Ya era otro día, estaba segura. Pero no podía darme cuenta ya que veía todo oscuro. Y sí, tenía a Tomas enredado en mis piernas con su cabeza apoyada en mi pecho y una de sus manos tapándome los ojos. En la otra cama estaba Paulina, con la cuál anoche habíamos platicado un par de cosas y nos pusimos al tanto de nuestras cosas. Me inspiraba confianza, no sabía por qué. Hacía mucho no charlaba tan profundamente con una mujer. Anne no durmió en su cuna, si no que Paulina quiso dormir con ella, por el tiempo en que no la vio.
Me quedé un rato en la cama desperezándome, hasta que suena el celular. Era un número desconocido pero tenía característica de Texas. Atendí, podría ser algún cliente.
—¿ Hola? —pregunté.
—____, soy Sarah.
—Ah, tú. ¿Qué quieres? ¿Le pasó algo al bebé?
—No, el niño está bien. Sólo quería decirte que me gustaría que nos encontremos al medio día.
—¿Para qué?
—Debo decirte algo importante. No puedes decirme que no, estoy yendo.
—¿Adónde?
—Nos vemos en La Terraza Del Gober, allí en Durango. A las 12:30 del medio día, ¿va?
—Está bien, nos vemos.
Y corté.
Me parecía bastante raro que quiera verme. Nuestra relación no es la mejor pero intentaré mejorarla, sólo por mi sobrino.
Tomas se había despertado y no quería despegarse de mi. Y con total razón, supongo. Estábamos en pleno invierno y yo, al igual que mi padre y mis hermanos, tenía el cuerpo caliente. No importa en que estación estuviésemos. Siempre éramos de piel cálida. Y eso es un gran beneficio ya que no sufrimos tanto del frío.
Intenté levantarme pero el niño se apretaba más a mi cuerpo.
—Noooo, mami. No te vayas .
—Me estoy meando, cariño. —dije. Sabía que cuando le decía estas pequeñas mentiras, me dejaba ir. No sabía por qué, pero me causaba mucha risa.
—Diu. —puso cara de asco y se soltó.
Me levanté y dirigí mi vista hacia la cama de al lado, donde Paulina había dormido. Pero no estaba. Anne tampoco, así que tenía todos los motivos necesarios como para preocuparme.
Bajé corriendo, y no las vi en el living, tampoco en el comedor. Fui hasta la cocina, y para mi alivio estaban allí. Paulina charlaba con mi abuela.
Decidí regresar a la habitación un poco más tranquila, y me vestí correctamente. Hice las camas y tuve que sacar a Tomas de la cama a las rastras. Me fue casi imposible convencerlo de que debía salir de la cama para que pudiera tenderla y así tendríamos tiempo para bajar a desayunar. Pero se negaba, sólo hasta que le dije que mañana haríamos un día de camping.
—¿Puede ir Kim? —soltó de la nada.
—¿Cómo que Kim? —dije riendo. De seguro me había oído decir su apellido varias veces.
—Tu amigo, mami.
—No, no podrá ir. Me ha dicho que tiene que ayudar a su hermana.
—Ohhhh! —protestó. —Yo le quería preguntar algo.
—¿Ah, si? ¿Se puede saber qué?
—No. Cosa de hombres.
—Hombres, ja. Pues entonces bajemos a desayunar, hombre. —dije haciéndolo saltar de la cama hasta el piso.
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Destructora (Kai y tú)
FanfictionNoralí Yeun pertenecía a una familia narcotraficante. Un día, los Vélez quisieron tomar su territorio y comenzó una gran guerra de familias. ¿Alguna de éstas dos familias ganará? Para los jóvenes de las familias la guerra es casi inexistente.