Locura Desenfrenada

CAPITULO 2:

Viviana miraba el papel como si le fueran a salir dientes y morderle. No sabía que pensar ni que hacer. Su mirada se posó en el álbum que descansaba en la caja, se sentó a ojearlo, se descubrió a si misma llevando un horrible vestido de tul y organdí. Una estúpida sonrisa le acompañaba en todas y cada una de las fotos.
- Genial, esto es genial, encima lleve al Chuky de padrino. Y de madrina a una tía disfrazada de Dorothy del mago de oz.- Dan se rió a carcajadas pero luego se puso serio y dijo: - Ese amigo mío me tiene que explicar muchas cosas. Entre ellas que cojones bebí anoche para tener estas lagunas mentales.- El móvil de Viviana empezó a sonar insistentemente en su bolso, ella se acercó hasta el sillón donde lo había dejado y cuando lo encontró ya no sonaba. Miró los mensajes y llamadas perdidas y exclamó: - Estamos bien jodidos, dos llamadas perdidas de mi hermana, dos de Steven y dieciséis de mi padre.- Como queriendo afirmar lo que decía el teléfono volvió a sonar. Ella contesto intentando sonar normal. Pero su padre estaba furioso. -Viviana ¿Se puede saber donde cojones estás metida? ¿Sabes el estado en el que llegó tu hermana anoche?- - Lo siento papá, no sabía que mi hermana la iba a liar.- -¡Irresponsable! ¡Vais a estar castigadas hasta el siglo que viene! ¡Te quiero en casa en una hora!- Antes de contestar miró la hoja de registro de la cabaña para saber exactamente donde se encontraba. Se tragó una maldición e intentando sonar sumisa le dijo a su padre: - Papi me encantaría estar en casa dentro de una hora pero no va a ser posible...- - ¡Qué coño estas diciendo! ¡No te estoy diciendo que que vengas te lo estoy ordenando!- Exclamó cada vez más furioso el padre. - Lo sé y nada me gustaría más que obedecerte, pero no puedo teletransportarme ni hacer magia. Estoy a casi quinientos kilómetros de casa.- -¿Pero qué mierda estás diciendo? ¡Qué locura es esa! ¿Con quién estás? -- Con una amiga de turismo.- - ¿Qué amiga?- Viviana se quedó en blanco sin saber que mentira inventarse, entonces Dan le susurró un nombre. Inmediatamente se arrepintió de decirlo, Blanca su mejor amiga, la dejaría sorda pidiendo explicaciones y su hermana enseguida sospecharia que estaba mintiendo. Ellas sabían como funcionaban las cosas en su instituto. Pero como ya estaba dicho tendría que seguir mintiendo e inventado excusas. Se dio cuenta que su padre le había echo una pregunta así que dejó a un lado sus pensamientos para responder: - Si papá es Emilia Soler. La que los padres tienen un montón de fábricas de telas por todo el país. Tenemos hambre, paramos a comer y volvemos para allá. Te lo prometo. Gracias por ser tan comprensivo. Intentaremos no ir rápido.- Después de decir eso colgó antes que Braulio le dijera algo más. - Dan te prometo que nunca más vuelvo a beber así.- Dijo ella avergonzada. - Lo importante ahora es saber si alguien más sabe de esto. Aparte del chuki. Porque como nuestros padres se enteren de esto estamos muertos. Y mantener el secreto entre nosotros. ¿Con quién saliste anoche?- Preguntó Dan intentando atar cabos. - Los demás se arrepintieron a última hora de salir. Así que solo salimos mi hermana Sara, Blanca, Steven y yo.- Dan sintió unos horribles celos cuando oyó el nombre del imbecil de su novio. No pudo controlar sus impulsos y la arrincono contra la pared. Viviana protestó: - Me parece que te estas acostumbrado demasiado a arrinconarme contra paredes y cristaleras.- - Ahora eres mía así que tienes que mandar a ese inglés aburrido a la mierda.- - Nada me gustaría más. No estoy enomarada de él. Pero mi padre me lo impuso, esta emocionado con lo que va a crecer su imperio casandome con Steven.- - Si tu padre y el mío se dejarán de rivalidades absurdas podrían conseguir mucho más juntandonos a nosotros.- A Viviana no le apetecía discutir sobre negocios, la postura le había despertardo las ganas de jugar y provocar a Dan. - Cariño creo que con tus estúpidos celos una parte de tu anatomía se esta despertando. Ahora ¿Vas a hacer algo para solucionarlo?- Preguntó coqueta.
Él no habló, solo se apodero de su boca y se dedico a explorarla a placer. Debían tener las hormonas muy revolucionadas porque no podían parar de tocarse. Después de un breve encuentro guardaron en la caja fuerte sus fotos y documentos. Cerraron con llave la puerta, observando el sitio en el que se encontraban vieron que un cadillac de 79 les esperaba aparcado entre dos árboles. Tenía la llave puesta en el contacto así que a toda velocidad salieron de allí. A mitad de camino pararon a comer porque estaban muertos de hambre. Cuando llegaron a la mansión de ella Dan aparcó un poco más adelante para evitar que lo reconocieran. Viviana se bajó y corrió hasta la casa, entró rápidamente y sin detenerse a buscar a sus padres o hermana fue a encerrarse en su habitación. Pero antes gritó a todo pulmón que ya había llegado. Esperando así evitar una segura bronca.