Nuevo capítulo por petición de Lorena, que me estuvo spameando hasta la muerte^-^
Tengo lectoras en Sudamérica y, perdonad por mi ignorancia, pero ¿allí se celebran los santos? Me refiero, si allí es el Día de la Inmaculada, ¿se celebra? Enserio, es una duda que tengo desde que escribí este capítulo. Lo tenía escrito hace miles de años, fue un día que se me vino a la mente esta idea. Pero claro, tampoco voy a poner esto, cuando en medio tengo 15 capítulos que poner jeje
Ya era seis de diciembre. Acababa de volver de hablar con Chus. Desde luego, hoy me había pasado de todo, menos lo que yo esperaba. Ya llevaba tres días del puente, faltaban solo otros dos para verle las caras a Rubén otra vez. ¡Dios! ¡Qué asco! Cada vez que recordaba lo que pasó esta tarde, sentí ganas de ir a vomitar. Me daba asco lo estúpida que era. Lo había echado todo a perder.
Todo empezó este viernes. Por la tarde, había ido al centro comercial con Chus y Ro. No teníamos muchas ganas de fiesta ese día, así que habíamos ido a mirar algo de ropa. Además, este domingo yo tenía una boda y quería ir mona. Se casaba la hija de una prima de mi padre. A mí, sinceramente, me daba igual ir que no ir. Total, apenas la conocía. Sin embargo, la madre de esta prima segunda, o lo que sea, insistió y... aquí estaba, mirando tiendas.
Me compré una blusa negra cortita y unos pantalones morados de una tela muy rara. Era muy suave y brillante, con cuerpo, pero no dura... Nos abría describirla, puedo decir que nada más ver la prenda me enamoré, y nada más tocarla... Me enamoré aún más. Eso me lo pondría con una chaqueta negra y unos zapatos de charol, así de tipo Oxford. Como un botín de estos inglés en negro, por así decirlo.
Cuando ya eran las ocho y cuarto o algo más tarde, nos despedimos y nos fuimos a nuestra casa. El centro comercial estaba relativamente cerca de mi casa, así que me fui andando. Cuando llegué, me di una ducha. Me hice un bocadillo de jamón (bendito jamón), cogí una manzana y subí a mi habitación. Comí mientras veía Inu Yasha en el ordenador. Ya había visto cientos de veces ese anime, pero me volvía a enamorar de los personajes como la primera vez todas las veces que lo veía. Cuando acabé, pausé un momento el vídeo, bajé y fregué el plato. Volví y seguí viendo Inu Yasha hasta que me entró sueño.
El sábado me había dedicado a estudiar. Este trimestre estaba peor que nunca. Desde luego, me estaba cargando mis estudios. Esperemos que el segundo trimestre vuelva a ser la buena estudiante que era antes. Había suspendido tres o cuatro exámenes de francés (que a la muy guarra de la profesora le daba por ponernos un examen cada viernes). En el instituto en el que estaba antes solo odiaba a la de francés. En este instituto, hasta este año, todos me caían bien. Bueno, tampoco son muchos los que me desagraden: la de francés y la de geografía. Y el profesor Fernández...
Por fin el domingo llegó. El bendito domingo (pensaba yo antes de que pasara todo). Estaba muy nerviosa, hacía años que no me juntaba con toda la familia. Desayuné, me lavé los dientes, me hice unaspequeñas ondas en el pelo (para las que me daba, porque mi pelo nollegaba a mis hombros) y me vestí. Me puse también un gorrito negro beannie, unos pendientes de coco (me encantaban), un anillo en el dedo gordo y un colgante con la estrella de Sobrenatural, mi serie favorita. Arreglada, pero no demasiado. De hecho, mi madre me dijo que a dónde iba con pintas de mendigo. Tan cariñosa como siempre...
La misa fue preciosa. Después del sí quiero y que el ya matrimonio saliera por la puerta de la iglesia, saludé a algunos de la familia con los que tenía más trato. Mis padres se despidieron y se fueron. Casi todo el mundo iba a ir al convite, pero yo no tenía ningunas ganas, así que desde que nos dieron la invitación, me estaban dando la lata para que fuera. Jamás me convencieron [Es ahora cuando os imagináis mi risa maléfica].
-¡Mierda! -exclamé.
Menos mal que ya no quedaba nadie de la familia. Para ellos yo era una santurrona que no decía nada inapropiado ni había tenido novio en su vida. A lo que iba, que no tenía con qué irme a casa. El pueblo estaba casi a una hora de la ciudad de Madrid. Bueno, siempre quedaba la posibilidad de llamar a Rubén (maldita estúpida al tomar esa decisión), además, así podría decirle algo que llevaba pensandoen decirle desde hace semanas.
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Hoy Sé
Fiksi PenggemarSe dice que tres son multitud, ¿no? Pues aquí entra en juego todo un instituto. Unos amigos que se dan cuenta de que son gays, un matón que se enamora de una NERD, un chico nuevo que enamora a todas... Una misma historia vista desde el punto de vist...