Capítulo 10. Discusión

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– Por las ojeras que traes me puedo dar cuenta de que no tuviste una buena noche – dijo Sam terminado de poner azúcar a su café.

Sam tenía razón, la noche anterior había sido una pesadilla para Ann. No pudo dormir debido a los sueños constantes que no hacían más que despertar y atormentarla. Sobre todo ese nombre extraño <<Wade>>. No podía sacárselo de la mente. Anteriormente se le había hecho algo normal escucharlo pero después de todos los medicamentos que le habían mandado había olvidado ciertas cosas incluyendo ese nombre. Ahora volvía a recordarlo pero solo que con más intensidad y no podía quitárselo de la cabeza.

– Me estas escuchando – le dijo Sam moviendo una mano para llamar la atención de Ann.

– Perdona, estoy algo distraída – dijo ella sacudiendo la cabeza para alejar esos pensamientos.

– Ni que lo digas. ¿A qué hora tienes cita con el señor Roswell? – dijo mientras tomaba un sorbo de su café.

– No lo sé.

– ¿Es enserio? – Ann asintió con la cabeza—Será mejor que te vayas a menos de que quieras que se te haga tarde – volvió a asentir con la cabeza y se dedicó a tomar su chocolate caliente. No tenía muchas ganas de hablar, solo quería pensar y su amigo sabía que no quería que la molestaran, era algo que había aprendido de ella cuando estaba muy callada.

*******

Ann caminaba hacia la puerta de la oficina del señor Roswell quien la estaba esperando gracias a que su secretaria la había anunciado unos segundos atrás. Tocó la puerta y una voz ronca se escuchó. Ann se llevó una gran sorpresa al ver a la persona que estaba sentada frente a Edson Roswell. Nunca imagino volver a verlo y mucho menos allí, no después de haberle prohibido hablar con ella.

– ¿Tu qué haces aquí?– sonó más a un reclamo que una simple pregunta.

– Señorita Allen, un gusto volver a verla – dijo Edson. Ella estiro la mano para saludarlo sin apartar la vista de Dean. – Veo que por lo visto ya se conocían ¡En hora buena! – dijo mostrando su dentadura blanca.

– Disculpe señor, ¿pero que estamos haciendo los dos aquí? – dijo Dean señalando a Ann y a él. Se sentía incomodo al volver a tenerla cerca. Hace más de un año que no se dirigían la palabra.

– Ambos forman parte de mi empresa a partir de ahora. Necesito a alguien tan interesado en la farmacéutica como alguien en la fisicoquímica. Y sus proyectos me lo han demostrado – los dos se quedaron mirando por un rato. Por supuesto él con vergüenza y ella con odio.

– ¿Perdón? – Ann se sentía incrédula. No podría creer que le estuviera pasando eso. No había vuelto a pensar en que entre ellos tendrían que compartir de nuevo palabras, si no que ahora serian algo así como compañeros de trabajo. – ¿Está diciendo que voy a tener que soportarlo de ahora en adelante?

– Esto tiene que ser algo profesional entre los dos, no se trata de aguantarse o no, si no de trabajar en equipo.

– Perdone que le mencione esto, pero no creo poder cumplir con sus expectativas. Sera mejor que consiga a alguien más— dijo Ann de la manera más educada, no quería parecer una grosera frente al señor Roswell. Se dirigió a la salida pues no quería estar cerca de Dean, ya no se fiaba en lo absoluto de él.

Al salir de la oficina no se percató de que otra persona iba caminando hacia ella por lo que termino chocando con él.

– ¿Qué acaso no te puedes fijar por dónde caminas? – dijo el chico de cabello rubio. Al darse cuenta de quién era el idiota que se había interpuesto en su camino lo fulmino con la mirada. – Pero si eres tú – dijo arqueando la ceja con superioridad.

Ann puso los ojos en blanco y siguió su camino, no sin antes haber pasado por su lado y haberlo empujado con el hombro para indicarle que se quitara.


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