Capitulo 31. La cena

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Siento que este es uno de los capítulos mas largos que he escrito n.n

Disfruten

***

Yanees se encontraba en la cocina terminando de preparar la cena que esa noche tendrían. Laura le había pedido que se encargara de hacer una cena elegante y además deliciosa, puesto que había invitado a Diana, una de sus viejas amigas de la universidad, a cenar junto con su esposo e hijo. Desde hace ya un largo tiempo que no se veían debido a que ambas habían estado muy ocupadas con su trabajo y cuidando de su familia, o al menos eso era lo que Diana había hecho.

– ¿Qué estás haciendo? – dijo Ann al entrar a la cocina.

– Estoy preparando una cena muy especial para esta noche – contestó Yanees con mucho entusiasmo. Se sentía contenta de poder ayudar a su tía en esos momentos.

– ¿Cuál cena? ¿De qué hablas? – metió un dedo en la mezcla que estaba haciendo Yanees, y se lo llevo a la boca saboreándolo como si fuera una niña pequeña con un dulce.

– ¿No te ha dicho mi tía? – Ann negó con la cabeza. – Esta noche viene a cenar una familia, creo que es de una amiga.

– No sabía que Laura tuviese amigas. De cualquier modo no me interesa quien venga. No pienso estar presente, pero podrías guardarme un plato de eso que estás haciendo, sabe muy bueno.

– ¿Por qué no estarás?

– Tengo que ver a Sam – tomó dos manzanas del cesto de fruta, una comenzó a comerla mientras que la otra la guardaba en el bolsillo de sudadera.

– ¿Cómo que no vas a estar esta noche? – interrumpió Laura en la cocina. Ann la miró con indiferencia y paso de su lado sin dirigirle una sola palabra. – Contéstame cuando te estoy hablando – le ordenó.

– Creo que lo mejor será dejarla sola – sugirió la otra chica.

– ¿Qué le sucede?

– Supongo que es por lo del viaje que la tiene algo estresada – recordó lo que Sam le había mencionado anteriormente, aunque no le había dado muchos detalles de ello.

– ¿Viaje? ¿Cuál viaje? ¿De qué estás hablando Yanees? – preguntó Laura muy confundida. Entonces fue cuando Yanees comprendió que su tía no estaba enterada del viaje que pretendía hacer Ann hacia Inglaterra.

– Es solo que creo que ella tiene que ir a dar una conferencia, pero no me acuerdo sobre que es. Casi no me dice nada – dijo rápidamente antes de regarla más. No quería tener algún problema con Ann por haber hablado sobre algo que no le incumbía a ella. – Pienso que también debería de hacer un postre, ¿Qué dice? – trató de cambiar el tema de conversación, lo cual logró muy fácilmente, pues Laura había accedido encantada. – ¿Una tarta de zarzamora está bien?

– ¿Sabes hacerla? – pregunto sorprendida.

– ¡Claro!

– Me sorprendes demasiado. Yo nunca me di a la tarea de aprender a hacer todo eso. Mi trabajo me absorbía tanto que nunca me preocupó tener que cocinar o encargarme de los deberes de la casa – dijo pensativa. Se lamentaba tanto nunca haber tenido tiempo para esas cosas y sobre todo por no haber pasado tiempo con su hija.

– Nunca es tarde para aprender. Si quiere yo le enseño con mucho gusto.

– Es muy amable de tu parte, pero no creo poder hacerlo ahora.

– Mi prima y usted no son muy unidas ¿verdad? – comenzó a mezclar la carne molida con algunas especias.

– ¿Se nota mucho? – dijo en tono de burla pero a la vez con un toque melancólico.

Secretos dentro de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora