"¡3!"
"¡2!"
"¡1!"
"¡Feliz Año Nuevo!"
Como siempre pasaba, hubo alguien que no pudo comerse todas las uvas a tiempo, como fue el caso de Rubius e Inma.
Como suele decirse, año nuevo, vida nueva. Y en eso iba a basarme este año. Pensaba acercarme a Lorena y dejarle claro que no iba a darle nueva oportunidad, después de lo que pasó con Yoel. En un principio, yo pensaba que quería volver con ella, pero fui viendo que ella también quería volver conmigo. Eso me dolió, porque me sentía como su segundo plato. Eran cosas mías, pero me hacía sentir justo así. No podía perder nada. Me acerqué a ella y le sonreí, como saludo.
-Oh, hola Fran -me saludó Amara con una sonrisa. No sabía cuándo, pero, al parecer, volvía a caerle bien.
-Hola chicas. Si no os importa, me llevo un momento a Lorena, tenemos que hablar de algo importante.
Cuando por fin conseguí que viniera conmigo, porque no quería moverse de donde estaba, le dije lo guapa que iba esa noche. Su cara se puso roja completamente.
-Lorena, sé que has tenido un problema con Yoel y ya no estáis juntos.
-¿Vas a pedirme salir otra vez? –rió, poniéndose roja después. Se dio cuenta de que beber cerveza con dieciséis años no sentaba bien- ¿Es una broma?
Suspiré y me pasé las manos por el pelo. ¿Cuántas malditas veces iba a tener que decirle que cuando me ponía serio no era ninguna broma. Dios. Frustrante.
-¿Piensas preguntarme exactamente lo mismo todas las veces que quiera tener una conversación seria?
-Hombre, dicho así suena un poco raro -rió.
-Calla –ya me estaba cansando de lo borracha que estaba y que no me dejase hablar-. Te he querido mucho, y lo sabes. Has sido mi segunda novia, y la más importante hasta ahora. Sin embargo, lo que había entre nosotros ya ha acabado. He pensado alguna manera de salir adelante... Juntos... Pero no la encuentro. De veras, no la hay. Tan solo quiero que seamos amigos, no quiero acabar mal después de haber sido quien hemos sido.
Y como ella no era una chica que acatara la orden del silencio, me dispuse a dar media vuelta para no darle la oportunidad de decir nada de nada.
Mi teléfono empezó a sonar. El nombre de "María" estaba escrito en la pantalla. Cogí el móvil y le contesté a mi prima.
-¡Fran! -gritó del otro lado.
-María, por favor, no me dejes sordo.
-Lo dice el que tiene puesto música electrónica a más volumen que en la feria... Vale, no te dejaré sordo. Quería preguntarte dónde estás, para ir. En el último momento me han dejado plantada mis "amigas".
Después de darle la dirección del campo y unas indicaciones para llegar por si el taxista no sabía, le dije que aquí iba a encontrar muchas buenas amigas. Eso sí, esperaba que Lorena no fuera una de ellas, no me hacía gracia la idea de que mi prima y mi ex se llevaran bien.
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Hoy Sé
أدب الهواةSe dice que tres son multitud, ¿no? Pues aquí entra en juego todo un instituto. Unos amigos que se dan cuenta de que son gays, un matón que se enamora de una NERD, un chico nuevo que enamora a todas... Una misma historia vista desde el punto de vist...