Capítulo 40: Lorena

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Gracias por las 1,2K lecturas *-* Sois de lo mejorcito que hay xD

Por fin lunes. Por fin siete de diciembre, ya que tantas ganas tenía. En teoría, el santo de Inma sería mañana, pero lo celebraba hoy porque mañana no se podía. Lo que íbamos a hacer, básicamente, era quedar esta tarde a las seis en la plaza y luego irnos a su casa, cenar pizza hasta ponernos gordas, ver películas, volver a comer, hablar de tíos y esas cosas. Ya sabéis, lo normal en una fiesta de pijamas. Con la diferencia de que esta tenía un grupo de Wats al que Inma llamó"Doraemon la burlah" y puso a Dean Winchester de foto. Cuando hablábamos del tema en clase, lo llamaba "la partijard de mi jaus". Por eso éramos amigas, por lo subnormal que era, aunque no más que yo MUAJAJA *insertar risa maligna aquí*


Bajé a desayunar y estuve jugando un rato con la Nintendo. Hasta no pasar la puñetera liga, no me iría esta tarde.


A la hora de almorzar, fui al salón y ya estaba la mesa puesta. Si es que soy la mejor "persiana" del mundo: me levanto para comer, juego con la maquina y vuelvo a almorzar. Desde luego, no entendía cómo no estaba gorda. Bueno, el pádel dos veces a la semana quemarían calorías de los demás días, porque vamos...


Eran ya las cinco, así que me vestí con unos vaqueros de toda la vida, una sudadera rosa oscuro con letras blancas, unas converse grises y una mochila relativamente grande de color gris también. Ahí llevaba el pijama, las zapatillas y eso. También me puse un chaquetón marrón de pelo que me regaló mi madre hace unos días. Estaba totalmente obsesionada con ese abrigo.


Cuando llegué a la plaza, todavía no había llegado ninguna, así que me senté en un banco y saqué el móvil. En un ratito llegó Amara.  Llevaba una camiseta negra de mangas cortas con una enorme "L" en el centro, una camiseta negra de mangas largas debajo, unos vaqueros negros, unas botas negras, un bolso de flores, que rompía totalmente con el conjunto, y un chaquetón negro abierto. Esta estaría loca, yo llevaba el chaquetón abrochado hasta arriba y me estaba muriendo de frío.


-Hola, Cucaracha.


Dijo mi amiga. Sí, me llamaban Cucaracha. Además, en un grupo de wats también me llamaban así. Pero era de cariño, tranquilos.


-¡Puta guarra, no me has esperado! -No me hizo falta mirar quién era la persona que había gritado, para saber que era Inma. Cuando la busqué con la mirada, la vi corriendo, acercándose a nosotras. Y... sí, eso que estaba vociferando mi amiga también era de cariño.


Cuando estuvo lo suficientemente cerca para verla bien, casi me da un infarto. Si antes Amara estaba loca por llevar desabrochado el chaquetón, esta estaba aún menos cuerda. Llevaba unos vaqueros negros, sus botas militares negras de siempre, una mochila negra, un gorro de lana negro, una cazadora negra y una sudadera negra la mar de rara. Cuando me fijé, me dio miedo. Tenían cosas extrañas dibujadas, como serpientes, el demonio, símbolos satánicos. ¿Dónde diablos había ido a comprarse eso? Nunca mejor dicho.


-Lo siento, Senpai -le dijo Amara-, no te había visto. Por cierto, bonita sudadera -rió.

-Lo sé, chicas. Me lo compré la semana pasada. Era de tío, pero lo vi y me enamoré. Además, tiene la tri-fuerza de Zelda.


Salté del banco corriendo y empujé a Amara para ponerme delante de Inma y observar detenidamente hasta dar con lo que había dicho mi amiga. Cuando encontré aquel maravilloso dibujo, abracé a Inma y le dije lo buena persona que era por tener una sudadera con la tri-fuerza. Ella solo rió.


Luego, ya fueron llegando las demás. Chus llevaba unos vaqueros algo desgastados, un chaleco de lana rosa y un chaquetón negro con unas botas marrones. Ahora que me fijaba, más o menos vestíamos todas iguales. Éramos unas jipstah. Melo, a decir verdad, no recuerdo bien qué llevaba puesto. Inma Pingu no había podido venir al final, estaba de viaje en Barcelona, la muy suertuda.





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