Comencé a desesperarme, tenía que salir de este lugar. Mi familia debe estar muy preocupada. Pero, ¿en dónde estoy? Sé que es un hospital. Lo que no encaja aquí es que en el pueblo en el que habito no hay ningún lugar con estas características. Sólo teníamos un médico y era el doctor Harris que habitaba en una humilde casa de dos ambientes.
Me saqué la aguja brutalmente y la abertura que normalmente dejaría en mi piel se agrandó más gracias a mis movimientos. Estaba perdiendo sangre pero no me importaba. Mi objetivo era salir del lugar como fuese.
Bajé de la cama y me caí accidentalmente. No tenía fuerzas para sostenerme por mi misma. De seguro era la sangre que descendía por mi piel. Busqué alrededor de la habitación y hallé una mesa de luz en una de las esquinas. Me acerqué sosteniéndome de las paredes hasta llegar al pequeño mueble. La mesita constaba de tres cajones, el primero tenía calzones blancos que probablemente le vayan a mi abuela, el segundo estaba lleno de velas, y el tercero tenía toallas, justo lo que necesitaba. Me deslicé por la pared haciendo impactar mi trasero contra las baldosas frías. Me las ingenié para atarme la toalla en mi herida.
Luego de hacer todo eso, me decidí por ir a ver de quien era el cuerpo que yacía sobre aquel intento de cama. Efectivamente era Kim.
¿Qué hacía él aquí? ¿Qué hacía yo aquí? ¿Por qué estamos juntos?
Necesitaba que alguien respondiera mis preguntas así que comencé a mover bruscamente a Kai. Mi mente luchaba por acordarse de lo que había pasado pero sólo conseguía ver una luz completamente blanca. También pensaba irme de aquí y dejarlo a Kim roncando en esta especie de hospital, o lo que fuese. Pero pensándolo bien, tal vez él me hizo compañía en la noche y no podía ser una desagradecida. Mis padres siempre me inculcaron valores así que opté por quedarme e interrogarlo.
Al ver que ante mis movimientos no se movía, le propiné un tincaso en la frente. Vi como su nariz se arrugaba y comenzaba a abrir sus ojos.
- Qué haces? ¿Qué te pasó en el brazo? ¿ Por qué no estás acostada? - vaya que era bravo al levantarse.
- Primero respóndeme tú. ¿ Qué hacemos aquí? ¿Dónde estamos? -
- Te intoxicaste. Los médicos dicen que fue por el agua que tomaste en el río. Te hicieron un lavado de estómago y luego tuviste 39.4 de fiebre. Y estamos en el hospital central de Texas. Iré a llamar al médico para que te pongan en una cama de fuerza si es necesario. -
- No te vas a ningún lado, mira, aquí estoy, vivita y coleando. -
- Eres una ignorante. Todavía no estás bien -
- Soy inteligente. -
Luego de decir eso, vi mi ropa bien doblada sobre la cama donde estaba durmiendo Kai. La tomé e hice un esfuerzo para llegar al baño. Al cruzar la puerta, noté que era una espacio reducido y que estaba muy bien equipado. Me miré en el espejo y parecía una muerta viviente, de pronto me agarraron ganas de hacer pis, por lo que obedecí a mi vejiga. Una vez terminado el proceso, me di cuenta que faltaba papel higiénico, maldita sea!
- Kai, tráeme papel higiénico por favor! - grité desde el baño. Solo espero que no se haya quedado dormido.
Estaba sentada sobre el inodoro y así estuve por un tiempo largo. Hasta que Kai golpeó la puerta.
- ¿___? ¿Te encuentras bien?
- Maldita sea Kim, llevo pidiéndote que me trajeras papel higiénico desde hace 80 días. Si puedes mover tus piernas y buscar, no?
- Oh, yo, lo siento ___. Ahorita vengo.
Oí como sus pasos se volvían más silenciosos hasta que escuché como la puerta se cerraba.
Estuve esperándolo y nunca llegó. Ya era suficiente. Enfrente mío había un pequeño mueble, debía haber algo que me sirviera de allí. Comencé a revisar y lo único que me podía servir eran toallitas húmedas para bebés. Qué más da. Cuando llegue a casa me asearé mejor.
Comencé a vestirme ya que estaba con una bata azul. Luego lavé mi herida y até otra pequeña toalla, esta vez menos visible, para no despertar sospechas. Una vez lista, salí del baño. Kai no estaba ahí. Bien. No me preocuparía por él. Comencé a caminar muy suavemente hasta la puerta con cuidado de que ningún personal médico me viera.
En los pasillos no había nadie, más que una mujer llorando desconsoladamente. Oh no. Era mi tía, la madre de Carl. ¿Qué carajos habrá pasado? No me podía ir de allí sin averiguarlo.
Me dirigí hasta donde estaba mi tía Alexa y apoyé suavemente mi mano en uno de sus hombros.
- Tía, tía. ¿Por qué lloras? -
- Oh, ___, ¿qué haces aquí pequeña? - me preguntó limpiándose la nariz y seguidamente retirándose todo resto de lágrimas de su rostro con el puño de su mano.
Oh oh, debo inventarme una mentira.
- Vine a acomodar un negocio pendiente con uno de los doctores. Ahora dime, qué está sucediendo?
- Bien, te lo diré. Siéntate - obedecí y me senté a su lado penetrándola con la mirada. - Tu tío. Lo balearon muy feo cuando fuimos a entregar un pedido a un galpón casi a las afueras de la ciudad. Está grave, lucha por su vida - luego de decir eso se derrumbó nuevamente. La abracé y ella apoyó su cabeza en mis hombros empapando mi ropa.
Era normal que hubiese percances cuando entregásemos un pedido. Pero nunca nadie se había pasado tanto. Mi tío Sam está un poco ausente en casa y en la vida de Carl, a modo que mi primo llama "papá" a mi padre. Sam es el hermano menor de mi padre y están asociados en este negocio. Mi tío se movía mucho por la ciudad, ya que decía que se trabajaba mucho más aquí, y tenía razón. Ellos aparecían rara vez en el pueblo, y si lo hacían era para buscar más merca. El único contacto que los padres de Carl mantenían con él, era vía telefónica. Pero bueno, tampoco eran malas personas.
- Maldita sea. - dije.
- ¿Podrías hacerme un favor?
- Lo que sea, tía.
- Llama a Carl y mantenlo al tanto de la situación, por favor.
- Está bien, iré a buscar algo por donde contactarme, necesitas que te traiga algo?
- No, gracias ___.
Sin más me retiré de allí en busca de un teléfono público. Hasta que de tanto merodear por el hospital buscando una salida llegué a un tipo de comedor. Y que bonita vista tenía delante mío.
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Destructora (Kai y tú)
FanfictionNoralí Yeun pertenecía a una familia narcotraficante. Un día, los Vélez quisieron tomar su territorio y comenzó una gran guerra de familias. ¿Alguna de éstas dos familias ganará? Para los jóvenes de las familias la guerra es casi inexistente.