PRÓLOGO :

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Viviana observaba feliz la fiesta que había montado su jefe para felicitarla por su espléndido trabajo. Ella trabajaba como arqueóloga y despues de dos largos años de excavaciones y de destierro en aquel implacable desierto por fin había encontrado lo que el gran magnate quería. Su inseparable amiga que también era su secretaria charlaba animadamente con el jefazo. El super hijo como ella misma lo había bautizado se acercó sonriente. Le acarició el brazo con disimulo, aunque Viviana ya estaba acostumbrada a su tacto. Llevaban cuatro años siendo amantes intermitentes. Hasta incluso creía que había conseguido ese trabajo a causa de esa relación. Pero estaba contenta con el resultado, una vez más demostró que era buena en lo que hacía. Y se sentía orgullosa de haber desafiado a su padre tantos años atrás para estudiar esa carrera. Aún quince años después el gran Braulio seguía casi sin dirigirle la palabra. Cuando vio que Claudio incaba una rodilla en el suelo puso toda su atención en el rubio.
- Cariño, hace cuatro años que te conozco, estoy absolutamente enamorado de ti. Eres la mujer más maravillosa sobre la tierra y me gustaría que aceptaras ser mi esposa.- Dijo él con la sonrisa más perfecta del mundo.
Viviana quiso sentirse feliz, le hubiese gustado gritar un Sí orgulloso y feliz. Pero estaba sorprendida, ella no estaba enamorada de él y no quería casarse.
Además tenía un motivo para no aceptar. Mientras miraba el anillo como si fuera la peor serpiente sobre la tierra el motivo por el cual no podía casarse se colo en su olvidadiza mente. Y como un espejismo vio a su pasado caminar hacía ella.
-Cariño sé que me he precipitado pero ¿me contestaras mañana?- Preguntó Claudio ilusionado. Ella no podía hablar, se sentía atascada en el pasado. En aquella ocasión que con dieciocho años se despertó en una cama ajena.
- Veo que te he dejado en shock. Me voy. Espero verte mañana antes de la rueda de prensa.- Dijo él levantándose del suelo y alejándose a charlar con los invitados. Dan se acercó e intentó cogerla de la mano pero ella aún no había regresado del pasado. Entonces la agarró del codo y la guió hasta una habitación vacía. No lo pudieron evitar y se besaron como posesos. Recordando, rememorando y despertando sentimentos que creían enterrados. Pero con el pasar de los años parecía haberse intensificado. El como hacía siempre la arrincono contra la pared. Y ella rendida a sus encantos como nunca enredo las piernas en sus caderas.
Pero la prensa ávida de cotilleos se colo y tomó unas fotos comprometidas.
- Oh Dan la hemos liado como en el pasado. ¿Qué harán nuestros padres cuando esas fotos empiecen a dar la vuelta al mundo?-
-¿Sabes qué? Me importa una mierda. Que se enteren ya va siendo hora. He vuelto para recuperar a mi mujer y eso es lo que voy a hacer. No voy a parar hasta que seas mia de nuevo. Y si quieren que nos deshereden.- Dijo él molesto y dolido con ella.
Molesto por los hombres que habían pasado por su vida, aunque él también había tenido otras mujeres. Dolido porque pensaba que Viviana no lo quería y él aún seguía haciéndolo. Los dos sin querer se habían trasladado al pasado.
A un pasado en el que había empezado su historia. Una historia extraña de excesos y locura desenfrenda.

Locura DesenfrenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora