Hoy Sé

Capítulo 47: Jordi

Muchas gracias por las 1,5K lecturas, sois las mejores ;_;

Terminó el recreo y me dirigí a clase. Por increíble que pareciera, yo había llegado el primero. Ismael había querido esperar un poco más, así que estaría abajo todavía. Saqué mis cosas, salí a la puerta y me apoyé en ella, para mirar quién pasaba. Estaba aburrido y había olvidado el móvil en casa, esto era lo mejor que podía hacer.

Fran e Inma venían hacia aquí con una sonrisa. Al verme, el chico cambió su cara alegre por una de enfado. Luego, ella hizo un gesto, como diciendo al amigo que no le diera importancia, y se separaron. Me acerqué para pedirle perdón.

-Oye, Inma -ni siquiera me miró, así que me puse justo delante de ella, para que no pudiera hacer otra cosa que no fuera prestarme atención-. Sé que lo que hice antes te molestó mucho.

-¿Sabes otra cosa? Da igual, tan solo déjame en paz -me pidió con una sonrisa.

-Lo siento mucho, no quería hacerte daño. Promete que nunca dirás que te lo he dicho.

Ella se rió y se alejó un poco. Yo me acerqué otra vez y la agarré del brazo. Primero miré hacia los lados, para asegurarme de que nadie nos pudiera ver.

-Te he pedido perdón, ¿qué más quieres? ¿Que me arrodille ante ti y te ruegue que me perdones? Porque bastante raro es ya que te haya dicho lo que te he dicho. Y ahora, volviendo al tema, quería decirte que, aunque antes te dijera lo de ser novios para darle un escarmiento a Natalie, ahora creo que me gustas de verdad. Y no te rías de mí.

Ella volvió a reír, lo cual me sacó de mis casillas. No aguanté más y la besé. Mierda. Unos cuantos se habían puesto a gritar. Ya habían entrado en clase. Al girarme, vi la mirada inexpresiva de Rubén. Estaba claro que me odiaba. Me odiaba a más no poder, pero intentaba disimularlo (aunque se le daba de pena). No tenía sentido, porque había sido él quien la había rechazado. Yo solo había cogido las sobras. Joder, dicho así suena muy mal.

-¿Qué miráis? -pregunté algo borde. Eso fue lo que encendió por completo a Rubén, quien se echó encima mía y me atizó un golpetazo en la nariz.

-¡Hijo de puta! ¿Cómo te atreves a tocarla? ¡Te voy a matar!

Yo también tenía un par de cojones, así que le di de vuelta los que me había dado. Luego él a mí y yo a él otra vez... Siempre igual, cómo era posible que este año me hubiese peleado ya tres o cuatro veces, cuando antes no había pegado a nadie. Yo tenía muy mala fama, porque siempre he insultado a la gente y tal, pero no había llegado a pegarme con nadie, hasta hace unos meses. Y siempre estaba metido ese tío de por medio. Cuando peleé con Dalas, este se metió, cuando Ismael insultó a Miguel Ángel y a sus amigas, este se metió...

-¡Rubius! ¡Para!

Gritó Inma, agarrándolo del brazo. Él me soltó, se separó de mí y miró a mi novia (creo que lo éramos, no estoy muy seguro). No me gustó nada la tensión que había entre ellos. Era, incluso, mayor que la que había entre nosotros dos antes.

-¿Por qué? ¿Ya te has olvidado de mí? ¿Ahora te importa este tío? Es increíble como me has sustituido en tan poco tiempo.

-No te he sustituido -ella estaba notablemente dolida por los comentarios de su amigo. Bueno, ya no lo era.

-¡Ah! ¿no? Entonces, explícame...

-Esto es una tontería -se quejó la chica, cortándolo.

-Lo sé, pero quiero saber cómo se siente al mentirme de esa manera, diciéndome hace dos semanas que me querías, y ahora estés con él.

-¡Te sigo queriendo! ¡Imbécil!