CAPITULO 31:

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Toro llevo a Blanca al baño. Había llenado la bañera con espuma, pétalos de rosas y velas acuáticas.
Se sumergió con ella en brazos y se acurrucaron. Le dio mimos y masajes. Cuando terminaron su baño se acostaron y se durmieron agotados.
El móvil de él le despertó, con un gruñido lo cogió antes que despertara a Blanca.
-Tenemos que ir al desierto.- Informó Dan.
-¿A qué hora?- Preguntó Toro frustrado, sus planes eran pasar toda la noche con su chica.
-En media hora saldremos. Me gustaría que fueramos todos juntos.- Contestó Dan.
-Está bien. Nos vemos en el pasillo.- Accedió Toro.
Se levantó de mal humor, se vistió y despertó a Blanca dándole ligeros besos en la espalda.
-Quisiera despertar siempre asi.- Dijo ella con una gran sonrisa en el rostro.
Él en respuesta siguió repartiendo besos.
-El jefe me espera para ir al desierto. ¿Me esperaras aquí?- Preguntó Toro con esperanza de que respondiera afirmativamente.
-Iré contigo.- Contestó levantándose de un salto para vestirse rápidamente.
Se recogió el pelo en una tirante coleta y se maquilló sencillamente.
Cuando salieron al rellano ya los demás estaban esperando.
Blanca corrió para abrazar brevemente a Viviana y a Laura. A Emilia la saludó con un simple movimiento de cabeza.
No parecía que por el momento las dos chicas fueran a llevarse mejor.
Juntos se fueron en la furgoneta negra de Dan. Las chicas atras con Gato y Chuky, Toro conducía.
Blanca observó a su chico, ya no parecía el chico tierno con el que había compartido cama. Su mirada ahora era dura y su pose de malo malote ya era natural en él.
Viviana le dio un codazo a su amiga para llamar su atención.
-¿Qué tal?- Le preguntó.
-Genial. Hoy a sido mi día. No podía a ver elegido alguien mejor.- Contestó en susurros.
-Me alegro. Ahora no te relajes y des por sentado nada. La vida no empieza y termina en tu enamorado.- Dijo Viviana en voz un poco más alta.
-Yo te diría que no estes siempre disponible para él aunque te mueras por verle. Yo conquiste a mi Gato con una de cal y arena.- Explicó Emilia sonriendo.
-No te quejes Emi. Que conseguiste domesticar a un salvaje. Hasta has conseguido que se vaya a estudiar contigo.- Bromeó Laura.
Los chicos miraron a las chicas y sonrieron, no sabían de que hablaban pero les gustaba oírlas cuchichear felices.
-¡Ey palomitas! Es de mala educación hablar al oído nosotros queremos participar.- Exclamó Chuky ganándose un codazo de Laura.
Llegaron en menos de lo que esperaban. Se bajaron y vieron que Diablo estaba allí con algunos de sus hombres. Viviana se fijó también en la mujer que acompañaba a Diablo. No podía verle la cara bien pero algo en ella le resultaba aterradoramente familiar.
Emilia se acercó a ella e intentó que llevársela.
Pero Viviana estaba hipnotizada mirando. Entonces Laura se acercó y le dijo al oído:
-Créeme hermanita no te conveniene acercarte.-
-¿Por qué ella se me hace tan familiar?- Preguntó confusa Viviana.
-No puedes conocerla. Es la mujer de Diablo, ni te debe sonar. Hazme caso ni te acerques a ella. Si él es el Diablo ella es peor.- Siguió insistiendo Laura consiguiendo por fin que se moviera.
Las chicas se apartaron para poner música, Emilia se fue un momento con un chico que decía llamarse Jhona.
-El garaje de Dan esta cerca. A unos veinte minutos. Irán en busca de algún coche para correr.- Explicó Blanca a Viviana.
Gato estaba enfadado, se notaba que no le gustaba que su novia se hubiese ido sin él. Se dedicó a encender unas cuantas luces y a sacar las cajas de bebida.
Laura hablaba animadamente con dos chicas que se habían unido a ellas.
En una hora más habían montado toda una fiesta.
Emilia, Blanca, Laura, Viviana y dos chicas más estaban apoyadas en un deportivo blanco con una botella de ron cada una.
Alguien se acercó y llamó a Viviana.
-¡Eh tú! ¡Mujer del sombra! ¡Te reto!-
-¿Y este quien cojones se cree?- Preguntó asombrada Viviana.
-Cuidado hermana, es de una banda rival.- Aconsejó Laura.
Pero Viviana ya se había picado así que se acercó un poco y le dijo:
-Trato echo, más tarde correremos.- Aceptó y después escupió a la tierra en un gesto nada femenino.
Unas manos que no conocía se aferraron a su cintura, se le revolvió el estómago del miedo y la sorpresa.
Laura se acercó para ayudarla.
Pero él hombre fue más hábil y también la sujeto a ella.
-Bonitas zorritas ahi por aquí.- Dijo aquel hombre con voz ronca.
Laura intentó pisarle pero solo consiguió que se burlara.
-Se todo de vosotras dos. Se que sois hermanas. Estoy pensando si secuestraros y pedir un rescate a super papa o simplemente matar a la mujer del Sombra para vengarme.- Pensó él en voz alta, acariciando el rostro de Viviana con una pistola que ninguna de las chicas sabían de donde había sacado.
-Quizá deba matar a esta rubia palomita y vengarme. Y pedir rescate por esta otra.- Seguía hablando aquella desagradable persona.
Otra voz se oyó en medio del desierto poniendo los pelos de punta de todo el mundo.
-¡Tiburón! ¡Sueltalas! Tienes tres putos segundos antes de que tu cabeza vuele por los aires.-
-¡Hombre mi hija pródiga! ¡Yo te convertí en lo que eres! ¿Matarás a tu padre?- Preguntó él haciendo retumbar su voz para ser oído.
-Debo matarte solo por convertirme en lo que soy ahora. ¡Yo soy dios! ¡Yo decido quien vive y quien muere! ¡Así que sueltalas y negociemos! ¡Mantenlas contigo y muere!- Exclamó ella furiosa.
Aprovechando la distracción del hombre Laura empujó a su hermana y la arrastró lejos de esa escena.
Vieron pasar a una mujer con un abrigo largo de cuero, llevaba dos pistolas, una en cada mano. El pelo negro suelto ondeando al viento.
Viviana oyó el disparo y se encogió, el segundo disparo ya no la asustó. El tercero tampoco.
Pero lo que si le dio miedo fueron las palabras de la misteriosa mujer.
-No soy dios, dios es misericordioso, yo soy el diablo.- Le dio un puntapié al hombre para asegurarse que estaba muerto y sonrió. -Y todo el que se atreve a meterse conmigo acaba muerto. ¡Yo soy la ley!-
Se rió a carcajadas poniéndole los pelos de punta a más de uno, con paso tranquilo y seguro se acercó a Viviana. Le tendió la mano para ayudarla a levantarse del suelo. Ella intentó mirarla a los ojos pero el pelo se los tapaba. El tacto de su piel le era familiar pero no sabía porque.
-¿Estás bien?- Preguntó la desconocida.
Viviana dijo que sí con la cabeza pero de repente una idea cruzó su cabeza.
-Ha matado una persona. ¿Cómo puede estar tranquila?- Preguntó asustada por la sangre fría de aquella mujer.
-Princesa cuando ya has matado más de una vez eso es algo normal. Era su vida o la vuestra. La suya no valía nada.-
Después sorpresivamente abrazó a Laura, las dos se permitieron demorar el abrazo.
-Cuida a tu hermana. Ayudala. Es demasiado inocente para estar aquí. Esto no es un juego. Yo estaré en las sombras.- Dijo la extraña a Laura.
Después se alejó para acercarse a dos hombres que la esperaban tranquilamente.
-Sombra cuida a tu mujer mejor para la próxima.- Dijo ella.
Después miró a su hombre y no se contuvo. Lo besó como si no hubiera mañana. El amor y la muerte van de la mano.

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La foto de este capítulo es de Toro y Blanca en la bañera. En el siguiente foto de Diablo besando a la desconocida.

Locura DesenfrenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora