CAPITULO 9:

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Por extraño que pueda parecer fue un baño relajante para los dos. Casi ni hablaron, ni se besaron.
Al salir de la bañera se secaron mutuamente con cariño y se enredaron en las maxi toallas que ella había comprado.
-Te has empeñado en hacer de este lugar un hogar.- Afirmó Dan.
-Nuestro nido para ocultarnos del mundo tiene que ser acogedor y tener muchas cosas.-
-Solo se te olvido una cosa. La televisión, he traído dos una para nuestro cuarto y otra para el salón.-
Viviana le miró confundida por lo que estaba sintiendo en ese momento, no era deseo, solo era una mezcla de ternura con miel.
Dan la miró intentando descubrir que pensaba, que sentía, pero lo único que logró conseguir fue perderse en su mirada. Y el deseo se fue despertando lentamente, quería sentir su piel en sus manos. Tocar su suavidad y acariciar sus curvas.
Le quitó la toalla sin que ella protestara, paso el dedo índice por sus pezones erizados por el frío. Noto su respuesta a su tímida caricia.
La cogio en brazos y haciendo malabares retiró el edredón de plumas para tumbarla en la cama. Antes de tumbarse él, admiró su pelo desparramado por la alfombra y sus labios semiabiertos reclamando su boca.
No pudo resistirlo más y se tumbo encima ella para reclamar ese beso que necesitaba con urgencia.
Viviana se sentía bien, sabía que era correcto para su corazón estar con Dan. Le empujó y rodó ella encima de él, lo miró con los ojos brillantes por el deseo.
-¿Has traído lo que tenías que traer?- Preguntó ansiosa por sentirle.
-En la mesa de noche hay uno.- Contestó con voz entrecortada.
Miró a su derecha y ahí vio el envoltorio plateado, sin pensárselo mucho se lanzó por el. Con cuidado lo sacó y lo extendió a lo largo del miembro de Dan. Cuando estuvo segura que estaba bien puesto y no había cogido aire, fue bajando despacio sobre el, hasta tenerlo por completo dentro.
-Me vas a matar Vi.- Dijo él con los ojos cerrados.
-Calla.- Repuso ella enfadada.
Siguió montandolo despacio regalandole a su vez caricias leves en su pecho. Y Dan lo sintió, supo que ella por alguna razón le estaba pidiendo perdón.
Extendió sus manos y acarició también sus pechos, provocando un profundo estremecimiento en ella.
Viviana echó la cabeza para atrás y gritó sin ser consciente de lo que decía:
-Te amo.- Y después se tiró encima de él abrazadonlo y envolviendole. Hasta que los latidos de los dos se tranquilizaron.
Quiso acostarse sobre el colchón pero Dan feliz no la dejó.
-Quédate aquí sobre mi corazón. También te amo.- Dijo él besandola la nariz sonriendo como un idiota.
Una sensación, un sentimiendo cálido se instaló dentro del corazón de Viviana. Y supo con certeza que siempre sentiría eso mismo que estaba sintiendo en ese momento. Y tuvo miedo, se sintió aterrada porque entendió que con la única persona que quisiera vivir siempre era con Dan.
Él sentía lo mismo pero multiplicado, no podía dejar de abrazarla, se sentía tranquilizado con el calor que desprendía su piel.
Fue un fin de semana único y maravilloso, solo salían de la cama para comer e ir al baño, no les hizo falta ni televisión ni música ni nada.
Era lunes y estaban en la cocina almorzando la lasaña que había preparado Viviana.
-Mi princesa todo lo hace bien hasta cocinar, no sé como voy a vivir a partir de ahora sin tus platos.-Dijo Dan alabandola.
-Es solo una lasaña Dan, seguro que la cocinera de tu casa hace cosas cien veces mejor.-
El teléfono de Viviana sonó rompiendo el momento perfecto. Ella solo esperaba que no fuera Steven, se había pasado dos días colgandole las llamadas.
Cuando volviera se enfrentaría a él, tenía pensado romper el compromiso no podía seguir con esa farsa. Y que ardiera Troya le daba igual.
Pero la que llamaba era Sara.
Entonces se apresuró en coger la llamada.
-¿Qué pasó hermana?- Preguntó Viviana con tono de hermana mayor  preocupada.
-He llamado a papá y mamá para que vengan, tengo que deciros una cosa y no se puede posponer mas. Vendrá mañana martes en la tarde, quizá debas venir ya.- Contestó Sara.
Viviana sabía que su hermana había estado llorando, lo notaba en su forma de hablar.
Suspiró, su fin de semana perfecto llegaba a su final.
-Si puedo salgo esta tarde.- Dijo colgando.
Dan había escuchado la conversación en silencio mientras metía los platos en el lavavajillas.
La esperaba apoyado en el marco de la puerta, ella volvió a suspirar y se abrazó a su chico castaño favorito.
-No quiero irme.- Se quejó ella.
-Ni yo pero soy capaz de renunciar a fiestas y a todo con tal de pasar más fines de semana contigo aquí, en nuestro paraíso.-
-Llámame loca cariño pero esto ha sido mil veces mejor que salir dos días seguidos de fiesta. ¿Sabes que quiero ahora mismo?-
-¿Qué?-
-Quiero que me ames, aquí mismo contra la puerta.-
-¿Salvajemente?- Preguntó sonriendo Dan.
-Como animales, házmelo muy salvaje, marcame como tuya.-
Él no se hizo de rogar y la empujó contra la puerta, ella enredó las piernas en sus caderas y dejó que se apoderara de su cuerpo.
Con las enbestidas se clavaba la manilla de la puerta en la espalda, pero no importaba solo necesitaba sentirlo así.
Sintiéndose muy tristes recogieron todo y congelaron lo que no se habían comido.
Cerraron bien y antes de subirse cada uno en un coche Viviana detuvo a Dan y mirandole a los ojos le dijo:
-Cuando llegue mi padre pienso hablar con él. No voy  seguir con Steven. Siento que cada vez que estoy con él te traiciono. Y ya no más. Se acabó. Quiero que tú seas el único hombre de mi vida.-
Dan como respuesta la empujó enloquecido sobre el capó de su propio coche. Y la besó como si no hubiera mañana.
No fue un beso dulce y tranquilo, era lava pura que los hizo enloquecer, Dan le arrancó las bragas y las lanzó lejos entonces con fiereza se enterró en ella. Viviana le clavó los talones en el trasero para que fuera más rápido entonces él respondió haciendo que estallara en miles de pedazos como una super nova.
Él se apresuró en salir de su interior para derramarse sobre su mini falda vaquera.
Ella solo pudo reír Sintiéndose más viva y feliz que nunca en toda su vida.
-Mi mujer, solo mía. De nadie más.-
-Solo tuya.-

Locura DesenfrenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora