Capítulo 22: Lorena

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Las chicas y yo habíamos estado mirando cómo se pegaban. Que si Inma, Rubén, Dalas, JP, Curri y Rush contra Jordi, que si Luzu, Guille, Vegetta y Mangel contra Ismael... A ver, yo no quería que pegaran a mis amigos, pero yo era... ¿Cómo decirlo? No tengo para pegar. Estuve varios años en karate, pero a la hora de estar en una pelea, me da cosas y no reacciono. Me expreso como el culo, lo sé.


Presté mucha atención cuando Raúl se acercó a Ismael.


-¡Para! Siempre lo jodes todo, tío. Podrías dejar de estar cabreado con el mundo al menos un puto día en tu vida.


Ismael lo miró asombrado. Raúl nunca se quejaba, siempre hacía todo lo que le pedía sin rechistar. Ismael se alejó de Mangel (de hecho, se olvidó de él) y se puso delante de su amigo.


-¿Sabes? Si tanto te jode, vete. Eres un mierda, nadie te pide que te quedes con nosotros.


Raúl quería expresar su enfado, lo que no quería que lo echaran del grupo. Aunque, si lo habían hecho, sería porque no lo consideraban un amigo. A fin de cuentas, solo se querían a sí mismos. ¿Cómo iban a querer a un amigo? Pobre Raúl.


-¡La profesora! -gritó Mangel.


Dicho esto, todos empezaron a alterarse. Unos se intentaban quitar la sangre con la mano, otros se alisaban la ropa... Me veía que iba a liarse una buena. Incluso peor que la que se montó antes.


-¡Chicos! -gritó la profesora- ¿Qué es este desastre?


Vale, claramente, esto se estaba yendo a la puta. Yo no había hecho nada y me estaba dando miedo su cara, los demás no sé cómo estarán. Dios, estaba muy nerviosa. ¿Y si nos expulsaban?


-¿Qué demonios ha pasado aquí? -preguntó claramente enfadada.

-Emm... -Dalas no tenía ni idea de qué responder.

-Profesora -habló Mangel-, habíamos acabado de correr, y algunos todavía tenían ganas de dar más vueltas, así que empezamos a picarnos. Acabamos corriendo casi todos y estábamos muy juntos, como para empujarnos que nadie llegara primero. Entonces, Inma se tropezó, Jordi se cayó encima, Rubén pisó a Jordi... En fin, un caos. Pero algo bueno hemos sacado de esto, profesora, y es que hemos hecho deporte.


Mangel era mi ídolo, se acababa de montar aquí una trola para salvarse todos y en ningún momento había parecido que no fuera verdad. Este tío era genial, debería ser actor o algo.


Después de varias regañinas de la profesora, diciendo que éramos todos unos infantiles, nos mandó a agarrar las maletas e ir al baño aasearnos. Terminé y esperé a Inma. Todos habían acabado hace ya un buen rato, e Inma aún no terminaba de cambiarse de camiseta. Inma era lenta para todo...






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