Viviana ayudó a levantarse a su hermana y también la ayudó a llegar a su habitación. Le preparó un baño y la hizo sentar el la bañera.
-El agua caliente te relajara.- Le dijo a Sara, echó gel en una esponja y empezó a masajearle la espalda.
Eloisa entró sin llamar en el baño, las miró con el ceño fruncido, sin sentir ternura.
-¿Puedes venir un momento Viviana?-Preguntó la madre de las dos chicas.
Viviana besó en la frente a su hermana y salió al pasillo con su madre.
-Esta noche tenemos cena con tus ex-suegros y Steven. Arreglaros decentemente.- Dijo y se quedó mirando fijamente a su hija mayor.
-¿Qué mamá? Suelta la sopa, ¿Qué ronda por tu cabeza?- Preguntó Viviana.
-Pensaba si tienes sangre en las venas. Tu hermana nos traicionó a todos y tu la tratas con el mayor cariño del mundo como si no hubiera echo nada.-
-Tal vez no tenga sangre, pero si tengo corazón. Y no voy a dejar de lado a Sara porque siguiera los dictados de su corazón. Por dios es mi hermana y para mí la mejor persona del mundo. Cambiando de tema Sara ¿tendrá convite en la boda?_
-No, eso sería premiarle su indecencia y su inmadurez.-
-Yo le organizare una pequeña fiesta después de la boda, no todos los días se casa uno. Aunque falte al instituto, pero mi hermana tendrá un día inolvidable.-
-Yo no me ayudaré, pero llamaré al instituto para justificar tus faltas.-
Viviana observó como su madre se marchaba y entró de nuevo al baño.
Sara lloraba con la cabeza sobre sus rodillas. Se arrodilló a su lado, le mojó la cabeza y se la enjabono dando un masaje.
-¿Has escuchado todo verdad?- Preguntó ella, Sara solo pudo asentir.
-Tranquila mi sol yo tu hermana mayor estoy aquí para ti. Siempre.-
-Créeme que ahora sé que me adoras.- Dijo ella con una sonrisa triste. -Y no hagas caso a mamá, tú si tienes sangre en las venas, la que no tiene es ella. Ella tiene horchata. ¿Te bañas conmigo como cuando eramos niñas?- Preguntó Sara.
-Supongo que es un poco raro pero ¿por qué no?-
Viviana se desnudó y se sumergió en el agua caliente. Después de un relajante baño se ayudaron a peinarse. Sara aliso el pelo de Viviana y Viviana rizo el de Sara. Luego se maquillaron una a la otra.
-No te vistas Sara, espera.- Pidió Viviana y envuelta en una toalla corrió a su habitación.
Buscó en su enorme armario el vestido azul que tanto le gustaba a su hermana y después de vestirse rápidamente con un vestido blanco largo volvió donde Sara.
Ella abrió mucho los ojos cuando vio lo que Viviana le traía.
-Llevaba tiempo detrás de ese vestido me encanta y nunca me lo quisiste prestar.-
-Ahora es tuyo.-
La ayudó a ajustar el corsé del vestido y a estirar los pliegues de la falda. Como ya tenía un poco de barriga abultaba un poco el vestido.
Ambas se pusieron unos tacones de diez centímetros y cuando se daban los últimos retoques su padre fue a buscarlas.
Admiró a sus dos princesas y las abrazó. Pero sobre todo observó a Sara y como su figura empezaba a redondearse. No podía estar más tiempo enfadado con ella.
-Sara cariño ya no estoy enfadado. Solo estoy defraudado. Espero que tu vida al lado de ese sea buena...-
-Si no le cortaré las pelotas, tranquilo papá.- Interrumpió Viviana.
-¡Hija!- Exclamó Braulio luego recordó algo y le dijo a Sara: -Steven está esperándote en el pasillo.-
Las dos hermanas iban a salir pero él cogio del brazo a su hija mayor para darle un abrazo y murmurarle en el oído:
-Ahora mis esperanzas están puestas en ti, tú eres la que tiene ahora el futuro de la empresa. No me defraudes princesa.-
Viviana sintió instalarse un peso dentro de su corazón, su padre estaba depositando demasiadas esperanzas e ilusiones en ella.
Se reunieron con Sara y Steven, él miró con odio a Viviana pero con una sola mirada de advertencia de Braulio dejó de mirarla.
La cena fue tensa y llena de miradas de reproche.
-¿Cómo vais a organizar una boda en una semana? Yo no pienso ayudar en nada.- Dijo con aires de superioridad la madre de Steven.
-Mi hija mayor se ha ofrecido, ella organizará todo.- Explicó Eloisa.
-A pesar del cambio, la fusión de empresas se realizará ¿verdad?-Preguntó el padre de Steven preocupado por la metedura de pata de su hijo.
-Si, eso sigue en pie, solo que tu hijo no se casará con mi hija mayor. Lo hará con la pequeña. Nosotros nos haremos cargo del papeleo de la fusión además de buscar iglesia, juzgado y juez para el sábado o el domingo a más tardar. Tengo que volver a mis negocios rápidamente.- Contestó Braulio.
-¿Y no se pueden encargar nuestras esposas?- Preguntó agobiado Charles.
-Habla con tu esposa, la mía esta enfadada y no colaborará.-
Eloisa y Samantha negaron con la cabeza, estaban molestas y no querían ayudar. Viviana estaba molesta con su padre, ¿Cómo podía negociar con sus hijas como si fueran un mueble o algo peor?
Una criada entró al comedor con una caja blanca decorada con un lazo rosa.
-Perdón la interrupción pero acaban de dejar esto para la señorita Viviana.- La nombrada levantó la mirada de su plato y miró la caja. Se le hacía muy conocida. De repente sintió que no le llegaba el aire.
"No puede ser" pensó aterrada.
-¿No piensas cogerla hija?- Preguntó Braulio.
A Viviana no le quedó otro remedio que acercarse y cogerla. Sentía que en cualquier momento moriría de un infarto.
No creía a Dan capaz de jugarle una jugarreta como esa, pero a Chuky si, ya tenía unas ganas locas de salir y estrujarle el cuello.
-¿No la piensas abrir?-
"Dios muero, no puedo abrir esta caja delante de todo el mundo" Pensó sintiendo como se le oprimia el corazón.
Sara se dio cuenta que algo pasaba con su hermana y tenia la certeza que no era algo bueno. Pero algo si tenía claro, estaría apoyándola como ella había echo con ella.
"Tengo que abrir la maldita caja, están esperando" Pensó enfadada Viviana.
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Locura Desenfrenada
RomansaViviana esta feliz con su vida. Ama su profesión. Pero de repente ve como su pasado regresa a ella recordandole cosas que debían estar enterradas. Daniel ha regresado para luchar por ella. Y no se irá sin recordarle lo mucho que se amaron. ¿Consegui...