Viviana llegó a su casa a las cuatro de la tarde Sintiéndose completa y absurdamente feliz. La sonrisa no abandonaba su rostro.
Había dejado lo que había llevado en la cabaña, sabía que habrían más fines de semana allí.
Así que subió a su habitación arrastrando una maleta vacía.
Dejó la puerta abierta, pensaba que no había nadie en la casa. Cogio sus cosas y se sentó en su escritorio a estudiar.
Pero la sonrisa no abandonaba su rostro, colocó su móvil al lado del libro de matemáticas y este vibró avisandole de la entrada de un mensaje.
"Querida esposa, llegué a mi casa, pero se te extraña a muerte. ¿Podemos volver a nuestro precioso escondite"
Aún sonrió más si era posible. Dan empezaba a tener el efecto de atontarla.
"Mi amor ojalá siempre podamos escondernos del mundo. Te quiero, voy a estudiar."
-Has llegado absolutamente feliz hermana.- Dijo Sara sobresaltandola.
Viviana se llevó una mano al pecho y bloqueó su teléfono por si se le ocurría mirarlo.
-Me asustaste Sara.-
-Lo siento, solo quería decirte que te quiero muchísimo. Y que pase lo que pase espero que sepas perdorname.- Después de decir eso Sara corrió hasta su habitación cerrando con el cerrojo.
Viviana sorprendida corrió detrás de ella.
Pero no había manera de que su hermana le abriera la puerta para que le explicara lo que le había dicho.
Desanimada y ya sin ganas de estudiar se puso su biquini negro de lunares para darse un chapuzon en la piscina y aprovechar los últimos rayos de sol.
Nada más extender la toalla sobre la mullida hamaca se tiró en la piscina, nadó hasta que se cansó y luego se tumbó boca abajo para empezar a secarse.
Perdió la noción del tiempo escuchando música en su mp3 hasta que una sombra le tapó la luz solar.
-¿Dónde estuviste el fin de semana?- Preguntó Steven.
-Por ahí.- Contestó ella sin dar detalles.
Él se veía tan triste como se sentía, con cariño acarició su mejilla.
-Yo siento todo lo que ha pasado. Yo de verdad que solo añoraba que tú me hicieras un poco de caso.- Después de decirle eso Steven se fijó mejor en su prometida.
-Tu por ahí ¿Incluye algún chico?-
-No sé a que te refieres ni donde quieres llegar.- Dijo fingiendo indiferencia.
-Me refiero al enorme chupon en tu cuello. ¿Te debo recordar algo que se llama fidelidad?-
"Mierda Dan te voy a matar" Pensó preocupada y sintiendo una enorme culpa. Sin querer había engañado a dos hombres. Su prometido y su marido. Dios que líos se buscaba.
-No tienes nada que decir ¿verdad Viviana? Me has decepcionado, pensé que de verdad ibas a ser especial. Mis padres empezaron su relación como nosotros, matrimonio concertado. Y han conseguido amarse por sobre todas las cosas.-
-Steven la vida no es un cuento de hadas.-
-Lo que tu digas. Ahora voy a hablar con tu hermana que me llamó.-
Intrigada lo observó marcharse, pero luego se tumbó boca arriba para terminar de secarse.
Se colocó los auriculares para seguir escuchando sus canciones favoritas y se sumergió en su mundo sin darse cuenta que dentro de su casa empezaba a desatarse el infierno.
Cuando el aparato se quedó sin batería escuchó gritar a su padre como un poseso.
Preocupada entró corriendo en la casa sin preocuparse de ponerse las chanclas ni su vestido camisero.
Entró en el despacho de su padre y lo que vio la dejó momentáneamente sin palabras.
Su hermana lloraba sentada en el suelo abrazando sus rodillas, su madre también lloraba, pero ella estaba de pie. Y Steven sangraba abundantemente por la nariz.
Viviana no perdió tiempo en pedir explicaciones, corrió a la cocina y puso hielo en un paño, volvió y le colocó el apaño a Steven en su nariz para parar la hemorragia.
-¿Y todavía te preocupas por él? ¿Después de lo que te ha echo?- Preguntó furioso Braulio.
-Papá lo que pasó fue algo de dos.- Dijo ella.
Su padre dio un puñetazo en la mesa y tiró contra la pared el pisapapeles.
Viviana se encogió nunca vio tan enfadado a su padre.
-No sabes como me arrepiento de meter a este aprovechado en la familia. Agradezco que fueras lista para darte cuenta de las consecuencias y querer remediarlo. Pero tu hermana encima de idiota es un zorron.-
Los sollozos de Sara se hicieron más fuertes y su hermana se acercó a abrazarla y consolarla. Al mismo tiempo regaño a su padre.
-Papá no hables así de mi hermana. Por muy grave que sea su falta no puedes insultarla de esa manera.-
-No sabes que ha echo. Te ha dejado como una auténtica cornuda. Se ha dejado preñar por este imbecil.- Escupió con rabia Braulio.
Viviana miró sorprendida a Steven y luego a su hermana, sintió un profundo alivio pensando que ahora tenía un motivo real para mandar a la mierda el compromiso.
-¿Y qué pasa con mi compromiso?- Preguntó con miedo de la respuesta.
-¿Cómo que que pasa? ¡Qué se cancela por supuesto! Tu hermana ocupara tu lugar, mañana ayudarás a tu ex-suegra y a tu madre a organizar una boda express. En una semana esa insensata debe estar casada y saliendo de esta casa. La mansión que compré para ti será para ella. Mi hija pequeña me ha defraudado completamente, solo espero ahora que mi hija mayor me haga sentir orgulloso.- Explicó Braulio y después se dirigió a su esposa que no había dejado de llorar y la sacó de allí.
Viviana se dirigió a Steven.
-¿Podrías dejarme sola con mi hermana?-
-¿Sabes que nada de esto hubiera pasado si me hubieras querido aunque sea un poco?- Preguntó él a su vez.
-No eres más que un sinvergüenza que lo único que tiene es dinero. Solo te digo algo, si mi hermana llega a ser infeliz a tu lado te corto las pelotas y se las doy de comer a los perros. ¿Entendiste? Ahora ve a darle ese trapo ensangrentado a la criada y déjame sola con Sara.- Amenazó ella.
Cuando por fin se fue y las dejó solas se arrodilló al lado de Sara y le cogio la cara que tenía escondida entre las manos.
-Solo dime una cosa hermana ¿amas a ese gilipollas?-
-Por desgracia con todo mi corazón.- Contestó hipando Sara.
-Quiero que te tranquilices eso le hace daño a mi sobrino o sobrina. No estoy enfadada, me has librado de algo que no quería. Te debo una. Te debo mi libertad.-
-Gracias por comprenderme.-
Ambas hermanas se abrazaron y estuvieron un rato una al lado de la otra.
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Locura Desenfrenada
RomanceViviana esta feliz con su vida. Ama su profesión. Pero de repente ve como su pasado regresa a ella recordandole cosas que debían estar enterradas. Daniel ha regresado para luchar por ella. Y no se irá sin recordarle lo mucho que se amaron. ¿Consegui...