Estuve casi a punto de dormirme cuando las puertas del quirófano se abrieron. De allí salió un joven doctor con su guardapolvo blanco teñido de rojo.
- Familiares de Sam Yeun.
- Aquí. - dije levantándome de mi lugar.
- Qué tipo de relación tiene con el paciente?
- Soy su sobrina.
- Hay alguien mayor de edad acompañándote?
- ¿Acaso tengo cara de niña? Joder, tengo 21 años. Dígame que pasó con tío.
- Discúlpeme. El paciente perdió mucha sangre por lo que la operación se complicó. Necesitamos dadores de sangre. - dijo serio. Su cara demostraba preocupación o miedo.
- Siento que algo no está bien aquí, hay algo más, doctor?
- El tipo de sangre que posee el paciente es la más difícil de hallar.
- Y qué sangre sería esa?
- 0-
- Bingo. Yo soy 0-
- Necesitamos al menos 6 donadores más en un plazo de 42 horas.
- Bien, dígame que tengo que hacer para donar.
- Es todo un proceso. Necesito que usted esté bien descansada, y que no venga en ayunas, si no que antes de venir a realizar la donación ingiera algún alimento bajo en grasas. Luego se le harán unos exámenes y finalmente podrá donar.
- Bien, entonces donaré mañana. Mientras tanto que pasará con mi tío?
- Trataremos de mantenerlo estable. Pero su vida estará pendiendo de un hilo.
- Por favor, no lo dejen morir.
- Haremos todo lo que esté a nuestro alcance.
Dicho esto se marchó. Claro, siempre que dicen eso la gente termina muriendo. Tengo fe en mi tío. El podrá salir solo y así cerrarle la boca a todos los doctores.
Me di la vuelta y me encontré a papá , Carl y a dos de mis hermanos, John y Tobias.
Carl estaba casi al borde de las lágrimas, por lo que fui y lo abracé fuertemente. Luego de estar un rato así, recordé que debía llamar a mi tía.
- Papá, préstame unas monedas, tengo que ir a la cabina a contarle a mi tía.
- Bien, toma - dijo dándome cinco monedas.
- Gracias, en un minuto vuelvo. Carl, te quiero, mi tío es fuerte. - dije antes de marcharme.
- ___. - dijo Carl.
- Dime.
- Toma - vi como sacaba de su cinturón mi P99.
- Oh, muchas gracias.
Ahora sí, me sentía completa. Finalmente me dirigí a la cabina a la que fui esta madrugada y marqué el número de Alexa.
Me respondió al primer tono.
- Tía, está muy grave. Necesita dadores de sangre, pero eso no es lo peor. La sangre que necesita es muy difícil de hallar. Por lo pronto yo me iré a descansar y volveré mañana por la mañana a donar.
- Gracias tesoro, te lo agradezco mucho. Descansa. - dijo mi tía desconsolada.
- No te pongas mal, él es fuerte. Nos vemos mañana?
- Claro corazón, gracias por avisarme.
- De nada, adiós.
Colgué. Vaya que ha sido un día agotador. Me recargué sobre uno de los vidrios de la cabina unos minutos hasta que me di cuenta de la cola que había fuera para utilizar el teléfono. Y yo aquí descansando, que tonta.
Cuando regresé al hospital, me dirigí hasta donde debía estar mi familia. Allí estaban, conversando.
- Papá, préstame el auto, necesito ir a un lugar. - dije. Mi objetivo era ir a una cafetería de aquí cerca para traerles el desayuno al hospital, por experiencia propia, sé que los cafés que hacen en los hospitales saben a mierda. Y ellos debían estar cansados.
- Toma, te me cuidas princesa - dijo papá dándome las llaves de su coche.
Al realizar el recorrido correspondiente del hospital para llegar a la salida, por fin mi cara sintió el viento otoñal.
Ubiqué el audi de papá y me subí en el, lo arranqué y activé el gps. No me llevaba muy bien con las calles de esta ciudad, una vez estuve perdida más de 24 horas aquí. Por suerte mi tío Sam me encontró y avisó a mi padre.
Antes de comenzar a andar, revisé la guantera del coche, allí siempre dejaba dinero por si las dudas. Y ahí estaba. Lo necesitaba para realizar el pago.
Recorrí un poco el centro de la ciudad y vi como 5 cafeterías por cuadra, fácil. Pero estaban todas llenas en su gran mayoría de gente anciana. Es increíble que se puedan levantar a esta horas de la mañana.
Vi una cafetería vacía un poco alejada de la zona céntrica de la ciudad. Estaba entremedio de un bar gay y una vieja librería. Las bordes de las calles estaban despejados por lo que se me hizo muy fácil estacionar.
La cafetería estaba vacía, salvo por una pareja mayor. El interior tenía un estilo a los años 80. Piso a cuadros blancos y negros intercalándose entre si y paredes blancas. Los asientos eran de cuero y las mesas de una madera vieja barnizada. Luego en la barra había asientos separados de cuero rojo. Me encantaba esa modalidad.
- Buenos días - saludé a la pareja y a los camareros. Se me hacía de muy mala educación no saludar cuando entraba a un lugar. Todos me respondieron con una sonrisa.
- Buenos días para usted, qué se le ofrece señorita? - me dijo uno de los camareros, que debía tener unos 40 años.
- Deme 3 cafés, muy cargados si puede ser. Y uno con leche. También 3 donas glaseadas y una medialuna salada. - bueno, eso era un problema. A papá y a mis hermanos les gustaba el café solo, y mi primo Carl sólo lo tomaba con leche. Después, a mi primo y a mis hermanos les gustaban las donas, pero a papá no, y le gustaban sólo las medialunas saladas. En fin, mi familia era complicada.
- Wow, de veras usted debe tener mucho apetito. - dijo riéndose el camarero.
- En realidad esto no es para mí. Mi familia está muy agotada y deben querer desayunar algo.
- Oh, que buen acto de su parte. Siéntese, en menos de diez minutos le traeré el pedido -
Hice lo que me pidió y me senté en uno de los pequeños banquitos de la barra. Me giré y la pareja de ancianos me estaba mirando hasta que la mujer me sonrió y levantó su mano en modo de saludo. Me derretí de amor en ese momento, literalmente. Le devolví el saludo y me quedé viéndolos imaginándome a mi a su edad.
Un chasquido me sacó de mis pensamientos.
- ¿Pensando en un enamorado? Aquí tiene lo que me pidió - dijo el camarero riendo.
Me reí también.
- No no, disculpe. Muchas gracias, ¿cuánto es?
Me cobró y me despedí de todos los que se encontraban allí. Cuando salí de la cafetería vi un auto bastante conocido parado enfrente del bar Gay.

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Destructora (Kai y tú)
FanficNoralí Yeun pertenecía a una familia narcotraficante. Un día, los Vélez quisieron tomar su territorio y comenzó una gran guerra de familias. ¿Alguna de éstas dos familias ganará? Para los jóvenes de las familias la guerra es casi inexistente.