a mi hija, por favor.
—Tú decidiste largarte. Tú solita te metiste en esto. Sólo por hacerle caso a un papel escrito por la zorra de mi madre.
—Podría demandarte por secuestro.
—Y yo podría demandarte por tomar esta casa, o por abandono de persona. Si quieres jugar sucio, lo haremos, cariño.
—Está bien, ya. Devuélveme a mi niña. Por favor —dijo llorando.
—Cierra el culo. No estás en cualquier lugar. ¿Sabes?
—Lo sé.
—Y si yo te diera a la niña, ¿adónde la llevarías? ¿A dormir a la calle, contigo? Para que probablemente se muera de frío.
—Eso.... es verdad. Estoy durmiendo en una plaza del barrio. No como desde hace días.
—¿Y?
—Mi madre me ha dicho que eres buena persona, ____.
—Te quedarás, pero sólo por esta noche. Y olvídate de que la niña volverá contigo.
Tenía que hacerlo. Sabía que no iba a dejar de pedirme a la niña. Y obviamente no se la daría.
Se oyeron unos pasos y giré. Era mi padre, preguntando que pasaba que no oía nada.
—Papá, siéntate. ¿Estás preparado para lo que te tengo que decir?
—Es bueno, ¿o malo? —dijo un poco temeroso tomando asiento en el sofá. La joven aun yacía de rodillas en el suelo.
—Malo, es pura mierda.
—Venga, dímelo.
—Mamá te engañó. Y tuvo una hija con otro hombre.
—Yo soy la hija de Eizabeth, señor. —dijo la tipa interrumpiendo.
—¿Qué? —dijo mi padre con sus ojos abiertos. Poco a poco se volvieron rojos y finalmente rompió en lágrimas. Lloraba desconsoladamente. Me senté a su lado y acaricié su espalda. Verlo así me rompía el alma, tanto que lo acompañé en su llanto. No me imaginaría estando en su lugar. Es algo duro. —Cuando naciste, tu madre comenzó a cambiar. Ella no quería hijas mujeres. Y se llevó una gran desilusión. Se comenzó a ausentar en casa, por lo que tu nana y yo nos hicimos cargo de ti durante gran parte del día. Una vez llegó a casa, muy borracha. Discutimos y se fue de la casa. Finalmente un año después, se dignó a volver. Poco a poco se fue dando cuenta de que eras muy bella, e inteligente. Te quiso, mucho. Pero volvió a ausentarse unos años más tarde, salía constantemente. Y yo la pasé muy mal, hija. Muy mal.
Cada palabra era chocante para mi, y mis sospechas se confirmaron. Ver a mi padre ahogándose en lágrimas era lo peor del mundo. Más él, que tuvo que soportar a una familia entera sin una figura materna durante un año. Pero la perdonó, lo que hace el amor, ¿no? Esa mujer nos había destrozado la vida. Y no solo a nosotros, si no también a mi.... hermana.
—Cuando era niña, descubrí un mensaje en el celular de mamá. Era otro hombre incitándola a abandonarnos. No te lo mostré porque quería evitar verte así.
—No fue solo esa vez, mi niña. Descubrí muchas infielidades, pero la perdoné.
—¿Por qué? —preguntó la madre de Anne.
—Por amor. —y ese era el secreto. Mi padre si que amaba incondicionalmente y con locura.
—Señor, ¿puedo quedarme aquí? —preguntó la tipa intentando cambiar de tema.
—Arréglalo con mi hija, por mi no hay problema. ____, sé que tus hermanos y tú nunca me fallarán. Sólo por ustedes es por lo que amé y amo a su madre. Porque me dio a las mejores personas del mundo. Te amo. —dijo mientras me miraba aún con sus ojos llenos de lágrimas. Asentía con cada palabra que me decía. Se levantó del sofá, y tomó a Anne. Me dio un beso en la frente, a la joven la saludó con la mano. Se volvió hasta el patio con la niña.
—Subes las escaleras, la última habitación, usa la cama de la izquierda.
—Mil gracias, _____. Soy Paulina. — dijo levantándose del piso. Extendí mi mano, para saludarla, pero en vez de tomarla, tiró de esta y me envolvió en un abrazo —No sabes cuánto esperé éste momento.
—Ya, ya. ¿Subirás o prefieres volver a la plaza? —dije soltándome.
—La cama es más cómoda que una banca. Ya vuelvo.
Y a partir de este momento dejaré de ser la única hermana mujer. Y la verdad no me agradaba, pero así eran las cosas.
Iré a ver si la casa no se está incendiando.
ESTÁS LEYENDO
Destructora (Kai y tú)
FanfictionNoralí Yeun pertenecía a una familia narcotraficante. Un día, los Vélez quisieron tomar su territorio y comenzó una gran guerra de familias. ¿Alguna de éstas dos familias ganará? Para los jóvenes de las familias la guerra es casi inexistente.