Viviana llegó al apartamento a las tres de la mañana. Pero no le importo. Dan se había quedado un rato más hablando con los chicos. Dejó las bolsas de dinero escondidas en el armario.
Después de una ducha rápida se metió desnuda entre las sábanas. Puso la alarma para las nueve.
Tenía que seguir organizando la boda de su hermana. Encima también tenía que hacer de decoradora. Había que amueblar la mansión donde Sara viviría.
Suspiró agobiada. No podía dormir. Empezaba a arrepentirse de haberse ofrecido para aquella farsa de boda.
Dan entró haciendo ruido y pensando que ella dormía entró al baño a darse una ducha.
Cuando se acostó también desnudo al lado de Viviana ella se tumbó encima de él. Y le besó el puente de la nariz.
-Te quiero Dan.-
-Y yo a ti. Pero a veces me sacas de quicio.- Respondió él abrazándola.
Ella sonrió y le acarició el rostro.
-Creo que me encanta sacarte de quicio.- Dijo ella acurrucandose en el hueco del hombro de él para quedarse dormida después.
Se estaban acostumbrado demasiado a dormir juntos.
Y a veces las mentiras tienen las patas muy cortas.
Más tarde les despertó el móvil de Viviana que no dejaba de sonar. Refunfuñando se levantó para atender la llamada.
-¿Dónde rayos estás Viviana? ¡Son las diez de la mañana! He tenido que atender a Helen, inventar una excusa a papá que preguntaba por ti y ahora estoy en la tienda de muebles.- La regaño Sara.
-Tranquila, aún no te falle. Espera unos veinte minutos más o menos que ya salgo para allá. Me he dormido.- Se excusó Viviana.
-Eso ya lo veo.- Gruñó Sara.
Viviana se levantó de un salto y corrió al baño, se refrescó la cara y se echó desodorante. Se maquilló ligeramente y se hizo una coleta.
Después fue al armario, eligió un vaquero negro y una camiseta rosa. Se calzó sus botas y fue a despertar a Dan.
-Cariño, me voy, me he dormido.- Dijo dándole besos en el hombro.
-¿Que hora es?- Preguntó bostezando él.
-Las diez y cuarto.- Contestó ella.
-¡Mierda el examen! ¿Donde tienes que ir hoy?-
-Tengo que seguir con los preparativos de la boda de Sara. Pero a las siete podríamos quedar en la heladería del centro comercial "isla azul".- Propuso Viviana.
-Hecho. ¿Me podrías dejar en el instituto?- Preguntó Dan mientras se ponía el pantalón negro del uniforme.
-Claro pero me tendrás que dejar un coche.-
-Iremos en el deportivo blanco, las llaves las tiene Chuky, llamalo y que vaya a dejarnos el coche en el portal.-
Viviana sonrió y se dispuso a llamar a Chuky. Bajaron de la mano al portal y después de subirse en el vehículo pusieron rumbo al instituto. Se besaron para despedirse y ella aceleró para ponerse en camino. Su hermana ya le había mandado un par de mensajes.
La mañana y parte de la tarde pasó rápido. A las seis y media Viviana fue ilusionada al centro comercial, sentía que tenía una cita con Dan. Ellos se habían saltado todos los pasos de un noviazgo. Nunca habían tenido citas, ni si quiera habían estado saliendo. Simplemente una mañana se habían despertado juntos y casados.
Cuando llegó él ya la esperaba, entonces ella corrió y se tiró a sus brazos. Se besaron como la pareja de enamorados que eran. Decidieron ir al cine después de tomar el helado. Se sentaron en las últimas filas e ignoraron la película. Lo único que hicieron fue besarse y excitarse mutuamente.
Salieron del cine y para alargar un poco más la noche se fueron a cenar una pizza. Él la fue a dejar a ella en su casa. Y sin miedo se besaron para despedirse.
Viviana entró en su casa sintiendo que flotaba. Cada día estaba más enamorada. Estaba deseando finalizar el curso e irse a la universidad. Dan y ella habían quedado que estudiarían en la misma y que vivirían juntos. No veía la hora de poder vivir su relación con su marido libremente.
Fue a la cocina por un vaso de agua. Su padre había estado esperando que llegara a casa. Se sobresaltó cuando le habló con esa voz ronca que auguraba problemas.
-¿De dónde vienes?-
-Del cine y cenar una pizza.-
-¿Fuiste sola?- Volvió a preguntar su padre con ese tono de voz que decía mejor no me mientas.
-No papá fui con un amigo.-
-¿Ese amigo no sera Daniel Balenciaga?- El pulso de Viviana tembló, por eso dejó el vaso en el fregadero antes que su padre se diera cuenta que la había asustado.
-No papa es un estudiante de intercambio que puede que se parezca a Daniel.- Contestó mintiendo. De momento la mentira podría colar porque su instituto pertenecía al programa de intercambio de estudiantes.
-Eso espero. No quiero que te relaciones con esa familia.- Advirtió él a su hija.
Cuando la dejó sola se apoyó en la encimera, estaba temblando y estaba asustada. No quería dejar a Dan. Su hermana entró y la abrazó:
-¿Sabes qué las mentiras se descubren? Y tú querida hermana no vales para mentir.- Dijo Sara.
-Es necesario. Y no puedo dejarle, no sabría como vivir sin él. Le necesito. Cuando vayamos a la universidad no tendremos que escondernos.- Dijo Viviana convencida.Y por fin llegó el bendito sábado. Mientras Sara y Steven se casaban en el juzgado, Viviana comprobaba que todo estaba perfecto para la boda, decoración, comida etc.
Y todo salió tal y como ella quería. A las nueve de la noche se despidió de su hermana que se iba de luna de miel y también se despidió de Blanca.
Totalmente agotada se fue a su dormitorio, aunque la fiesta seguía abajo ella ya no tenía ganas de continuar. Entró en su santuario y unos fuertes brazos la agarraron atrapándola en la puerta.
Echó el pestillo y murmuró contra su boca:
-Vengo a hacerte el amor, quiero arrancarte los suspiros que no te arranqué durante esta terrible semana.-
-Dan estás loco. Pero estoy feliz de tenerte aquí conmigo.-
-Escucha mi padre me llevará de viaje. Voy a intentar sea poco tiempo, voy a intentar terminar este trimestre. Pero por si acaso me he colado en la boca del lobo para amarte.-
-¿Pero por qué?-Preguntó ella triste y confusa.
-Negocios. Quiere ir preparandome para lo que heredare.-
-Mierda de negocios y de herencias. Entonces haz lo que has venido a hacer. Llename de besos y caricias. Construyamos recuerdos.-
Y allí contra la puerta la desnudó y la besó.
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Locura Desenfrenada
RomanceViviana esta feliz con su vida. Ama su profesión. Pero de repente ve como su pasado regresa a ella recordandole cosas que debían estar enterradas. Daniel ha regresado para luchar por ella. Y no se irá sin recordarle lo mucho que se amaron. ¿Consegui...