Capítulo 6. Arturo

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La bodega se encontraba ya casi vacía. Solo quedaban doce palés de Crack por sacar y el día terminaría para poder ir a casa. Marcus supervisaba que todo avanzara a la perfección. La mercancía tenía que ser entregada en un buen estado de lo contrario el jefe no lo dejaría pasar por alto esta vez. Ya había ocurrido hace un mes cuando unos paquetes de Anfetamina que se habían roto y el contenido habían quedado esparcido por todo el camión de carga cuando se dirigía a su destino. Todd se había enfadado mucho más de lo que Marcus había esperado. A pesar de que Todd se encontrara a miles de kilómetros de Inglaterra y tuviera la edad de veintiocho años, se acataban sus órdenes al pie de la letra y nunca se discutía lo que él decía, pobre de aquel que lo desobedeciera. Marcus lo conocía muy bien y sabia de lo que era capaz. Marcus tenía dos años menor que Todd, ambos eran primos, por lo tanto él era el director general de la sede Underway que había en Inglaterra.

– Ya quedo todo listo señor – dijo Darius interrumpiendo los pensamientos de Marcus.

– ¿Todo quedara en su lugar durante el trascurso del camino? – preguntó Marcus.

– Así es. Hemos revisado que todo este empacado y protegido. No va a haber ningún problema – contestó Darius.

– Eso espero. Cierren todo con llave, no dejen nada en este lugar que pueda evidenciarnos – esa era un bodega abandonada y no estaban autorizados para usarla, pues era propiedad del gobierno. No podían dejar un rastro de que ellos estuvieron allí, así como lo han hecho en otros lugares que les ha servido para producir las grandes cantidades de varios productos.

– Si, en eso estamos.

– Y otra cosa. Dile a Arturo que venga lo más rápido que pueda. Lo necesitamos aquí – dijo Marcus.

– Ahora le hablo – Darius se fue con los demás para seguir ayudando mientras que el castaño mandaba mensaje a Todd para avisarle que los camiones estaban listos y en unos minutos ya estarían en camino a su destino,

Arturo no tardo mucho cuando llego, como siempre con su playera blanca de mangas cortas marcando su torso, tenía puestos unos pantalones de franela negros que moldeaban sus piernas y sus botines negros que le quedaban a la perfección. Era un hombre de veinticinco años guapo y fornido. Se encargaba de que toda la mercancía llegara sana y salva. También dirigía las producciones y los modos de venta de las instalaciones de Underway. Su trabajo era sencillo que no requería de mucho esfuerzo y ganaba lo que quería. No tenia familia, vivía solo en un departamento lujoso en las afueras de la ciudad y sobre todo, no estaba atado a alguien, como él decía. Siempre que trataba de relacionarse con alguna mujer, no podía. No le apetecía. Si, era un hombre un tanto extraño como muchos se lo decían.

– ¿Necesitas algo? – preguntó Arturo.

– Los camiones van en camino, te toca hacerte cargo de ellos – dijo Marcus.

– Creí que estarían listos hasta la noche.

– Yo también, pero para mí suerte al fin acabamos.

– Bien, ahora me pongo en eso – Arturo estuvo a punto de irse cuando le surgió una pregunta en su cabeza. – ¿Por qué hoy vienes de traje?

– ¿Qué tiene de malo? – dijo Marcus revisándose. – Me hace ver elegante.

Marcus siempre estaba vestido de jeans y playeras, nuca se le veía con un traje y mucho menos para revisar que la mercancía estuviera en buenas condiciones. Al parecer ese día haba cambiado de opinión y quería verse bien, como todo un director.

– Sí, claro – dijo Arturo poniendo los ojos en blanco.

– Deberías empezar a vestir así.

– Lo dudo – Arturo se dio la vuelta, no quería seguir escuchando a Marcus y mejor fue hacia su oficina para ver cómo iban con su ruta los camiones.


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