Se dice que tres son multitud, ¿no? Pues aquí entra en juego todo un instituto. Unos amigos que se dan cuenta de que son gays, un matón que se enamora de una NERD, un chico nuevo que enamora a todas... Una misma historia vista desde el punto de vist...
Upss, ayer se me pasó publicar de nuevo. Para perdonarme, os dejo esta preciosa imagen de una de mis series preferidas.
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A quien adivine qué serie es, le dedico el siguiente capítulo :)
Ya habían pasado como diez o quince minutos después de que la campana sonara, dando a entender que el descanso había empezado. Rubén y Mangel habían ido a hablar con el profesor de Tecnología y Samuel había desaparecido con Inma, así que sin avisar ni nada, fui al baño. Me estaba aguantando las ganas desde hacía ya un buen rato y como esto parecía que iba a ser largo, no aguanté más y me largué.
Después de vaciar mis riñones y mi vejiga, me abroché los pantalones. Me disponía a abrir el pestillo, cuando escuché que se abría la puerta principal. Los baños eran como los de cualquier otro instituto, eran grandes y con varios lavabos fuera. Luego tenía varios individuales. Eran como baños dentro de un gran baño. Bueno, seguramente hayan visto alguno así antes. Y si no, su centro es muy raro. Si hasta en los museos son así. Aunque no todos, algunas veces son para que entre una persona y es como... ¿Enserio tiene que ser así? ¿Qué pasa si hay cola y uno no aguanta más? ¿Se mea encima?
Volviendo al tema principal... Entraron y cerraron la puerta cautelosamente. Después de que Samuel preguntara si había alguien ahí (a lo cual no tuvo respuesta, porque quería escuchar qué pasaba), se fue al fondo, cerca de la ventana. También la cerró, supongo para que nadie viese lo que fuera a hacer. Ni que fuese un satánico a punto de celebrar un rito en honor a Satán... O vete tú a saber qué otra paranoia podía planear mi mejor amigo.
-Inma, vuelve a prometer que no contarás esto a nadie, por favor.
Ah, al parecer seguía con ella. ¿Estarían hablando de Jordi? ¿O a Samuel le gustaría Inma? ¿Te imaginas? Esa estúpida idea me hizo esbozar una sonrisa. A poco estuve de reírme. Gracias a Dios no lo hice.
-¿Cuántas veces me vas a hacer prometerte eso, Samuel? -no estaba seguro de si Inma estaba cansada de que le dijera siempre lo mismo, o, realmente, le hacía gracia.
-Vale. Verás, sé que estas semanas has tenido unos cuantos problemas con Rubén. Bueno, lo sabemos yo y todos los demás. No sé qué ha pasado y, tranquila, tampoco tengo intención de preguntarte. No quiero incomodarte haciéndolo.
-Gracias -rió ella. Vale, sí, esto le hacía gracia.
-Desde hace un tiempo he notado que me he enamorado de quien menos me tenía que enamorar. Ya tiene una relación y dudo mucho que a Guille le guste enterarse.
Abrí los ojos como platos. Hablaba de mí. Osea, no que yo le gustara, sino que había pensado que no me gustaría. El muy hijo de puta... Seguro que le gustaba Amara. Por eso le sentó tan mal cuando les conté que le iba a pedir salir. Por eso este tiempo ha estado un poco raro, aunque intentara disimularlo. Cuando saliera de aquí iba a partirle la cara.
-Verás, sé que es mi mejor amigo -ya, lo eres para querer estar con mi novia, ¿no, cabrón?- y que no debería pensar esto, siquiera. No me hace gracia esto, porque sé que ya tienes tus propios problemas como para contarte los míos, pero no tenía nadie más a quien contárselo. Los chicos son todos amigos de Guille también y se lo contarían -eso hacen los amigos, contarse las cosas-; con Dalas, Jagger y esa gente no tengo tanta confianza; de las chicas tú eres con la que más hablo, después de Amara, pero claro, a ella no se lo puedo contar ni de broma. Sentía que si me lo callaba iba a explotar.
-Puedes contármelo sin rodeos e ir al grano, Samuel. El recreo se nos va a acabar y no creo que sea tan fuerte como para que me impacte si no me haces la introducción -dijo ella, intentando hacer esta situación un poco más agradable.
