Locura Desenfrenada

CAPITULO 24:

Viviana no entendía porque Sara parecía tan molesta. Se suponía que no conocía a Laura de nada y mostraba hacía ella un desdén desconcertante y cuando le preguntó a que se debía, su hermana solo resoplo y la dejó sola.
Decidió que en casa le interrogaria pacientemente.
Media hora después Laura le hizo señas para que se acercara.
-Gracias por el favor, dame tu dirección que mañana a primera hora me paso para empezar a trabajar.- Dijo contenta la decoradora.
-A las once tenemos que estar en la prueba del catering. Pero si vienes sobre las nueve supongo que nos dará tiempo a ir organizando.- Explicó Viviana.
-Para ir adelantando ¿Tendré que trabajar en interior o exterior? -
-Me gustaría que la boda se celebrará en el jardín.- Contestó Viviana imaginando ya lo hermosa que quedaría la ceremonia.
Laura escuchaba la conversación sin intervenir. No le interesaba la boda de su hermana Sara. Ni siquiera entendía porque Viviana se tenía que hacer cargo de organizarlo todo.
Apuró el zumo que había bebido y se levantó para ir al baño.
-Yo me voy ya. Acuérdate que mañana empiezas a la ocho. Te mando ahora la dirección de la oficina por mensaje.- Explicó la nueva jefa de Laura, después de eso se levantó y fue al tocador.
Cuando salió la esperaba una sorpresa desagradable. Sara la esperaba apoyada en la pared. Sabía lo que quería e incluso sabía que le diría y por desgracia no se equivocó.
-No sé que mierda pretendes con mi hermana, pero aléjate de ella no te quiero cerca. No quiero que pertenezcas a mi mundo, ni quiero que engañes a Viviana, ella es demasiado buena para relacionarse con alguien como tú.- Amenazó Sara a Laura.
-Viviana es la hermana mayor¿ no debería protegerte ella a ti?- Se burló Laura.
-No estoy para bromas tontas, aléjate de ella o atente a las consecuencias.- Dijo Sara y después se alejó.
Laura se resoplo pero esta vez no le daría el gusto, se sentía más unida a Viviana que a cualquiera de sus otros hermanos.
Era sorprendente el poder de la sangre porque no era normal como habían compenetrado en pocas horas.
Volvió a reunirse con ella y se sorprendió del abrazo que le dio.
Rió sinceramente, como hacía tiempo no reía.
-Llevame al barrio porfa hermanita, hoy ha sido un día muy largo y quiero descansar para llegar bien al trabajo.- Pidió Laura.
-Yo quería invitarte a una copita para celebrar.- Dijo Viviana haciendo pucheros.
-Tranquila cariño el fin de semana salimos.- Propuso Laura.
Y Viviana accedió, después de llamar a Chuky para que las esperara en el edificio se dirigieron al coche.
-Te estás acostumbrando a tener guardaespaldas.- Bromeó Laura.
-Son buenos chicos a pesar del mundo en el que viven.-
-Un consejo Vi no te dejes arrastrar por mi mundo. Es como un desagüe que se traga todo, lo bueno y lo malo. De fuera puede parecer emocionante lo ves como si fuera entrar en una película, pero no lo es. Huye cuando aún ahí tiempo. Yo ahora lucharé para sacar a mi familia de ese lugar, pero solo porque tú me has dado una oportunidad real para poderlo hacer. Te debo mucho más que la vida.- Dijo emocionada Laura.
Viviana enjuago las lágrimas y se subió tras el volante. No le gustaban las muestras de debilidad y las lágrimas para ella lo eran.
Le dio la maleta pequeña que le había preparado de ropa y Laura se lo agradeció no tenía ropa elegante. Y tenía que dar buena impresión.
Cuando llegaron al barrio Chuky no estaba en el portal, ni Dan. Dos chicos que no conocía esperaban cual porteros pegados a la puerta.
-¿Son de los buenos o de los malos?- Preguntó Viviana sin saber si bajarse o no.
-Son chicos del Sombra. Podemos bajar. De todas maneras por si no te has dado cuenta los hombres del Diablo nos siguen. Estamos más protegidas que si nos siguiera la policía. Pero no te bajes ya bajo yo. Mañana te llamo ya intercambiamos teléfonos en el club.- Dijo Laura abrazandola y dándole con el dedo en la nariz.
Cuando se aseguró que entraba al portal y los "amigos" de Dan escoltaban a su hermana dentro.
Con un suspiro arrancó y volvió a su urbanización. A penas llegara pensaba tirarse de cabeza en la cama. Estaba agotada.
Al llegar pasó por la cocina por un poco de chocolate y después pasó por la habitación de Sara pero aún no había llegado.
Le mandó un mensaje al móvil Sintiéndose un poco molesta por que todavía no había llegado.
"No tardes mucho, mañana madrugamos, a las nueve viene la decoradora y a las once vamos al hotel a lo del catering."
La respuesta no tardó en llegar.
"Me quedaré a dormir con Steven, encargate de la decoradora. Para el catering estaremos los tres."
Viviana se sintió molesta, por eso no contestó.
No sabía que entre esos dos había tanta confianza como para pasar la noche juntos.
Luego se sintió inmensamente triste, ella tenía que tener cuidado de que la vieran con Dan. En su círculo no podían ni debían dejarse ver juntos.
Tenían que conformarse con esa otra vida que su chico se había inventado vete tu a saber porque.
Y tenían también esa cabaña adorable en medio del bosque.
Suspirando se desnudó y no se molestó en ponerse pijama. Una vez acurrucada en la seda de sus sábanas caras se quitó el sujetador tirandolo bien lejos. Volvió a suspirar de placer cuando la seda acarició sus pechos desnudos.
Decidió mandarle mensaje a Dan. Se sentía sola. Cogió el móvil que lo había dejado encima de la mesa de noche para escribir.
"Hola cariño, aquí estoy sola y desnuda en una cama con sábanas de seda. Añoro tu cuerpo. Desearía que estuvieras conmigo."
Como no recibió respuesta le mandó otro mensaje aún más picante.
"Me estoy tocando pensando en ti"
Una respuesta que no esperaba llegó.
"Viviana estoy en medio de una reunión con un problema monumental luego te llamo"
Frustrada y Sintiéndose mal consigo misma hizo exactamente eso que había dicho que estaba haciendo.
Se tocó mientras lágrimas solitarias caían por su rostro. Se mordió el labio cuando llegó a su orgasmo para no gritar el nombre de Dan.
Luego se durmió Sintiéndose demasiado sola y triste.

----------------------------------------------------------

Papa Braulio en la foto de hoy.