CAPITULO 20:

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Se acercó a Dan e ignorando a la chica preguntó a su marido:
-¿Qué pasa aquí?-
-No es el momento.-
-¡Y una mierda!- Exclamó frustrada.
-¿Ya terminastes de ponerme los cuernos que vienes a meterte donde no te llaman?- Dijo con ironía y ella supo que esta vez la había cagado a base de bien. Pero en vez de mostrarse arrepentida siguió actuando con chulería.
-¡Gilipollas! Me he recorrido media ciudad poniendo en riesgo a mi hermana que esta embarazada por venir a ayudarte.-
-¡Eh parejita! Muy interesante la discusión matrimonial pero yo solo quiero llevarme a esa palomita a mi terreno.- Gritó un idiota sacando un revólver para apuntar en su dirección.
Viviana miró por primera vez a la muchacha y vio que estaba aterrorizada. Vio algo en sus ojos que le era familiar, algo que la conectaba a ella. El terror que reflejaba su cara fue suficiente para hacerla actuar.
Se fijó en el revólver que Dan llevaba en la cintura y lo cogió.
Entonces se acercó al chico y apuntó a su frente.
-Te volaré la tapa de los sesos.- Amenazó mientras Dan resoplaba, sabía que aunque la llamara no recularia, así que se limitó a observar el duelo de miradas.
Se preocupó cuando percibió en Viviana un ligero temblor.
-Princesa no tendrás ovarios de dispararme.- Retó el delincuente.
Iba a contestar cuando alguien lo hizo por ella. Era una persona que nadie esperaba ver por esos lados.
- Ella no disparará pero yo lo haré. A partir de ahora Laura y la mujer del sombra están bajo mi protección. Quién les toque un solo pelo esta muerto.- Advirtió el diablo.
-¿Y eso a santo de qué?- Preguntó Dan molesto.
- Me lo ha ordenado la única persona que puede pedirme u ordenarme algo. Mi mujer.- Si había algo que daba más miedo que diablo era su mujer. Ella podía hacerte traspasar el umbral del infierno con una sola mirada.
Viviana miró a Laura para preguntarse porque esa muchacha le era tan familiar, su pelo era negro como la noche, largo y liso. Y tenía los ojos de la misma tonalidad que su hermana Sara y su padre.
Luego miró a Dan y le pidió que le acompañara. Él de mala gana la siguió. Laura decidió que era mejor acompañarles y dejar que diablo se encargara de su ex-novio, aún se estaba preguntando que era lo que había visto en ese aprendiz de camello.
Sara esperaba sentada en el coche jugando con su móvil, Viviana suspiró aliviada.
Le dio las gracias al chaval por vigilar a su hermana, llamó a Toro y a Chuky para avisar que se iba hasta el apartamento de Dan.
Quedaron que Toro llevaría el coche de Dan y Chuky conduciría el de Viviana.
Así ella podría ir detrás apretando la herida de Dan para que intentar que dejara de sangrar.
Laura se iba a ir detrás de Toro pero Viviana se lo impidió.
-Puedes venir con nosotros si quieres.-
Le dijo amablemente sorprendiendo tanto a Sara como a Laura.
La chica se acomodó atrás sin decir nada, luego se subió Dan y por último Viviana.
Chuky se sentó, giró la llave en el contacto y arrancó.
Una vez que llegaron Sara se fue a la sala a sentarse en el sillón, sabía que aún estaría un rato en aquel lugar.
Cerró la puerta después de asegurarle a su hermana que estaba bien.
Viviana fue a su habitación para ponerse las lentillas para cambiar el color de sus ojos y ver como estaba Dan.
-Llamé a Blanca. Tardará quince minutos más o menos. Ahora pareja os dejaré solos. Prepararé café, así que estaré en la cocina.- Informó Chuky mientras se dirigía a la puerta para irse a la cocina.
Viviana se acercó a su marido y le besó en la cabeza. Después quiso quitarle la ropa ensangrentada y él quiso alejarla. Estaba dolido y molesto con ella y no quería que lo tocara.
Le dolió el rechazo, intentó ponerse en su lugar, ella le hubiese cortado los huevos si hubiera coqueteado con otra en sus narices y lo hubiera mandado a paseo si hubiera presumido de los polvos que había echado con otra.
Cuando consiguió dominarse intentó mimarle y ser dulce.
-Cariño por favor, déjame ayudarte. Se que me porte mal, que no debí decirte aquello de Steven.-
-¡No me toques! ¡Vete con él! ¡No quiero ser el último mono en esta relación! Estoy cansado de ser el tercero en discordia cuando yo soy el marido.-
-Por favor, no me eches de tu lado. Te juro que te dije lo que te dije para hacerte daño porque soy demasiado impulsiva. Nunca he intimidado con ese idiota.- Rogó Viviana Sintiéndose muy idiota y muy rastrera por mentir.
-Tendrás que currartelo mucho para tener de nuevo mi confianza.-
-Lo haré. ¿Ahora me dejas cuidarte?-
Dan accedió no muy convencido, ella puso agua caliente en un barreño con una esponja, dejó todo en la mesa de noche para lavarle la herida. Fue al baño por toallas limpias y después de quitarle la camisa le limpió la sangre de su cuerpo.
Él se moría por besarla y tocarla, pero primero la haría creer que seguía enfadado.
Un poco de sufrimiento no le venía mal, por eso cuando Blanca llegó para revisarle la echó de su habitación.
Viviana no le dijo nada, solo se fue como le pedía.
Bajó a la cocina a esperar, Toro estaba sentado cabizbajo, levantó la mirada cuando ella entró para decirle:
-Ella ni me ha mirado cuando le he abierto la puerta.-
-Ahora cuando termine con Dan te la llevarás al cine y a cenar. Su restaurante favorito es el mexicano que esta en el centro comercial "Sueño azul". Quiere ver la última película de crepúsculo. Fijo que no fallas.-
-¿Y me tengo que tragar esa película?- Preguntó él Sintiéndose perdido.
-Si quieres conquistarla si. Regalale una cita como dios manda y no te insinues. El sexo en la primera cita no es bueno.- Aconsejó Viviana.
-Esta bien entonces, cine y cena.- Aceptó él.
Cuando Blanca terminó Viviana la arrastró de vuelta a la habitación. Sacó un vestido negro del armario. Muy ceñido y muy corto. Le dio también unos zapatos de tacón blancos.
-Duchate rápido Blanca. Toro planea una cita contigo.-
-¿Y si no quiero ir con ese idiota?-
-Irás y lo pasarás bien. Si yo fuera tu mejor amiga te aconsejaría que lo tratarás mal, te diría que fueras muy puta. Se volverá loco.-
Blanca sorprendida decidió hacerle caso.

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Y en la foto de hoy Dan.

Locura DesenfrenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora