Capítulo 44: Inma

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Me daba muchísima pena Fran. Lorena era mi amiga, pero aún así no iba a negar que había sido una tonta, por no decirle otra cosa. Si hubiese estado delante suya la hubiera llamado "Puta", pero no me gusta hablar (hablar mal, obviamente. Ya estaba hablando pensando sobre ella 7u7) de la gente a sus espaldas.


Fran se echó agua en la cara para despejarse un poco, pero seguía rojo.Me acerqué a él y pasé mi brazo por sus hombros. Recordé el domingo pasado, cuando Rubén me dijo que no sentía lo mismo por mí.Yo me sentía igual de mal.


-Todo saldrá bien, seguro que no pensaba eso de verdad -lo miré a los ojos y noté que estaba acumulando lágrimas en los ojos.


-Yo la quiero.


Dijo mientras se tiraba encima de mí, prácticamente, y me abrazaba tan fuerte que hasta me costaba respirar. Quién iba a decir que vería a mi amigo Fran llorando sobre mi hombro como una magdalena en vez de estar dando... ¿Matemáticas ? Ni siquiera me había preocupado de mirar el horario.


Iba a entrar un chico un año mayor que nosotros (de hecho, entró),cuando le pedí que saliera o fuera al de arriba, pero pareció ignorarme. Me hizo un mal gesto y rellenó su botella de agua. No entendía esta manía de la gente de rellenar su botella en el grifo del lavabo, habiendo mil fuentes en el patio.


-¿Fran?-dijo el tío- Fran tío, ¿qué te ha pasado?


Mi amigo ni siquiera levantó la vista para mirarlo, solo enterró más su cara en mi hombro. Como vi que no tenía intención de dejar a Fran en paz, lo miré y le dije que si tantas ganas tenía de saberlo fuera a la clase de 4ºA y pregustase, a ver qué coño le contaban.Con eso se calló y se piró. Menos mal, ya me estaba poniendo de los nervios el cotilla este.


Ya llevábamos como quince minutos fuera, cuando Fran ya estaba más o menos calmado para ir a clase. Fue ese momento de lucidez en el que recordé "Mierda, pero si no estamos en la misma clase, ¿cómo se lo va a explicar al profesor mi ausencia este tiempo?", que justo acababa de recordar que tenía inglés y el muy puto tenía una obsesión con poner negativos y retrasos donde no los había. Ahora que le daba motivos, se quedaría feliz el cabrón.


-Inma,te acompaño a tu clase y le digo que me he puesto malo y que has tenido que acompañarme. Luego ya me las veré para decirle a  mi profesora que he tardado por eso.


Le di las gracias y fui a clase. Miré por la pequeña ventana de la puerta el interior. Todos estaban sentados y el profesor ya estaba explicando algo. Llamé y abrí. Cuando tío este amargado de la vida me vio, puso cara de mala leche y corrió a por su cuaderno para ponerme la mala nota.


-Profesor,en el cambio de clase me puse muy malo y le pedí que me acompañara-explicó mi amigo-. No es su culpa.

-Claro que es culpa suya, no tendría un retraso si no hubiera ido contigo.Este es el segundo, al siguiente te mando a dirección. ¿Entendido?Y ahora siéntate y no interrumpas más la clase. Y tú, vete ya a tu clase y deja de molestar o te mandaré a dirección también -amenazó a Fran, quien obedeció y se fue cabizbajo-. ¿Qué pasa en esta clase, que gusta tanto enfadar al profesor?

-No hace falta que ayudemos, ya se enfada solo -murmuré a Mangel.

-Vaya, Godoy, hoy te quieres ganar la segunda evaluación suspensa, a lo que veo. Bastante bueno fui al ponerte el 9 en la primera. Si no fuera por esos 10 que sacaste, te habría suspendido. A ver si empezamos a flojear, verás lo rápido que cateas -¿Pero qué coño estaba diciendo el loco este de las colinas? Este se había fumado algo,porque no era normal decirle eso a un alumno.

-Me estaba pidiendo un bolígrafo para poner la fecha, no estábamos charlando -explicó Mangel. A veces, tener un amigo mentiroso no era tan malo.

-Me da igual. Para casa, apuntad en la agenda que tenéis que hacer las páginas 41, 45, 46, 47 y 48. Enteras. Como mañana no lo tenga hecho alguien le pongo un cero en el anterior examen.


Puto amargado, lo odiaba. Ahora comprendo por qué a la gente no le gustaba ir al instituto, porque los profesores eran unos estúpidos.¿Qué me pasaba por la cabeza antes? Antes me gustaba venir al instituto, me caían bien todos los profesores, estudiaba todos los días un rato. Ahora solo estudiaba justo el día antes del examen y ya. Estaba cambiando, y me estaba dando cuenta. En cierto modo, todos estábamos cambiando. Lorena y yo nos peleábamos porque había un tío imbécil; Fran y yo nos ayudábamos mutuamente, en vez de nuestros mejores amigos; Amara y Samuel se picaban por cualquier cosa; Jordi había dejado de insultar a la gente (al menos por el momento)... Esto estaba empezando a ser un desbarajuste total.



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