Ya nos habíamos cansado del juego. Un montón de gente ya se quería ir, así que les podían estar dando. Me daba igual. Me levanté para abrazar a Lorena, que ya se iba, cuando perdí totalmente el equilibrio y me caí. Si no fuera por Leo, que estuvo para agarrarme, me hubiera estampado con la pared. Perdón con el suelo.
-Que te caes, Inma. Ten más cuidado -dijo Leo, que en realidad ni se llamaba Leo ni nada. Era Guillén, pero yo le decía Leo cuando éramos novios y así se le quedó.
Yo le respondí con una risa tonta y dejé de prestarle atención. Me acerqué a mi amiga y le di un abrazo de despedida.
-Tía, Inma, estás como una cuba.
-No soy cubana, soy española -reí de mi malísimo chiste.
Ella rió y se piró de allí. Luego fue Fran tras ella. Vi que mi amiga se giraba y empezaban a hablar. Luego no sé qué pasó, porque seguí con la fiesta (que te va a dar esta C:). Solo quedábamos Leo, Julen, Melo, Rush, Chus, Amara, Willy, Samuel, Mangel, Cheeto, Rubén y yo. A nuestro lado había un grupo de tíos de nuestra edad más o menos. Quizás algo mayores.También quedaban pocos de ellos, así que se nos acercaron.
-Hola, soy Juan -dijo uno dándole la mano a Amara y luego besándola (la mano, tranquilos)-. Pensábamos que podíamos juntarnos todos, para estar menos aburridos.
-Sí, ya vemos que os aburrís mucho -añadió Willy enfadado. Menudo celoso.
-Venga, tenemos música y botellas de sobre, cosa que vosotros no tenéis. No pasará nada malo, ¿verdad que no, morena? -me preguntó otro.
Como yo no dije nada, aquel rubiales se me acercó y me agarró de la cintura. Los dos nos sentamos encima del coche que estaba ahí. Aún me preguntaba de quién era el coche. Aunque, ahora que me fijaba, aquel sitio era un aparcamiento. Como solo habían siete coches, no me había dado cuenta.
-Mira tío, comprendo que te aburras. Lo veo normal. Y también veo normal que queráis seguir la fiesta. Ojo, que yo quiero seguir, pero no vengáis a quitarnos las chicas -protestó Leo. Qué mono estaba enfadado. El rubio sentado a mi lado rió y me abrazó más, haciendo enfadar más a los chicos.
-No creo que a ella le moleste.
No me gustaba un pelo el tono que estaba usando, así que me levanté, pero él me agarró y me volvió a sentar a su lado. Intenté levantarme, pero entre la cerveza de más que llevaba y que el tío me estaba sujetando a mala idea, no hubo quien me moviera. Le pedí que me soltara, pero lo único que hacía era reír. Sus amiguitos también se reían.
-¡Tú, tío, que pares de una puta vez! -gritó Cheeto abalanzándose sobre el rubio. El chaval estaba muy bueno, pero era un capullo, así que no me importaba que Cheeto le pegara un buen puñetazo, la verdad.
El rubio me soltó para protegerse y corrí hacia Rubius. Me sentía como un pato mareado [como mi pijama de ahora], qué horror. Rubén me abrazó y le dijo a Cheeto que lo dejara, que no valía la pena molestarse por una mierda en el suelo. Me hizo gracia, eso se lo dije yo el año pasado. Como ya era tarde, Guille y Samuel acompañaron a Amara a su casa. Guille y Samuel eran vecinos y la casa de Amara estaba de camino a la suya, así que no tenían ningún problema en ir con ella. Cheeto se fue asu casa, lo mismo que Chus. Melo y Rush fueron a su casa, que también eran vecinos. Julen se despidió de mí con un abrazo y se fue. Me daba la sensación de que Julen no se lo había pasado muy bien. Hoy parecía que estaba algo serio.
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Hoy Sé
FanfictionSe dice que tres son multitud, ¿no? Pues aquí entra en juego todo un instituto. Unos amigos que se dan cuenta de que son gays, un matón que se enamora de una NERD, un chico nuevo que enamora a todas... Una misma historia vista desde el punto de vist...