Capitulo 33(Parte II). Sueños

228 18 2
                                    

** -Todo va a salir bien, lo prometo - dijo Wade.

-Lo sé, confío en ti - dije lo más sincera.

Estábamos en la cama acostados, el abrazándome. Su piel se sentía tan aterciopelada y suave, tanto que me encanta tocarlo y que él me tocara a mí. Me gusta estar envuelta en sus brazos y besarle. Estas eran unas emociones que no había conocido nunca antes y me daban miedo pero a la vez mucha felicidad. Hasta ahora nos habíamos demostrado el amor que teníamos el uno por el otro, no de una manera física pero había sido de una forma muy intima que me hacía sentir vulnerable.

Me quedé viendo sus facciones hermosas que las iluminaba la luz de la luna que se asomaba por la ventana, sus ojos cafés tan llamativos que parecían lanzar chispas cada vez que me veía, su pelo castaño alborotado, su nariz perfilada con cada punto exacto en su lugar, sus labios tan suaves y deliciosos, mejillas sonrosadas carmesí, todo él era tan perfecto que no podía sacar su imagen de mi mente.

- ¿Qué tanto me miras? -me había pillado viéndolo y eso hacía que me sonrojara un poco.

-Todo tú, no puedo creer que estés aquí conmigo. Nunca pensé que esto pudiera pasar, entre tú y yo.

- Yo si -dice.

- ¿Enserio? -dije sorprendida.

-Sí. Cada noche te imaginaba conmigo a un lado, me gustaste desde la primera vez que te vi. Toda tú eres tan perfecta, me siento tan bien contigo, me siento una persona diferente cuando estoy a tu lado. Quiero estar contigo siempre - me dio un beso lento y suave que poco a poco fue subiendo de tono y me besaba con desesperación. Me subió sobre él y sus manos comenzaron a tocar mi cintura y luego subieron hasta mi pecho. Siguió besándome tan intensamente que perdimos el control, en ese instante ya no pensaba en nada más que él. No me importa nada de lo que estuviese allá afuera más que nosotros. Me gustaba y quería estar con él, solo con él y nadie más.

- Prométeme que nunca me dejaras - le dije con lágrimas en los ojos, el tan sólo pensar en que podría irse me formaba un nudo en la garganta.

- Eso nunca pasara, voy a estar contigo siempre - murmuró posando su mirada en la mía. Noté que lo decía con toda su sinceridad - ¿Y tú nunca me dejaras?

-Jamás, y eso es una promesa - terminé de decir para volverlo a besar. Esta vez fui yo quien lo besaba con mucha euforia y pasión. Toque su pecho y sus brazos, y él hacía lo mismo.

Nos dejamos llevar por la pasión que sentíamos en estos momentos, haciéndome sentir esta vez completa y la mujer más feliz del mundo. Nos habíamos unido de una manera infinita que ni yo misma podía explicarme, pero lo que sí sabía es que esta noche jamás la podría olvidar. **

Secretos dentro de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora