Viviana se dio la vuelta para saber si Toro estaba cerca justo cuando Dan la iba a besar.
Estaba asustada porque estaba empapado en sangre y no se había querido marchar sin ella. Gato se acercó a ellos también bastante preocupado.
-Vamonos, ya llame a mi prima, va para el apartamento para sacarle la bala al jefe.- Informó Gato.
-¡Toro!- Exclamó Viviana, quería que él fuera con ellos, captó la mirada extrañada de Dan y entonces siguió gritando: -¡Emilia! ¡Chuky!-
Emilia se acercó de la mano de Chuky. Y Toro vino por el otro lado.
Las chicas se abrazaron brevemente y luego se marcharon los seis.
En media hora llegaron a un barrio bastante alejado del centro. Gatos callejeros campaban a sus anchas por las calles y callejones en busca de ratas.
No era a lo que estaba acostumbrada, ella estaba habituada a grandes avenidas y aceras limpias.
-Tan distinto de nuestro sitio. ¿Eh Vivi?- Preguntó Emilia sonriendo.
Llegaron a una calle ancha y Gato que iba conduciendo subió la furgoneta a la acera. Rápidamente subieron a Dan a su apartamento, lo dejaron en su cama y Viviana se sentó a su lado para apoyarle.
-La prima de Gato es Blanca. Disfraza tu forma de hablar todo lo que puedas no debe reconocerte.- Explicó Dan.
-¿Qué Blanca? ¿Mi Blanca?-
-Odbio.- Respondió él haciendo una mueca de dolor.
Ella decidió dejarlo dormir mientras llegaba su amiga.
Y cuando llegó no pudo evitar sorprenderse, no venía vestida como de costumbre. Llevaba unos vaqueros rotos de color negro y una camiseta también negra con calaveras. Su larga melena castaña la llevaba recogida en un apretado moño.
-¿No quieres irte? Esto va a ser desagradable.- Dijo Blanca.
Viviana solo pudo negar con la cabeza y su amiga se encogió de hombros. Puso un maletín enorme sobre la mesa de noche y preparó una inyección.
-Anestesia local.- Explicó Blanca como si de verdad fuera una médico profesional.
Ella asintió deseando bombardearla a preguntas.
Aguantó como una campeona todo el proceso, vio como le hacía un corte limpio en el hombro y hurgaba con las pinzas para buscar la bala.
-No ha dañado nada puedes estar tranquila.- Dijo Blanca como toda una profesional.
Volvió a asentir como una idiota. Y siguió mirando como lo cosia, limpiaba y vendaba.
Suspiró sonoramente cuando terminó.
Gato entró en ese momento y la sorprendió dándole un beso en la cabeza. A Blanca le dio un gran abrazo de oso.
-¿Y esta nueva chica quién es?- Preguntó curiosa Blanca.
-La mujer del sombra.- Contestó Gato.
-Y parece ser que le ha comido la lengua el gato.- Se burló y luego se rió a carcajadas de su gracia.
-No, no es eso, es que estaba preocupada.- Repuso Viviana disfrazando su acento.
-Ahora tu príncipe dormirá un buen rato. ¿Vienes a la cocina? Voy a desinfectar todo este material para cuando lo tenga que volver a usar.-
Y fueron juntas hasta la cocina donde estaba Toro bebiendo tequila directamente de la botella.
-Por fin conozco al gran Toro.- Dijo Blanca comiendoselo con los ojos.
Él no dijo nada, solo le pasó a Viviana una botella de tequila.
Las dos chicas se quedaron solas cuando Toro fue a ver a su amigo.
-Cuéntame tu historia chica sin nombre.- Pidió Blanca muerta de la curiosidad.
Viviana pensó unos instantes que le podría contar para que sonara convincente. Entonces decidió que no sería tan malo dejar volar su imaginación.
-Me llamo Beba y trabajo en un pub. Ahí conocí a mi sombra. Y bueno estamos juntos.-
-¿Sabes que el sombra no es quien dice ser? ¿Sabes que es un ricachon forrado de pasta? Si su querido papi no te acepta estás perdida.- Se burló Blanca.
-El viejo tendrá que aceptarme. Estoy casada con el sombra. Soy su mujer en la cama y su señora en la calle.- Dijo con chuleria.
Blanca se rió con ganas, esa chica que a todas luces era o había sido un puton se creía una señora.
-Ahora chica chicle cuéntame algo de ti.- Pidió Viviana poniéndole a su amiga un apodo.
-¿Chica chicle?- Preguntó curiosa Blanca.
-Los chicles son dulces y tu lo pareces.-
-Supongo que tienes razón. No tengo mucho que contar. Mi familia es muy rica y yo tengo la vida que puedo desear. Te preguntarás como puedo estar emparentada con alguien como Gato. Mi tía, su madre, se enamoró hasta las trancas de su padre. Un jardinero sin el abolengo de mi familia. Como ella se empeñó en continuar su amor fue desheradada y deshauciada por mi abuelo. Se vino a vivir a este barrio y fue feliz. Cuando supe la historia quise conocerlos y cuando me metí en su mundo de pandas callejeras y fui consciente de los peligros hice un curso y convencí a mi madre que me dejara trabajar de voluntaria en varias cosas. Entre ellas hospitales. Aprendí mucho y también ayudo mucho.- Explicó resumiendo ella y Viviana como la conocía supo que era solo una parte de la historia, sonrió al pensar que todos guardaban algún secreto.
Decidió que era el turno de bromear un poco.
-¿Y como conociste al tío bueno de Toro?-
-¿Cómo lo has sabido? Eres una jodida bruja. Toro llegó al hospital herido de bala, nadie le atendió, yo estaba de voluntaria para animar a los niños. Pero había ayudado muchas veces a sacar balas y hacer curas y hasta coser. No lo iba a dejar morir. Tomé el toro por los cuernos y lo atendi. Me enamore de él pero él no me recuerda.- Contestó Blanca tomándose en serio la pregunta.
Viviana no sabía de que más hablar así que se despidió de ella dándole un beso en la mejilla. Pero antes de salir de la cocina decidió darle un consejo.
-Si Toro te dice de echar un buen polvo acepta. Vive el momento.-
Y salió de allí con una enorme sonrisa. Pero se tropezó con Toro que la miraba intensamente.
Ella se acercó para poder hablar en voz baja.
-Ve a la cocina y tírate a Blanca. Estará dispuesta.- Le dijo Viviana.
-Lo sé, oí la conversación.-
-Maleducado. Anda ve y seducela, sabes que a mí jamás podrás tenerme.-
Toro Sintiéndose enfadado fue a la cocina para coger más tequila. Y de paso pensar en las palabras de la mujer de su colega. Haría bien en recordar siempre que un amigo no se mete con la mujer de otro.
Se apoyó en la encimera y encendió un cigarro, aspiró el humo y se lo echó directamente a la cara de Blanca y muy en su estilo soltó a bocajarro:
-Esta noche necesito una mujer. ¿Querrás serlo tú?------------------------------------------------------------
La foto de este capítulo es de toro.
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Locura Desenfrenada
RomansaViviana esta feliz con su vida. Ama su profesión. Pero de repente ve como su pasado regresa a ella recordandole cosas que debían estar enterradas. Daniel ha regresado para luchar por ella. Y no se irá sin recordarle lo mucho que se amaron. ¿Consegui...